Una nota de color

Símbolos criminales cifrados en una teoría de los colores: el tuit de las tres banderas y las medias de Macri

 

Marzo de 2018. El entonces Presidente Macri, durante la presentación “educativa” de los resultados relativos a la prueba “Aprender 2017”, luce una media verde y otra roja. En una entrevista declara: “Estoy daltónico”. Luego revela el “verdadero motivo” de esa nota de color: “Hoy es el Día Mundial del Síndrome de Down. Es una forma de recordar lo linda que es la diversidad y lo brillante y la belleza de lo que muchos vemos en las personas que tienen síndrome de Down. Esa alegría de vivir y de superarse. La consigna es utilizar colores brillantes para resaltar lo brillantes que son ellos” (nota completa en Infoemba). Existe un viejo latinazgo de origen medieval que recita excusatio non petita, accusatio manifesta. Una exculpación (explicación, digamos) no pedida es en verdad la manifestación de una inculpación. Conjeturalmente: de símbolos criminales cifrados en una teoría de los colores.

Aquí mismo analizamos las formas de persignarse de Mauricio Macri en los Tedeum de 2017 y 2018 en la Catedral Metropolitana. Mientras el cura leía el Evangelio según San Lucas, Macri se tocaba el mentón luego de trazarse una línea sobre el pecho de izquierda a derecha. Según Badolati (Santisti e ‘ndrine. Narcos, massoni deviati e killer a contratto. Pellegrini Editore: Cosenza, 2018, p. 354), la seña del Trequartino, una dote destacada en la estructura de la Onorata Società: uno de los tantos nombres de la ‘ndrangheta. Macri no fue el único en hacer ese gesto en el ámbito de ese rito religioso.

San Luca es la capital de la ‘ndrangheta –los mafiosos la llaman la mamma–, un pueblo de unos 4.000 habitantes en cuyo territorio está ubicada la Iglesia de la Madonna di Polsi: nave madre de la mafia calabresa. En la fiesta popular de la Madonna di Polsi se juntan los bosses más reputados de la organización. Se trata de un momento ritual complejo porque ahí se escenifica la relación de la mafia con lo sagrado y la divinidad, las formas de la fiesta popular y del (auto)representarse. Ya en 1901 un delegado de la seguridad pública italiana le comunicaba al prefecto de Reggio Calabria que en esa Iglesia se verificaban los encuentros anuales de la “picciotteria” (Vito Teti, Maledetto Sud. Einaudi: Torino, 2013). La creación de la localidad de Polsi como lugar sagrado y de encuentros se remonta al siglo XII, al tiempo de los Normandos. La primera noticia de un peregrinaje popular confirma que el monasterio fue fundado por ascetas sicilianos hacia 1140. Dos: la ‘ndrangheta es también un gran aparato simbólico densamente ritualizado. Los símbolos le sirven para exhibirse, para afirmar su visibilidad social sin ser identificada o para ser identificada por aquellos que saben leer sus formas secretas: encriptadas. Ritos y símbolos funcionan como una suerte de adhesivo ideológico que nexa a un sujeto a una estructura criminal, sin que importe la distancia geográfica que lo separe de San Luca. Los rituales y las prácticas simbólicas son inherentes al poder de definir y plasmar el devenir de la identidad de la organización criminal. Favorecen su expansión y desarrollan el sentido de pertenencia de sus integrantes. “En las organizaciones mafiosas los rituales [...] constituyen uno de los aspectos que han quedado inmutados en el tiempo. [...] los rituales simbólicos no han experimentado ningún cambio” (Giuseppe Pignatone / Michele Prestino, Modelli criminali. Mafie di ieri e di oggi. Editori Laterza: Roma, 2019, p. 21). Mafia e Iglesia: Isaia Sales –un historiador que se ocupó largamente de las relaciones entre estas dos instituciones– enfatiza que las relaciones entre ambas se explicitaron “sin que haya habido conflictos, contrastes, contraposiciones ni con las jerarquías ni con las enseñanzas de la Iglesia” (I preti e i mafiosi. Storia dei rapporti tra mafie e Chiesa cattolica, Baldini Castoldi Dalai, Milano, 2010, p. 10). Las mafias en la larga duración se beneficiaron no sólo del “silencio, de la subestimación, de la indiferencia [de la Iglesia católica, sino también] del sostén doctrinal de una teología que consideró a los asesinos ovejitas descarriadas” (p. 13).

 

 

Teoría de los colores

Giovanni Cretarola, del clan ‘ndranghetista Pizzata –relacionado con los clanes calabreses tradicionales Nirta y Pelle–, activo en la zona de Roma, se volvió colaborador de justicia del Estado italiano en agosto de 2013. Gracias a su colaboración se descubrió que el clan Pizzata se ocupaba de tráfico internacional de estupefacientes, de armas y que se valía del método mafioso. El elemento característico de la asociación de tipo mafioso es ese método. Consiste en la intimidación: en la fuerza de la intimidación puesta al servicio de un vínculo asociativo. De la intimidación derivan el sojuzgamiento y la omertà. La capacidad de recurrir a la violencia para crear sujeción, intimidación y omertà, tiene el objetivo de lograr todo tipo de cosas ubicadas en el continuum legal-ilegal. Otras dimensiones que definen el método mafioso son los actos colusivos y corruptivos. Cuando hablamos de colusión nos referimos al entendimiento secreto entre dos o más personas para conseguir una finalidad ilícita o acordar una línea común de acción en contra de terceros. En la Argentina macrista, el blanco del accionar mafioso ha sido el kirchnerismo. El método mafioso se aprende en un ambiente geográfico –cuando las mafias son tradicionales– o en un ambiente social –cuando son trasplantadas–. La mafia calabresa se presenta como síntesis de todas las formas posibles de dominio del ser sobre el ser. Los modos cognitivos de los mafiosos se fundan sobre una lógica nuclear: del opresor/ oprimido. Los mafiosos consideran que esa es la única lógica razonable a seguir. Sobre ella se constituyen los signos de la amenaza y la violencia. Y sobre esos signos se activan las opresiones que derivan del poder económico, del poder político, del poder judicial, del poder comunicacional; poderes con los que la mafia se relaciona hasta colonizarlos.

A través de lengua de Cretarola descubrimos también que el clan Pizzata dependía directamente del corazón de la mafia calabresa: San Luca. En suma, un conocedor de los resortes internos de la ‘ndrangheta y también de sus simbolismos. En sus colaboraciones ilustró también algunos códigos ligados a los colores: rojo, blanco y verde. Los primeros dos representan el honor, el verde, en cambio, la esperanza para la Sociedad. Esa teoría de los colores es ratificada en un estudio jurídico-académico de Nicola Gratteri/Antonio Nicaso, Fratelli di sangue. La storia, la struttura, i codici, le ramificazioni (Pellerini Editore: Cosenza, 2006). Aparecen en un diálogo: “¿Qué representa el verde? / La esperanza de la sociedad. / ¿Qué representa el blanco? El honor de la sociedad. / ¿Qué representa el rojo? / La sangre derramada de la onorata società” (p. 289).

Los persignes de Macri en la Catedral de Buenos Aires y las medias: manifestaciones visibles de un poder. La visibilidad es una dimensión fundamental de todo poder. Es un principio que acompaña la acumulación y el ejercicio del poder. También del criminal y del mafioso. Se puede pensar la escena de la Catedral conectada con la festividad de la Madonna di Polsi. Durante los días de esa festividad se suelen reunir los bosses de la ‘ndrangheta. Se trata de un rito inmemorial que tiene un sentido doble: interno y externo. Interno porque durante ese ritual un boss es elegido para presidir la organización y al ser elegido recibe el tributo y el reconocimiento de los otros referentes de la organización. De los más relevantes de la organización. Externo porque ese tributo se formaliza frente a los ojos de todos lxs que participan de la festividad y que no son mafiosxs sino fieles de la Iglesia católica. Ese ritual constituye uno de los momentos más sobresalientes del ejercicio del poder criminal, que al mostrarse construye consenso social. Visibilidad y consenso social también en la Catedral de Buenos Aires. Las medias, acaso, una forma pedagógica onorabile adosada a la presentación “educativa” de los resultados relativos a la prueba “Aprender 2017”. Los símbolos le importan: a manera de berretín, con el tuit de las tres banderas, en alusión a un pasaje infeliz; o con las medias, en lenguaje encriptado.

 

 

 

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