Una reforma retro

Como en los '90, educación para y por el mercado

 

El miércoles 27, la Secretaría de Educación de la Nación convocó a los sindicatos nacionales para presentarles el programa de transformación de la escuela secundaria que pretende impulsar. El secretario de Educación de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Miguel Ángel Duhalde, en diálogo con El Cohete a la Luna, evaluó la propuesta: “Parece una reforma armada por Mercado Libre”.

En rasgos generales, Duhalde indica que el proyecto “piensa a los pibes como consumidores, como usuarios. Implantan materias como educación financiera, emprendedurismo, neurociencia, habilidades emocionales, toda la perspectiva tecnocrática”. 

Con relación a la labor docente, analiza que la propuesta “es para peor —primero, decir que no hay condiciones ni presupuesto para una reforma de estas características—, porque hablan de pagar premio a docentes destacados, modifica la carrera docente”. 

Duhalde afirma: “[La reforma que pretende el gobierno de Milei está] lejos de ser una política universal, como la que nosotros venimos planteando. Creemos que cada vez que haya una reestructuración o reconfiguración de distintos niveles o modalidades del sistema educativo, la pretensión siempre es la universalidad para evitar la profundización de las diferencias existentes”. Critica que “el programa solamente incluye a 200 escuelas del país”. Aclara que, si bien en la reunión hablaron de 400 escuelas, “el documento solamente habla de 200 escuelas, que es menos del 2% del total de escuelas secundarias que existen en el país”.

Pero la gravedad no es solamente la poca cantidad de escuelas que abarcaría el programa de transformación que pretenden, sino que la inclusión o definición de cuáles son esas escuelas queda librada a la decisión de cada una de ellas. “Es poco serio, no responde a ningún análisis y diagnóstico de necesidad o de situaciones para incorporar o no a determinadas escuelas”, detalla el educador Miguel Duhalde.

Sobre los diseños curriculares, observa “un avance o tendencia tecnocrática. Nosotros ya lo vivimos en la década del ‘90, con la reforma neoliberal, y acá nuevamente se pretende entender a la escuela como una empresa. En este caso plantean ejes para desarrollar competencias. El término competencia es una terminología neoliberal y conservadora. Hablan de jóvenes emprendedores. De desarrollo de habilidades, actitudes. Similar a lo que se avanzó en la ciudad de Buenos Aires, con la reforma de las escuelas de futuro”, compara. Duhalde cree que es el mismo modelo que se pretende nacionalizar.

En ninguna parte el documento menciona con qué presupuesto se llevará adelante el programa. “De acuerdo a los cálculos que nosotros hacemos, una reforma de este tipo donde se plantea pasar de profesores con hora cátedra a profesores con cargo implica una inversión que casi duplicaría el presupuesto que se necesitaría para sostener el sistema educativo en el nivel secundario y ellos ponen llamativamente en el proyecto: ‘una inversión inteligente’. No es la primera vez que lo escuchamos. Con este eufemismo lo que están ocultando es la política de ajuste”, revela Duhalde.

El secretario de Educación de CTERA dice que el argumento que utilizan es “que se gastó mal, que se gastó mucho. Y más allá de lo que se pueda discutir eso, lo que están queriendo decir es que no quieren realizar ninguna inversión en educación y quieren poner menos recursos de lo que están poniendo en el sistema educativo”. Su lógica —entiende— es seguir financiando al sector privado. Y lo argumenta con lo ocurrido: “No olvidemos que este gobierno lo primero que hizo fue sacar el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) para la docencia de todo el sistema educativo e inmediatamente se dio vuelta y con la misma lapicera firmó el subsidio para las familias que mandan a sus hijos a escuelas privadas y que llaman vouchers (para darle pretendida distinción), pero es subsidio”.

Sobre las condiciones laborales en que ejercen el trabajo los docentes, el documento “solamente utiliza una categoría de la tecnocracia que es ‘desarrollo profesional’”. El secretario de Educación de CTERA expresa que “plantean un proceso de formación continua, pero por fuera del horario escolar, lo que claramente es una mayor intensificación del trabajo”. Duhalde explica: “Aquellos profesionales que han tenido una labor destacada, que logren un reconocimiento, van a merecer un incentivo, un premio. Cuando nosotros nos basamos en el principio de igual salario para igual trabajo y acá se lo está vulnerando”. 

De esa manera, Duhalde sostiene: “[Dejan librada la tarea] a la discrecionalidad, a someternos a criterios productivistas, punitivos, individualistas. De competencia entre docentes para tener personas trabajando en el mismo cargo, pero cobrando un salario diferenciado. Eso no lo podemos permitir. Ojalá esto se pueda frenar y que nos convoquen para discutir más. Esto no se puede aprobar entre gallos y medianoche”, sostiene.

La presentación del programa al que fueron invitados los gremios contó con la presencia del ministro de Educación, Carlos Torrendell, quien muy cordialmente saludó a todos, y dejó a cargo para la explicación a un funcionario del área de planeamiento. Consultado Miguel Duhalde sobre la aceptación que puede tener el programa por parte de las provincias, su respuesta es que “en el Consejo Federal los que se oponen son la provincia de Buenos Aires y La Pampa, pero después —de todos los colores políticos— les dan el visto bueno a todas las iniciativas de este gobierno, aunque después van piloteando cada uno en su provincia la implementación”.

Miguel Duhalde advierte que la verdadera razón del programa es desarticular aún más el sistema educativo. Un nuevo ataque a la educación pública, pero disfrazado de transformación y renovación. “Creo que vamos a terminar con 24 sistemas educativos diferentes como en los ‘90. Producto de la desaparición del Estado nacional en la definición de las políticas educativas. Ellos lo disfrazan de federalismo, pero en los hechos termina siendo la provincialización del sistema”.

CTERA fijó posición al respecto y la dio a conocer en un comunicado. Entre las enumeraciones para pronunciar su rechazo —además de las ya señaladas por Miguel Duhalde— están, entre otras, las siguientes:

  • No tiene en cuenta las condiciones de trabajo docente ni la opinión de quienes día a día producen el hecho educativo en cada una de las escuelas.
  • Menosprecia la importancia que tiene el vínculo docente-alumno/a en todo proceso de enseñanza y de aprendizaje.
  • No hace foco en las condiciones para la enseñanza: régimen académico, diseño curricular, acompañamiento a las trayectorias escolares.
  • El programa refleja la perspectiva tecnocrática que equipara a la escuela con el funcionamiento de una empresa.

El rechazo de CTERA a la reforma señala: “Nos oponemos de lleno a este planteo y sostenemos que de ninguna manera el salario docente puede quedar atado a un criterio meritocrático o a la lógica del ‘premio/castigo’. Exige que se abran los canales de participación y debate porque “ninguna transformación educativa será posible a espaldas de las y los trabajadores de la educación”.

 

 

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