Vargas Llosa: el sonido del silencio

En el Perú está gestándose un movimiento de ultraderecha golpista

Las maniobras del fujimorismo y de los partidos aliados de la derecha para impedir la proclamación de Pedro Castillo a la Presidencia del Perú están desmoronándose por la falta de pruebas que demuestren el supuesto fraude, el respaldo internacional al transparente proceso electoral llevado a cabo  y la difusión de los escandalosos audios en los que Vladimiro Montesinos, el poderoso asesor de inteligencia del expresidente Alberto Fujimori, devela sus intentos “por ayudar a la chica (Keiko) porque si no, terminará presa”. Sin embargo, estos elementos no son tomados en cuenta por los líderes políticos y personalidades independientes que continúan apoyando las maniobras de Fuerza Popular para impedir la proclamación de Pedro Castillo.

Esta semana IDL-Reporteros ha revelado nuevos audios entre Montesinos y su contacto, el comandante en retiro Pedro Rejas, lo que ha evidenciado que la cárcel de máxima seguridad en la Base Naval de la Marina donde cumple su condena a 25 años por la masacre de Barrios Altos, es bastante relajada para controlar sus maniobras políticas. Los nuevos audios tuvieron lugar antes del comunicado del Departamento de Estado  en el que se alaba el proceso democrático realizado en el Perú y se lo presenta como modelo de democracia en la región.

Montesinos sabía que el pedido de nulidad de actas de zonas rurales donde Castillo había ganado abrumadoramente, no permitiría revertir el resultado y proclamar ganadora a su candidata. Era necesario comprar a los magistrados del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para que anularan esas actas. En el audio le sugiere nombres de empresarios que podrían ser los donantes del soborno y añade: “No estamos en una guerra convencional, es una guerra irregular en la que hay que utilizar procedimientos especiales”.

Montesinos sugiere también una acción paralela: acudir a la CIA. “Mira” dice Montesinos,  “lo que tienen que hacer es ir a la embajada de Estados Unidos, y hablar con el de inteligencia de la embajada, llevarle toda la documentación del fraude (sic) (…) tendrían que ir a la embajada y hablar con el encargado de inteligencia de la embajada, que se llama Oficina de Asuntos Regionales (…) Puede ir el marido de ella  (de Keiko), como es norteamericano, puede ir a su embajada, llevar los documentos, mostrarlos, dejarlos al de la embajada, y pedirle que los remitan al jefe de ellos en Washington. Y en Washington el jefe (de la CIA, se entiende) le da cuenta al presidente de allá, y se pide que la vocera de la Casa Blanca emita una declaración, para evitar que Cuba, Venezuela o Nicaragua se impongan en el Perú. Una declaración de esas tiene, pues, un peso grande”. Y finaliza: “eso lo he mandado a decir hace varios días, y no me hacen caso hermano!”.

Sobre estos aspectos, los cruzados de la libertad no han deslindado o puesto un límite a su compromiso con la candidata Fujimori. Mario Vargas Llosa, quien la ha apoyado con alma, corazón y vida ha enmudecido, así como muchos otros ilustres disque defensores de la democracia. Nada ha dicho sobre la carta de 1300 militares en retiro dirigida al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en la que solicitan no reconocer a Pedro Castillo si el JNE lo proclama presidente del Perú. ¿No es eso a todas luces un intento golpista?

Tampoco ha deslindado con los llamados a un golpe militar de parte de un sector de la derecha peruana. Esta propone “una alianza invencible entre civiles y militares” que se plasme en un gran gobierno de transición nacional para hacer unas nuevas elecciones, puesto que no se rendirán ante el fraude y el triunfo del comunismo y el terrorismo en el Perú. “No aceptaremos la proclamación de un presidente nulo por un Jurado Nacional Electoral espurio” señalan.

¿Será que su anticomunismo visceral e irracional ha alterado sus principios liberales? Inclusive el periodista Carlos Alberto Montaner, uno de sus amigos de la militancia miamera (Orlando Gutiérrez-Boronat, de la Resistencia Cubana; Francis Suárez, alcalde republicano de Miami que declaró el 10 de diciembre de 2020 como "Día del Anticomunismo"; Mauricio Claver-Carone,  portavoz del exilio anticubano en Miami, impuesto por Trump como presidente del BID, entre otros) ha descartado la existencia de fraude electoral.

¿Coincide Vargas Llosa con el vocero de Fuerza Popular, Fernando Rospigliosi, quien dice que “Aquí nadie se rinde, que vamos a pelear contra el fraude chavista planificado y ejecutado por los agentes de Cuba y Venezuela (…) que no podemos permitir que se imponga una dictadura robando las elecciones y distorsionando la voluntad popular”? ¿En serio comulga con ese absurdo?

¿No siente vergüenza el Nobel del espectáculo bochornoso que el Perú proyecta al mundo por el poco respeto a la institucionalidad y a la democracia? Qué lejos de la institucionalidad posdictaduras militares de Chile o de Uruguay, en donde se respetan los resultados electorales cuando estos le son adversos a los poderosos. O cuando una militante del Partido Comunista de Chile gana las elecciones de la alcaldía de Santiago, la más importante del país. En el Perú, el próximo presidente del Congreso, el congresista electo en representación del partido de ultraderecha Renovación Popular, almirante en retiro Jorge Montoya, asocia patriotismo con anticomunismo y por eso ha propuesto que se prohíban los partidos comunistas en el país.

¿No le dice nada el comunicado del Departamento de Estado de Estados Unidos, de la Unión Europea y sus Estados miembros en Perú, la Embajada de Canadá y la del Reino Unido y el presidente del Consejo Permanente de la OEA, Sir Ronald Sanders que consideran que el proceso electoral del 6 de junio fue libre y democrático?

Tan preocupado Vargas Llosa por la pérdida de la libertad de prensa en un gobierno de Castillo, ¿nada tiene que decir sobre la actual preocupación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA ante las denuncias por acoso a personas por sus opiniones políticas, que incluyen el denominado hostigamiento digital (doixing) que consiste en la divulgación de información personal confidencial con fines intimidatorios o extorsivos? ¿Tampoco nada sobre lo señalado por la CIDH con respecto a la falta de garantías para ejercer la labor periodística en el contexto electoral en Perú y las denuncias de trabajadores de prensa que habrían sido presionados en sus puestos de trabajo en relación con la línea informativa de la cobertura de las elecciones, lo que en algunos casos habría resultado en renuncias forzadas?

Es sorprendente su silencio con relación a la denuncia del Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana, por la falta de objetividad periodística en la cobertura durante la segunda vuelta de la elección presidencial. Ni una palabra frente a la denuncia de la asociación de la prensa extranjera acreditada en el Perú por el acoso y difamación del que eran víctimas, de manera sistemática, varios corresponsales. Tampoco algún comentario siquiera sobre el repudio de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, sobre “los discursos de odio y la discriminación en todas sus facetas, inaceptables en cualquier sociedad democrática”, en alusión a los calificativos utilizados por el entorno de Fujimori contra Pedro Castillo y sus seguidores en razón de su etnicidad.

¿Por qué no aconsejó a su candidata Fujimori de no hacer el ridículo al pedirle al presidente Sagasti que solicite una auditoría a la OEA sobre el proceso electoral, cuando su misión de observadores destacó en reiteradas oportunidades que el proceso fue transparente? Es ingenuo pensar que Almagro desmentiría a sus funcionarios. Y menos aún, que contradiría lo expresado por el Departamento de Estado de EEUU.

Es vergonzoso que Vargas Llosa avale con su silencio a la misión que viajó a Washington para entregarle las supuestas pruebas del fraude a Luis Almagro en la sede de la OEA. La misión estuvo encabezada por el presidente del Instituto Invertir Libertad, Daniel Córdova, quien dijo antes de partir "no tenemos información para probar el fraude... pero hay presunción de fraude" y que no tenía pruebas, pero tampoco dudas. ¿Acaso no saben que la Ley orgánica de elecciones establece la presunción de la validez del voto y que este solo se destruye con pruebas que demuestren lo contrario? De cuello y corbata, al igual que los otros miembros de la misión, con 36 grados de calor, no solo no fueron recibidos, sino que convocaron a una conferencia de prensa a la que solo asistieron los periodistas de los medios peruanos que los acompañaron.

En el Perú está gestándose un movimiento de ultraderecha golpista que está llamando a los cuarteles y que no aceptará el triunfo de Castillo. Las consecuencias serían imprevisibles. Si Vargas Llosa, garante de la candidatura de Fujimori, no se pronuncia pronto, será cómplice e impulsor de esta gesta. Y sus ideas liberales serán pisoteadas por la desestabilización, el desgobierno y, probablemente, por los tanques.

 

 

 

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