Usura y mafia al descubierto

Una guerra solapada contra la identidad nacional y los estratos sociales mas vulnerables

 

La semana transcurrida ha puesto en evidencia el alto nivel de degradación alcanzado por la gestión económica y política de este gobierno. Este deterioro permite que los ejes de la política actual: la usura y la mafia, salgan a la luz del día. Lo que hoy está en juego es algo mas que la reelección de Macri: es la subsistencia de su gobierno en los meses que preceden a la próxima elección presidencial.

Un contexto económico y político que pierde diariamente legitimidad ante la sociedad también erosiona a sectores de la dirigencia política que, pretendiendo estar en la oposición, se apresuran a presentarse como el recambio del status quo. En esta vorágine de turbulencias se empieza a escuchar el sonido y la furia de la protesta social. Esta se expresa, por el momento, a través de movilizaciones callejeras que persiguen múltiples reivindicaciones, algunas veces aisladas, otras compartidas por diversos actores sociales. El desafío es salir del aislamiento y la disgregación que imponen distintas formas de represión del conflicto social: desde el hambre, la recesión económica, el endeudamiento y el blindaje mediático hasta los aprietes, carpetazos y la violenta represión política. Esto implica sustituir el individualismo, la lucha por el bolsillo propio y la pequeña cuota de poder político individual por una visión de conjunto, que privilegiando las relaciones entre colectivos que sufren las distintas formas de ninguneo, expoliación, falta de representación e invisibilidad que impone la actual estructura de poder, puedan hacer valer sus múltiples demandas en un clamor único que apunte al cambio de la relación de fuerzas que impera en la coyuntura actual. No será fácil. Sin embargo, es posible a condición de conocer lo que esta en juego.

 

Fracaso de la política monetaria

La política monetaria ha encerrado al gobierno en una maraña de contradicciones de la cual no puede salir. Esta política pretendió doblegar a la inflación y mantener un dólar alto, pero controlado. En su lugar, hoy el gobierno se debate ante la inminencia de una nueva corrida cambiaria y la persistencia de una inflación incontrolable.

Luego de la corrida cambiaria de 2018 y para evitar una salida masiva de los depósitos en pesos hacia el dólar, el gobierno se propuso restringir la circulación de pesos emitiendo unos instrumentos financieros, las letras de liquidez (LELIQs), que solo pueden ser compradas por los bancos y pueden ser invertidas en plazos cortísimos (siete días) a las tasas de interés más altas del mundo (63%). Así, el gobierno ha secado la plaza de pesos sobre cumpliendo la meta de contracción monetaria propuesta para el mes de marzo de 2019 y ha anunciado que la meta de base monetaria para fin del 2019 será 10% inferior a lo originalmente establecido.

Paralelamente, las tasas de interés de las LELIQs han subido a un ritmo acelerado desde febrero. A pesar de ello, la mera orden de compra de un monto tan reducido como 10 millones de dólares cerca del final de una jornada cambiaria ha desencadenado la volatilidad de la divisa. Esto muestra que el gobierno tiene grandes dificultades para impedir que el dólar suba, sin intervención del BCRA, dentro de la propia banda estipulada por el FMI para sus movimientos. Esta banda, entre $38,939 y $50,391, es muy ancha. Así, puede ocurrir que en una misma jornada cambiaria la divisa se dispare, sin que el BCRA pueda intervenir, y llegue al techo con una inercia poderosa e imposible de controlar. Aunque hasta ahora esto no ha ocurrido, la evidencia muestra que la situación es precaria y que pequeños movimientos hacia arriba son suficientes para incitar una volatilidad que a duras penas puede ser contenida subiendo las tasas de interés.

Esta política de restricción monetaria y altas tasas de interés tampoco ha podido contener la inflación, que en el mes de febrero llegó al 3.8% (alimentos y bebidas 5.7%), acumulando una suba interanual del 51%, el mayor incremento en décadas. Desde el mes de febrero, las tasas de interés de las LELIQs subieron 20 puntos y las tasas de interés de los depósitos bancarios en plazos fijos treparon solo 2,2%. Mientras tanto, el dólar subió un 7,77%. Esta diferencia entre las tasas de interés muestra quienes son los que han ganado con esta política monetaria.

 

Usura financiera y conflictos sociales

La política del FMI ha sumido al sector productivo del país en una crisis única marcada por una recesión continua acompañada de inflación. En promedio, más de la mitad de la capacidad industrial esta ociosa. Paralelamente cierran negocios y hay suspensiones y despidos masivos que ahora involucran a las grandes empresas. Todo esto siembra el terror a la pérdida del empleo, anarquiza y fragmenta a la población en la lucha de todos contra todos.

Así, la ganancia especulativa sin límites desemboca en el caos social. Esto es expresión de la usura, un comportamiento que, desde los orígenes del tiempo ha sido sancionado socialmente, porque inevitablemente destruye a las sociedades.

La usura también aparece en la violenta apropiación de los ingresos de la población a través del tarifazo ilimitado y del endeudamiento popular. Con el subterfugio de “llevar alivio a los que peor la están pasando…y de ayudar a que los beneficiarios de prestaciones o planes sociales puedan estar un poco mejor… incluyéndolos financieramente” (clarín.com.9 3 2019), el gobierno se prepara para repetir la estrategia que le facilitó el resultado electoral en las elecciones de medio término del 2017: “Adelantar ingresos mediante créditos” otorgados con fondos de la ANSES para dinamizar el consumo. (clarín.com 9 3 2019).

No se trata de reanimar la economía aumentando salarios y otorgando créditos para la producción o para la vivienda. Incluir a los más pobres con empleo en el sistema productivo implica correr el riesgo de darles poder colectivo para reclamar beneficios. El crédito para los pobres —el endeudamiento generalizado— permite en cambio revolcar a la población en el desamparo de su vulnerabilidad individual, aislados sin conciencia del poder colectivo que otorga el empleo y sobreviviendo de cualquier modo, siempre bajo la amenaza de ser extinguidos.

Al miedo a la pérdida del trabajo y a la pobreza extrema se suma ahora la usura como método de disciplinamiento social. Esta situación de extrema debilidad fragmenta en mil pedazos a la población y la sumerge en el aislamiento de la lucha desesperada e individual contra un endeudamiento sin fin. En este contexto el adelanto del aumento del 46% para la Asignación Universal por Hijo (AUH) y para la Asignación para Protección Social no es otra cosa que una migaja que en su perversidad no alcanza a cubrir el deterioro de estas prestaciones por la inflación.

La desarticulación de la estructura productiva no es algo casual. Es algo que el FMI busca imponer con las altísimas tasas de interés sumadas a un dólar alto, un dólar que no puede escaparse porque amenaza la estabilidad política del gobierno. Un dólar que, sin embargo, debe mantenerse en un nivel que permita licuar el déficit fiscal y asegurar rápidamente el superávit financiero para así garantizar el repago de la deuda externa. El objetivo último perseguido por el ajuste estructural impuesto por el FMI es asegurar una transferencia continua e ilimitada del excedente, los ingresos y la riqueza acumulada en el país hacia el capital financiero internacional a través de la dinámica de la deuda externa.

Esta, como toda deuda, se rige por el crecimiento exponencial de los intereses, crecimiento que tarde o temprano tiende a superar al crecimiento de la producción. Este fenómeno no solo depende de las leyes de las matemáticas sino que se rige por múltiples variables, entre otras: el clima, la tecnología, la política. La tendencia al crecimiento dispar entre el interés compuesto de la deuda y el crecimiento de la producción es un fenómeno que hoy domina en el mundo entero y en particular en los Estados Unidos, centro de expansión del capitalismo global monopólico.

El crecimiento exponencial de los intereses de la deuda externa desemboca en los países periféricos en una tendencia al default y a la reestructuración de la deuda a partir de contraer nueva deuda y de capitalizar los intereses de la deuda vieja. Todo esto implica contraer nuevas tasas de interés que generalmente son superiores a los intereses de la deuda que se intenta reestructurar.

El FMI salvó del default al gobierno de Macri luego de la corrida cambiaria de 2018 y ha permitido que sus empresas, conjuntamente con un puñado de grandes corporaciones (locales y extranjeras) afiancen su control sobre el área de la energía. Así este grupo empresario ha encontrado en la dolarización de los combustibles y de las tarifas la varita mágica que les permite enriquecerse rápidamente concentrando transferencias interminables del excedente y de los ingresos de la población hacia sus bolsillos particulares. De ahí el tarifazo sin límite que sacude a toda la población y a los sectores productivos.

En este contexto, la recesión impulsada por la política del FMI se resignifica. Se trata, al decir del economista Miguel Broda, de doblegar el poder del capitalismo prebendario local (lanacion.com 14 3 2019). El ajuste del FMI ha desatado una furiosa resistencia de las corporaciones y grupos económicos que desde tiempo atrás controlan monopólicamente los puntos neurálgicos de la economía local y detentan enorme capacidad para preservar y ampliar su tajada de la apropiación de ingresos, del excedente y de la riqueza acumulada en el país. De ahí que estos grupos económicos transfieren la devaluación y la dolarización de tarifas y combustibles, y algo más, a los precios de los bienes que producen o controlan. También pelean con otros métodos. Hoy el desabastecimiento amenaza a algunas cadenas de valor, la liquidación de divisas fue en febrero un 23% inferior a la realizada un año atrás y los exportadores anuncian que no podrán cumplir con la expectativa oficial de liquidación de divisas en los meses venideros. Paralelamente, la fuga de capitales se duplica mes a mes y ha retomado los niveles alcanzados en la última corrida cambiaria de 2018.

Esta situación muestra que las herramientas usadas hasta ahora no bastan para contener a la corrida y anticipan un futuro incierto. El viaje de Dujovne a Washington esta semana logró el desembolso de cerca de 10.000 millones de dólares del préstamo del FMI para enfrentar los gastos corrientes y la posibilidad de una corrida en los meses que vienen. Esto no disipa los peligros. Baste con recordar que la corrida cambiaria de 2018 hizo desaparecer una cifra mayor en muy poco tiempo.

 

Mafia, Estado en las Sombras y geopolítica

En este contexto de creciente conflictividad, el coraje y la integridad del juez Alejo Ramos Padilla en su investigación de lo que inicialmente fue la extorsión económica a un empresario ha logrado correr por un instante la espesa bruma que desde hace décadas oculta el funcionamiento de la mafia que carcome a nuestras instituciones. Más aun, la exposición del juez ante la Comisión de Defensa de la Libertad de Expresión de la Cámara de Representantes permitió iluminar la vinculación entre esta mafia y las operaciones de un Estado en las Sombras (MPR IADE 2017) que, desde el centro del capitalismo global monopólico en los Estados Unidos, pretende dominar al mundo entero y atarnos de pies y manos a sus designios geopolíticos.

El juez, con el asesoramiento de la Comisión Bonaerense de la Memoria, expuso algunas de las innumerables pruebas obtenidas que demuestran la existencia de una asociación ilícita de espionaje ilegal, político y judicial que vincula a periodistas, diputados, dirigentes políticos, funcionarios del gobierno, jueces y fiscales con el apriete y los ablandes con fines de extorsión económica y/o política, con la creación de causas judiciales, y más específicamente con la causa de los gloriosos cuadernos de la corrupción empresaria y la actuación del fiscal Carlos Stornelli a cargo de la misma. El juez también expuso los intentos de este fiscal y de las autoridades judiciales y funcionarios del Ejecutivo de impedir su investigación de los ilícitos descubiertos y la vulnerabilidad de su persona y de su juzgado ante posibles represalias de diversa índole.

La información del juez muestra las ramificaciones de esta mafia en otros países y su vinculación con operaciones financieras y comerciales ilícitas y con la “extracción” de personas al estilo de las “tareas” realizadas durante el Terrorismo de Estado. Todo esto ha puesto al desnudo la índole extorsiva y violenta del gobierno de Macri, que llegó al poder por el voto popular pero ha utilizado a esta mafia para perseguir a la oposición e imponer sus intereses económicos y políticos.

La exposición del juez desnuda el grado de deterioro institucional del momento que vivimos y al mismo tiempo, la fuerza disruptiva que conlleva la búsqueda de la verdad por parte de un magistrado intachable. Sin embargo, este acto de enorme importancia no alcanza para cambiar la relación de fuerzas que impera en la coyuntura. Más allá de la repercusión positiva que la exposición del juez Ramos Padilla pueda eventualmente tener sobre el accionar futuro de la Corte y de las instancias superiores del sistema judicial, la mejor protección que se puede brindar al juez y a su investigación reside en el apoyo activo de los ciudadanos de a pie a la constitución de un espacio amplio que permita discutir y elaborar la reforma judicial que el país necesita, para terminar con las mafias y el clientelismo que impregnan al sistema judicial y a las instituciones políticas.

Porciones de la evidencia expuesta por el juez Ramos Padilla también muestran la conexión que existe entre la violencia de las sanciones económicas impuestas a Venezuela por los Estados Unidos en los últimos meses y las operaciones de la mafia local argentina para preparar el terreno de la desestabilización económica y política del gobierno de Maduro y complicar al gobierno K con la gestión de este gobierno y de su empresa estatal petrolera PDVSA.

Tal como lo pregona el manual de las fuerzas especiales norteamericanas, (Army Special Operations Forces. Unconventional Warfare. FM 3-05.130. wikileaks.org 2008), el gobierno norteamericano utiliza un abanico de estrategias de desestabilización que van desde las políticas y las intervenciones de organismos financieros internacionales como el FMI, hasta acciones mafiosas directamente orientadas a crear un caos político dentro del país objeto de la agresión.

De este modo, el ajuste estructural que el FMI pretende imponer al país aparece ahora iluminado por la erupción volcánica de la mafia que impregna a las instituciones de los tres Poderes del Estado, una mafia que desencadenó y conduce la gesta de los gloriosos cuadernos de la corrupción empresaria.

Así, el juez Ramos Padilla ha abierto la caja de Pandora de la degradación institucional de este gobierno, una degradación que desnuda su progresiva perdida del control político y económico. En estas circunstancias, si la oposición no logra acumular fuerzas en la calle y proponer un proyecto alternativo el desenlace de la crisis será imprevisible. De ahí la importancia del momento actual y la necesidad de articular una visión clara de los intereses del conjunto de la sociedad, de lo que está en juego y de quién es quién en esto que constituye una guerra solapada contra la identidad nacional y contra la población y sus estratos sociales mas vulnerables.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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