Una esperanza en medio del desastre

Entrevista a Claudio Moroni, Ministro de Trabajo de la Nación

 

 

El 2020 fue el año más brutal en materia económica y laboral después de la crisis de 2001. Sin embargo, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondiente al cuarto trimestre del año pasado reveló una recuperación del mercado de trabajo luego de la crisis producida por la pandemia. La tasa de desempleo se redujo en dos puntos (del 13,1% al 11%) entre el segundo y cuarto trimestre, lo cual se expresa en la incorporación de 2,8 millones de personas al empleo. “Las medidas que se adoptaron contra la pandemia y la política general del gobierno del Presidente Fernández están dando resultado”, dijo Claudio Moroni, Ministro de Trabajo de la Nación. Las políticas de contención lanzadas (el ATP, la doble indemnización y la prohibición de despido) lograron sostener el empleo registrado que hoy alcanza los mismos niveles que antes de la irrupción del Covid-19. Esto afirma no sólo la necesidad de generar empleo sino de reducir los elevados niveles de precarización laboral.

Según el último informe del CETyD, si se comparan los indicadores de actividad y empleo registrado “se observa que su comportamiento se disoció durante el año, dado que la caída de la actividad fue considerablemente más pronunciada que la de los puestos de trabajo del sector formal”. El motivo “reside en las políticas de sostenimiento del empleo” que “lograron mitigar el impacto de la crisis económica sobre el mercado laboral”. La resiliencia demostrada por el empleo formal “contrasta notablemente con lo ocurrido con las inserciones más precarias y vulnerables. Durante el momento más agudo de la crisis, la cantidad de ocupados en empleos informales se redujo 43% y la de trabajadores por cuenta propia, 27%”. 

 

 

 

 

¿Qué pasó en los países donde no se aplicaron medidas de protección de los asalariados? En la Argentina, la caída acumulada del empleo registrado del sector privado midió 3,1% entre febrero y diciembre de 2020. En cambio en países como Canadá 6%,  Estados Unidos 7%, Chile 8% y Brasil 11%. Desde el Ministerio de Trabajo explican que “el empleo registrado en empresas privadas durante la pandemia verificó una dinámica más benigna que durante el período previo a la pandemia”. 

Este resultado se obtuvo a pesar de que la recesión que afectó la economía fue tres veces más severa en 2020 por efecto pandemia que durante los dos años previos. En términos comparados, “entre noviembre 2017 y diciembre 2019 (seleccionado el nivel de actividad más elevado de la gestión hasta su último mes), la actividad económica se contrajo un 8,1% y el empleo registrado privado se redujo un 4,3%. En cambio, entre enero de 2020 y abril del mismo año, el indicador de actividad económica se retrotrajo un 26%, pero el empleo formal sólo cayó 2,3%”.

—Este jueves se publicaron los datos de la EPH en el cuarto trimestre y uno de los más salientes es que la tasa de actividad se ubicó en 45,0%; la tasa de empleo en 40,1%; y la tasa de desocupación en 11,0%. ¿Qué evaluación hace el ministerio sobre esto?

—Nosotros hacemos una muy buena evaluación, porque esos números demuestran que creció la población activa (la población que está trabajando y la población que está buscando trabajo) y aún así bajamos la tasa de desempleo. Es decir, como la tasa de desempleo es el resultado es el porcentaje de desocupados contrastado con la población activa lo que significa es que hemos aumentado el empleo en una cifra muy importante. De hecho lo que sale de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) es que se incorporaron 2,8 millones de personas al empleo. 

 —¿A qué cree que se deben estos números?

—Esto es lo que nosotros veníamos viendo a través de una encuesta más chica que hace el Ministerio de Trabajo, que es la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), pero ahora la EPH que es una encuesta mucho más grande ratifica los números. Para nosotros esto es un claro indicador de que las medidas que se adoptaron contra la pandemia y la política general del gobierno del Presidente Fernández están dando resultado y estos son los números. Ante la pandemia nosotros dijimos: “Tenemos que mantener vigentes los contratos de trabajo, porque los contratos que se rompen después son muy difíciles de restablecer”, y por eso prohibimos los despidos, pero también teníamos que mantener las unidades productivas. Por eso tuvimos fuertes programas de asistencia como el ATP, que llegaba a casi 2 millones de trabajadores, y un programa más focalizado que lo mantenemos que es el Programa de Recuperación Productiva (REPRO). Lo que muestra la EPH es que fueron muy efectivas y dieron los resultados que esperábamos.

—Los empresarios piden el levantamiento de prohibición de despidos y de la doble indemnización. ¿Cuáles son sus plazos? ¿Hay alguna manera de escalonar eso o atarlo a otra circunstancia?

—La doble indemnización ya está aprobada hasta fin de año. En el último DNU lo que hicimos fue prorrogarla hasta fin de año y ponerle un límite a la duplicación de 500.000 pesos. La prohibición de despidos es un tema que vamos a ir evaluando a medida que veamos si tiene sentido mantener una decisión que es la primera vez que se toma en la historia del derecho argentino. La realidad es que así como digo que estamos viendo muy buen resultado en la creación de empleo y en la incorporación al mercado de trabajo, hoy la Argentina sigue siendo el reino de los tres genios. Porque hay sectores en donde la pandemia sigue castigando mucho y son sectores con mano de obra intensiva. Vemos que la gastronomía por ejemplo, comenzó a funcionar, pero estamos llegando a un clima de un 30% de sus posibilidades. Ni que hablar espectáculos o turismo, que arrancó pero muy bajo respecto de sus niveles de ocupación tradicional. Hay un montón de servicios fuertemente demandantes de mano de obra que todavía no están en desarrollo y eso nos obliga a ser muy prudentes con las medidas que podemos adoptar o dejar de adoptar.

—Hace unos días usted dijo: “Seguimos creyendo que la pauta (de inflación del 29%) prevista en el Presupuesto es posible. Tenemos que hacer converger las distintas conductas. Es objetivo claro del gobierno que los salarios crezcan en términos reales”. ¿Cómo se hace para converger distintas conductas?

—El presupuesto aprobado por el Congreso muestra cuál va a ser la política económica del gobierno. Nosotros seguimos creyendo que una política de reducción de la aislación es posible y es necesaria. En el Ministerio de Producción se está trabajando en mesas sectoriales para ver exactamente el tema precios. Porque uno tiene quien controla el precio en la boca de producción, pero después hay cadenas de comercialización que se pierden, que son difíciles de controlar y esto genera algunos problemas en esa materia. Así que el Ministerio de Producción está fuertemente enfocado en armar esas pequeñas mesas sectoriales donde estamos viendo el tema en impacto en precios. 

—¿Y los salarios?

—Por el lado del salario, las paritarias que hemos homologado están rondando por lo general un 33% de marzo 2021 a marzo 2022. Nosotros lo que estamos entreviendo en esas conversaciones es en general una fecha de posible revisión en los últimos meses del año. En octubre, noviembre, de acuerdo a los períodos paritarios. Porque nosotros decimos que el objetivo sigue siendo que los salarios crezcan. Creemos que la inflación del 29% es posible pero también tenemos que dejar abierta alguna posibilidad en la misma negociación que si la pauta del 29 no vemos hacia fin de año que ha sufrido algún desvío, queremos dejar abierta la posibilidad de la negociación paritaria para volver a ajustar los salarios de modo tal de que se cumplan. Este objetivo es que los salarios crezcan por encima de la inflación. 

—El Presidente Alberto Fernández en la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación comunicó la puesta en marcha de un nuevo programa para jóvenes entre 18 y 24, años para incorporarse mediante prácticas laborales e inserciones formales en micro, pequeñas y medianas empresas. ¿Cuál es su opinión?

—Estamos terminando de firmar la resolución de ese programa junto con el Ministerio de Producción. Va alcanzar a 30.000 jóvenes, vamos a asistir en el pago del salario para que se incorporen a empresas. Cuando uno analiza todos los cruces, los sectores de mujeres y jóvenes son los más afectados por los problemas de empleo. Son sectores en donde a lo mejor encontramos mayor porcentaje de población que nunca ha ingresado de manera formal. 

—La pandemia afectó principalmente a los jóvenes. ¿Qué está haciendo el Ministerio de Trabajo para contenerlos?

—Tenemos varias formas de abordaje de ese problema. Uno de ellos es este programa mencionado por Alberto Fernández, que es de asistencia para la incorporación al trabajo. Pero otra cosa a la que nos vamos a dedicar muy fuertemente es al tema de formación profesional. Argentina ya venía con una tasa de deserción escolar bastante importante, de alrededor de 30 puntos. Todos los expertos en educación dicen que como consecuencia de la pandemia es muy probable que esa tasa sea mayor y que muchos de esos chicos no vuelvan rápidamente al secundario o definitivamente no vuelvan. Entonces creemos que ampliar la oferta de formación profesional de modo tal de dotarlos de alguna habilidad puntual que les sume probabilidades de incorporarse al mercado laboral es importantísimo. Así que uno de los objetivos básicos del Ministerio de Trabajo va a ser el tema formación profesional, con fuerte discriminación positiva a favor de jóvenes y mujeres y otros sectores que son los que no han podido tener mayor inserción. Para nosotros es muy importante, vamos a tratar de vincular la oferta de formación vinculada a las demandas del sector productivo y ver mecanismos como pueden ser disminución de contribuciones, pago de parte del salario, vincularlos también a esto.

—Recuerdo que el tema plataformas digitales estaba entre los puntos prioritarios de su agenda a principios de 2020. ¿La pandemia no es un contexto propicio para este debate? El Tribunal Supremo de Reino Unido hace un mes concluyó que los choferes de la compañía deben clasificarse como trabajadores, lo cual significa que tienen derecho a protecciones básicas como salario mínimo y vacaciones pagas. ¿Cuál es la posición del Ministerio de Trabajo sobre la clasificación laboral de los choferes de Uber y otras plataformas similares?

—Tenemos un modo de trabajo que debe ser protegido. Desarrollamos proyectos que aún estamos discutiendo, porque es un tema muy difícil que no tiene resuelto nadie. La realidad es que ha habido distintos fallos. En California y Reino Unido el estatuto laboral básico que tienen difiere de nuestra Ley de Contrato de Trabajo. En Inglaterra las protecciones a las que se accede por ser calificado dependiente son muy bajas y no tienen ninguna comparación con nuestra ley. No son extrapolables las decisiones de que califiquen en Inglaterra como contrato de trabajo dependientes a que se los califiquen en la Argentina como contratos de trabajo dependientes. Son dos estatutos absolutamente distintos. Nosotros tenemos algunas dificultades. El primer tema es que estamos viendo que son actividades donde un deber básico del trabajador, que es el deber de asistir, no está. Es decir, el trabajador se loguea cuando quiere. De hecho, si bien hay trabajadores que trabajan con una buena frecuencia de horas, hay trabajadores que se loguean diez días, después están un mes sin loguearse porque consiguieron otro trabajo y vuelven a loguearse. Es un esquema distinto. Tenemos que buscar un esquema de protección adecuado para esta gente porque no puede estar sin protecciones, pero que también reconozca que hay diferencias respecto a lo que es un trabajador en un sistema fordista como es el que regula nuestra LCT.

 

 

 

 

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