El jueves 16 de octubre todavía permanecía cerrado el paso de Rafah, en la frontera con Egipto, como represalia y presión contra Hamás por parte de Israel; la entrega de los cuerpos de rehenes muertos no se estaba realizando según los plazos del acuerdo.
Hamás explicó algo que es muy fácil de comprender: la dificultad de acceder a los restos en una ciudad devastada por las bombas y a túneles derrumbados. Hay grupos de expertos de Egipto y otros países árabes que colaboran en esta búsqueda dramática, excavando entre las ruinas.
Obviamente lo sabe muy bien Israel. ¿Acaso no fue el ex ministro de Defensa israelí Gallant quien dijo "reduciremos El Líbano a la Edad de Piedra"? ¿No es acaso una especialidad de las Fuerzas Armadas israelíes derrumbar barrios enteros con los bulldozers gigantes proveídos por Estados Unidos? En El Líbano no lo lograron; mientras tanto, practicaron en Gaza.
También los palestinos denunciaron violaciones de la tregua; varias personas fueron asesinadas por las fuerzas israelíes porque eran consideradas una "amenaza". Según Al Jazeera, estas personas estaban intentando regresar a sus casas en Khan Younis y hubo nuevos bombardeos.
El alto el fuego es delicado como una telaraña y el acuerdo firmado en Sharm El Sheik parece pegado con saliva.
Pero una frase de Trump en el discurso del Parlamento de Israel tiene el sabor de una advertencia: "Las cosas se habrían puesto mal para Israel si hubiera continuado bombardeando por otros dos o tres años".
Origen
Estos 738 días de masacres en serie han hecho reflexionar sobre la naturaleza del Estado de Israel. El escritor valenciano Manuel Vicent solía decir que un asesinato se escondía en el origen del Estado; un vistazo a la historia de Israel en el siglo XX hasta 1948 parece confirmarlo.
La violencia que Occidente simula no ver es parte del proceso que acompañó la diáspora judía hasta la creación del Estado de Israel. Los ejemplos más conocidos fueron los grupos armados de la Banda Stern y la Irgun, responsables del asesinato de diplomáticos británicos en El Cairo en 1944, la bomba en el Hotel King David en 1946, la masacre de Deir Yassin en 1947 y la Nakba en 1948.
La estrategia de violencia fue buscada; se trataba de crear un vecino amenazador en un enclave rodeado de enemigos, el uso de la fuerza para impedir el rechazo de un cuerpo extraño; la guerra, después de la creación del Estado de Israel, se transformó en una necesidad defensiva.
La dirigencia construyó pacientemente una estructura de disuasión en torno a la idea de que meterse contra Israel traería aparejada una consecuencia letal, como la cacería al grupo Septiembre Negro que asesinó a los atletas judíos en Múnich en 1972.
Después de la Guerra de los Seis Días de 1967 y la del Yom Kippur de 1973, Israel transitó un período de relativa tranquilidad. La llegada de la revolución en Irán trajo nuevas inquietudes. La revolución iraní se consolidó, se presentó como antiimperialista y anticolonialista; estos impulsos desembocaron en la creación del Eje de la Resistencia, atrayendo las poblaciones chiítas. El general Soleiman le dio una forma organizativa; se integraron Hezbollah, los yemenitas de Ansarullah, la Fuerza de Movilización Popular de Irak, el gobierno sirio y las formaciones de combatientes palestinos.
Para Israel, un enemigo que no fuera lindero complicaba las cosas; no podía atacarlo por tierra. Esta particularidad influyó en el resultado de la Guerra de los Doce Días este año, en la que Israel se llevó la peor parte.
La disuasión funcionó hasta el 7 de octubre de 2023. Había sido ya debilitada por la Operación Responsabilidad de 1993, que concluyó con un acuerdo informal con Hezbollah. A esta operación siguió en mayor escala Grapes of Wrath (1996), cuando se estableció con Hezbollah la línea roja de no atacar civiles.
En 2000 llegó el retiro de El Líbano sin condiciones después de 18 años de desgaste, pero la primera gran derrota de Israel llegó con la segunda guerra de El Líbano en 2006. Ese conflicto duró 34 días; el objetivo era destruir la capacidad militar de Hezbollah y empujarlos a retirarse más allá del río Litani. Las Fuerzas Armadas israelíes fallaron en sus objetivos, quedaron bloqueadas en su ofensiva y sufrieron pérdidas importantes. Israel se salvó gracias a la resolución ONU 1701, que le permitió salir del rincón, inaugurando una modalidad: Israel se lanzó a una nueva aventura y, cuando aparecieron los problemas, Occidente llegó al rescate.
Los riesgos de este aventurerismo bélico fueron repetidamente señalados a raíz del conflicto con Hamás; así lo hizo Simon Tisdall en The Guardian del 31 de julio de 2024 en la nota "Israel has all but declared war in the Middle East. A conflict it cannot hope to win".
Pero en 2016 la situación parecía estable, lo que llevó al secretario de Hezbollah Hassab Nasrallah a decir que Israel era más débil que una tela de araña.
Israel esperó nueve años para hacerle pagar la bravata a Nasrallah: la tercera guerra de El Líbano, en septiembre de 2024, terminada en noviembre; famosa por el atentado múltiple a través del buscapersonas con el explosivo dentro y los asesinatos selectivos de Hassab Nasrallah y su sucesor Hashem Safieddine, y obviamente los intensos bombardeos sobre Beirut y el resto del país. Tampoco esta vez se lograron los objetivos estratégicos: la destrucción total de la capacidad militar de Hezbollah y crear una zona colchón hasta el río Litani; la penetración de las Fuerzas Armadas israelíes fue aún menor que en 2006.
Y en la Guerra de los Doce Días, Occidente volvió al rescate cuando Trump organizó la operación Martillo de Medianoche para salvar a Israel del desastre que había desencadenado.
En lo que respecta estrictamente a Palestina, desde 2008 hasta el ataque de Hamás, Israel asesinó a 6.300 palestinos, de los cuales 5.000 fueron aniquilados en Gaza, e hirieron a 158.440 víctimas. Las víctimas israelíes de Hamás y otros grupos fueron 310 muertos y 6.460 heridos.
La presión de Trump consiguió forzar una paz que el gobierno israelí no estaba dispuesto a afrontar, y se puede considerar el último salvataje occidental; el programa de guerra infinita de Netanyahu es imposible de sostener militar y financieramente. El objetivo estratégico de Israel no es factible.
El ejército de Tel Aviv está compuesto de 150.000 soldados profesionales y 300.000 reservistas. Los efectivos están exhaustos, y muchos desmoralizados. Ya en 2024 se consideraba que la cifra de 10.000 soldados entre muertos y heridos en Gaza era atendible; cada mes se registraban aproximadamente 1.000 casos con graves traumas físicos y mentales que ingresaban en los hospitales.
Alon Pinkas en Haaretz el año pasado había descripto el panorama de Israel: estado de guerra permanente acompañado de incertidumbre, ansiedad, miedos, tensiones, dificultad económica y estrés mental; era allí donde Netanyahu quería llevar a los israelíes, adormecer la política con la guerra sin fin era el objetivo. La guerra permanente es el carburante que ha tenido en pie el gobierno de Israel, pero la actividad militar estaba amenazando los intereses americanos en la región (y los personales de la familia Trump) y creando problemas al Presidente dentro de Estados Unidos. Trump lo dijo claramente: "Israel no puede combatir contra el mundo".
El día después
La cuestión de la gestión de gobierno en la Franja de Gaza agita a todas las partes que participan de una manera u otra en el conflicto.
La pregunta de quién gobernará Gaza después de la guerra tiene para la resistencia una respuesta existencial, y hay motivos para preocuparse; ya el 23 de enero de 2025 The Cradle anunciaba que los Emiratos Árabes Unidos e Israel habían acordado que los Emiratos se ocuparían de controlar la Franja, con una salvedad, sólo después de "una invitación" de parte de los palestinos.
En la edición de The Cradle del 16 de octubre Mohammad al-Ayoubi enumeró los tres posibles escenarios para "el día después".
- Escenario 1: Gobierno guiado por la resistencia; Hamás llena el vacío.
Probabilidad estimada: 60%.
Esta posibilidad se basa en el principio de la "realidad impuesta". Ayham Shananaa, alto funcionario de Hamás, sostiene que el 70% de la Franja está controlado por los cuerpos policiales formados por Hamás (inicialmente con el visto bueno de Trump, situación variable por un nuevo posteo de este anunciando una dura represión contra Hamás a raíz de ejecuciones callejeras, según la CNN).
Este modelo presupone que la franja quedaría bajo el control administrativo y político de Hamás hasta que los acuerdos internos y externos estén suficientemente maduros para formar un gobierno tecnocrático de unidad nacional, aceptable tanto por los actores palestinos como internacionales.
Sería un modelo híbrido entre autoridad de la resistencia y administración civil provisoria.
Las últimas encuestas dan la aceptación de Hamás en la Franja al 5%; mientras tanto, la organización está cerrando las cuentas con familias y organizaciones palestinas que colaboran o colaboraron con Israel.
- Escenario 2: Reelaboración pre-2005: coordinación de la seguridad y supervisión externa.
Probabilidad estimada: 25%.
Es la opción favorita de Estados Unidos; los pactos precedentes al 2005 preveían un acuerdo tripartito entre la ocupación israelí, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y un órgano de supervisión guiado por Estados Unidos, posiblemente con el sostén de Egipto y Qatar.
Este escenario será difícil por dos cuestiones: Hamás no cedería el control ni renunciaría a sus posiciones políticas y militares. Sigue siendo el grupo que negoció con Estados Unidos, que, no obstante sus menguadas fuerzas, está presente en la Franja. La otra cuestión es el desmedro de la Autoridad Nacional Palestina, por colaboraciones pasadas con el ocupante israelí en cuestiones de seguridad.
- Escenario 3: Caos proyectado: descenso controlado en el conflicto.
Probabilidad estimada: 15%.
Es el menos probable y el más peligroso. Implica el regreso de los enfrentamientos armados entre facciones palestinas o entre grupos de resistencia y milicias sostenidas por Israel. El caso más notorio es el de Abu Shabab, de 35 años, proveniente de Rafah; pertenece a la tribu beduina Tarabin. Conocido como contrabandista de armas, drogas y mercaderías a través de los túneles y pasos de frontera de Gaza, con contactos con el líder local del Isis Ansar Beit al-Maqdis. Abu Shabab fue encarcelado por Hamás por homicidio y tráfico de drogas. Fue liberado el 23 de octubre a raíz de los bombardeos de Israel, cuando Hamás tuvo que abrir sus prisiones.
Una situación de este tipo haría vacilar las negociaciones y el alto el fuego; es la que prefiere Tel-Aviv, ya que podría contribuir al desorden en Gaza y al desgaste de los grupos resistentes, impidiendo una estabilidad del orden político y la unificación de los actores.
No obstante los riesgos, este escenario es improbable en el breve término, debido a que los actores regionales, Qatar y Egipto en particular, están trabajando intensamente para impedir una nueva explosión que podría desmantelar el incipiente proceso político.
De la justicia a la vendetta
Los que han estudiado derecho habrán descubierto que la Ley del Talión fue un progreso en la historia de la humanidad. Sonaba terrible: "Ojo por ojo y diente por diente". Evocaba una brutalidad atávica, pero proponía la idea de equivalencia; antes del talión, le cortabas un brazo a una persona y sus parientes podían ejecutar la vendetta matándote y exterminando a tu familia.
Está bien explicado en la primera escena del film El Padrino, cuando Amerigo Bonasera le pide a Don Corleone venganza: que mate a los dos sujetos que violaron y golpearon a la hija. Don Corleone rechaza la demanda y lo explica con simpleza: "Tu hija está viva"; la muerte de los culpables iría más allá de lo establecido.
Los muertos ocasionados por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 fueron aproximadamente 1.200, la lista de los muertos palestinos ha subido hasta 68.000, los que han podido registrarse; después están los cuerpos sepultados entre las ruinas, los desaparecidos.
Aquí no existe ninguna equivalencia; hasta la antigua Ley del Talión ha sido dejada de lado. En este genocidio, Estados Unidos es cómplice por acción y omisión. Las razones son múltiples, y una concepción religiosa de la política no es un elemento ajeno a la cosmovisión de los dos Estados.
La acción desmesurada de Israel tuvo por objeto llevar a Gaza a la Edad de Piedra; en cambio, son ellos, los asesinos, los que han regresado a tal época. El ejército de Tel Aviv ha pisoteado milenios de derecho y normas que ayudaron a la humanidad a sobrevivir y crear un estado de cosas que todavía llamamos civilización.
Epílogo con manchas verdes
En Il Fatto Quotidiano de Roma del martes 14 de octubre, la periodista palestina Elina El-Yazji, corresponsal en Gaza para la emisora china CGTN, relata su caminata entre las ruinas sin olvidarse de citar las cifras del desastre: “Según el último informe de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHOA), 36 millones de toneladas de escombro cubren los barrios de Gaza… los hospitales, en particular Al-Shifa y Al-Quds, funcionan al mínimo, las pocas escuelas que todavía quedan en pie están cerradas… y no obstante todo, la humanidad resiste. En Beit Lahia un grupo de mujeres ha abierto una pequeña cocina para alimentar a los repatriados, utilizando donaciones de lentejas y harina… ‘Perdimos todo’, dice Huda, una de las fundadoras, ‘pero no nuestras manos’ (...) La reconstrucción de Gaza requiere no solo fondos, también voluntad política y un flujo duradero de inversiones y materiales; los pasos (de frontera) se abren esporádicamente y la carencia de combustible paraliza la distribución de alimentos (...) En las conversaciones con decenas de repatriados hay un hilo constante que permanece: la voluntad de recomenzar... ‘Aunque sea solo una carpa sobre los escombros, es siempre nuestra casa’, dice Marian, una madre de 28 años".
Elina prosigue su caminata y cuenta que los padres construyen hamacas para los niños con restos metálicos; la gente se aferra a pequeños rituales de normalidad; las madres plantan menta y albahaca en latitas, manchas de verde entre las ruinas que reflejan la obstinación de los palestinos por sobrevivir. Como la naturaleza, cuando recuperan los espacios de los que habían sido expulsados, los ciudadanos de Gaza, con obstinación, se ponen de pie. "Es siempre nuestra casa".
--------------------------------
Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí
Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí
Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí