Vade retro, cacerolas

El apoderado del PTS responde al artículo de Santiago Campana que publicamos la semana pasada

 

En una nota publicada el domingo en El Cohete a la Luna titulada "Cacerolas vacías de ideas" y firmada por Santiago Campana (https://www.elcohetealaluna.com/cacerolas-vacias-de-ideas/ ) se quiso hacer una amalgama entre la histórica posición de los socialistas y anarquistas sobre el salario de los funcionarios públicos y los cacerolazos incentivados por la derecha más reaccionaria, algo que fue repetido por Horacio Verbitsky en su participación en El Destape Radio del lunes 6 de abril.

Campana discute contra una posición que lejos está de ser la de la izquierda: que los funcionarios políticos deberían ejercer sus funciones en forma gratuita. Lejos de compartir esa posición, la combatimos, pues efectivamente significaría que sólo los ricos pudieran hacer política.

 

También nos quiere mezclar entre los que plantean que una rebaja de los haberes de los legisladores y funcionarios políticos (hablamos de funcionarios políticos y no de carrera administrativa) sería una "solución" para conseguir los fondos necesarios para todas las medidas sanitarias y sociales que impone la pandemia del Covid-19. En vez de buscar viejos afiches, podría leer en La Izquierda Diario que planteamos el no pago de la deuda (se pagaron más de 5.000 millones de dólares en lo que va del año) e impuestos extraordinarios a los banqueros y grandes grupos empresarios como parte de un planteo integral que incluye la declaración de utilidad pública sujeto a expropiación de la salud privada y los laboratorios medicinales, testeos masivos, $  30.000 de salario de cuarentena para todxs aquellxs que tengan que estar en sus casas sin recibir licencias pagas, etc., etc.

Aclarado esto, vamos a la consigna de que los diputados y funcionarios políticos  deberían ganar igual que un docente o un trabajador calificado.

Más allá de que el cuadro de lo que ganan los diputados de Latinoamérica en dólares es engañoso (acá hubo una mega devaluación y cualquiera sabe que 1.000 dólares en Argentina rinden muchísimo más que el mismo importe en Chile), lo que no explica y ni siquiera se pregunta Campana es por qué un diputado o un funcionario político tiene que ganar seis u ocho veces más que el salario promedio, y ni que hablar de los jueces.

El planteo de los socialistas data de una experiencia social hasta entonces inédita, el primer gobierno obrero de la historia: la Comuna de París de 1871. Allí todos los cargos públicos eran sometidos a elección popular y se regían por el principio de mandatos revocables por sus electores, además de ser remunerados como el salario de un obrero calificado.

Y ya que en su nota Santiago Campana menciona a Marx, veamos cómo a este último punto Marx le da un valor fundamental en la transición de un Estado Burgués a un Estado Proletario. En El Estado y la revolución, Lenin asegura: “En este sentido, es singularmente notable una de las medidas decretadas por la Comuna, que Marx subraya: "La reducción de los sueldos de todos los funcionarios del Estado al nivel del 'salario de un obrero'. Aquí es precisamente donde se expresa de un modo más evidente el viraje de la democracia burguesa a la democracia proletaria, de la democracia de la clase opresora a la democracia de las clases oprimidas, del Estado como 'fuerza especial' para la represión de una determinada clase, a la represión de los opresores por la fuerza conjunta de la mayoría del pueblo, de los obreros y los campesinos". Ese y no otro es el sentido de nuestra política.

Sostenemos que la 'casta política' y la judicial tienen remuneraciones excesivas y no viven ninguna de las carencias del pueblo trabajador como parte de la paga de las clases dominantes a quienes gestionan, legislan y fallan judicialmente a su servicio, en un país en donde esa clase no paró de 'hacerla en pala' desde la dictadura para acá. Nunca separamos la 'casta política' y judicial de la clase social a la que representan.

Es desde ese punto de vista que rechazamos a una "casta" que tiene un nivel de vida superior al de cualquier trabajador, y no vamos a naturalizar ese privilegio (en general vitalicio) que tiene la misma lógica que el nivel gerencial en las empresas.

La 'casta política' no sólo intenta acercarse al nivel de vida de la clase social para la cual ejerce su función, sino también necesita grandes "cajas" para "hacer política", lógica que a la que no puede escapar cualquier partido que se proponga "disputar el poder" en los términos de la administración de este Estado capitalista.

Cualquiera debería preguntarse por qué un médico o enfermera de un hospital público que está en la primera línea en medio de la pandemia tiene ingresos por demás inferiores al de un diputado, senador, ministro o juez. No darse cuenta de ello le da pasto a la "antipolítica" que intentará montarse sobre el justo odio popular a esos privilegios para evitar que las clases medias arruinadas apunten contra el gran capital.

Es desde ahí que todxs lxs diputadxs, legisladorxs, concejalxs del PTS en el Frente de Izquierda perciben un salario como un docente, viviendo y sufriendo con las mayorías populares los aumentos de precios, los tarifazos, etc. (el resto de las dietas, como es público, se utilizan para aportar a luchas y causas populares).

Sería bueno que en vez de intentar mezclarnos con las críticas por derecha (alguno de cuyos principales voceros, como el Jefe de Bloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri, se puso "a las órdenes del Comandante Alberto Fernández"), informen con objetividad y seriedad las posiciones políticas adversarias al gobierno que ustedes defienden.

 

 

 

* El autor es apoderado del PTS y miembro de la Mesa Nacional del Frente de Izquierda Unidad

 

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