Walsh, editor de policiales

Su desempeño en el diario Noticias, entre el '73 y el '74

 

De los cuentos policiales a los cables de la Agencia de Noticias Clandestina y de Operación masacre a la carta abierta a la última dictadura militar, la obra periodística y literaria de Rodolfo Walsh ha sido objeto de minuciosas investigaciones, estudios críticos y biografías. Esa notable producción, sin embargo, no contempla una experiencia singular: el desempeño de Walsh como editor de Información General y Policiales en el diario Noticias, entre noviembre de 1973 y agosto de 1974.

Walsh había sido colaborador de Leoplán, Mayoría, Panorama y La Opinión, entre otras publicaciones. Noticias fue su trabajo estable en una redacción, como parte del proyecto que encabezaron Francisco Urondo, Miguel Bonasso, Horacio Verbitsky y Juan Gelman. El diario “pretendía disputarle a Crónica el público más popular”, dice Eduardo Jozami en su biografía de Walsh, y la cobertura de los sucesos policiales era estratégica.

 

Rodolfo Walsh.

 

La sección estuvo integrada por Alicia Barrios, Julio Barry, Martín Caparrós, Leandro Gil Ibarra y Patricia Walsh. La impronta de Walsh resalta en el encuadre de la información, que refiere a conflictos políticos e históricos y a la coyuntura del gobierno peronista; el registro sistemático de la represión policial, por otra parte, profundiza las denuncias de “la secta del gatillo y la picana” publicadas previamente en el periódico CGT y anticipa los partes de la Agencia de Noticias Clandestina.

La participación de Walsh en Noticias suele restringirse a sus notas sobre la revolución palestina y al obituario de Perón, publicado el 2 de julio de 1974. Una excepción es el libro Noticias de los montoneros, la historia del diario que no pudo anunciar la revolución (2009), donde Gabriela Esquivada entrevista a ex redactores y reconstruye el ambiente de trabajo en medio de la aceleración de la disputa política. Pero falta un análisis de los criterios de aquella sección de Policiales que perdura como una rareza.

Noticias sale a la calle el 21 de noviembre de 1973 y en el primer número retoma un cuádruple homicidio perpetrado en el barrio Kolynos, de Quilmes Oeste. Isaac “Alberto” Mosqueda, militante de Montoneros de 38 años; Juan Carlos Piray, de 18 años; Juan Francisco Aristegui, de 17, y Omar José Arce, de 13, habían sido asesinados por la policía bonaerense el 2 de noviembre. A través de una serie de notas, el diario reclama por la investigación, entrevista al único testigo –un niño de 8 años— y refuta la versión policial de un enfrentamiento.

 

 

“¿Qué pasó en barrio Kolynos?”, la serie por entregas, resalta el encubrimiento del crimen por parte del periodismo: “Al día siguiente los diarios publicaron la información suministrada por la policía con títulos de rutina: ‘Lucha sin cuartel contra el hampa’, ‘Fue ametrallado un aguantadero’, etc”. La lectura de la prensa como vocero policial se reitera: el 11 de diciembre el diario reproduce una denuncia de vecinos del barrio La Cava, de San Isidro, y afirma que la policía bonaerense intentó fraguar un enfrentamiento con la colaboración de un fotógrafo del diario Crónica.

La familia Arce había llegado al barrio desde Ezpeleta, amenazada por el Comando de Organización, y estaba vinculada con Montoneros. Sergio, el padre de Mosqueda, “tuvo destacada actuación gremial desde 1946” y reivindica “el valor de la doctrina del general Perón”. Noticias elabora una reflexión a través del testimonio de los familiares: “La compañera de Alberto, Matilde, explica: ‘A veces Alberto y yo discutíamos con Sergio. Él es peronista desde siempre, como nosotros. Cuando le explicábamos que el continuismo y los gorilas están infiltrados entre los peronistas, se resistía a creernos. (…) Lamentablemente, ahora que perdimos a Alberto, se da cuenta de toda la verdad’”.

El registro de la violencia institucional era habitual en la prensa gráfica desde los años '60, pero provenía de fuentes policiales y funcionaba como un signo de victoria sobre el delito. Noticias produce su propia estadística en base a fuentes propias y a la información pública, y documenta el incremento de la represión. La denuncia se traslada en títulos impactantes: “Cuatro bajas y van veintinueve”, “Provincial sigue matando”, “200 tiros para un hombre” y otros.

 

 

En Noticias de los montoneros, Caparrós recuerda que escribió la nota “La Policía Federal mata 33 a 1”, publicada el 26 de agosto de 1974; el artículo refuta las estadísticas oficiales y analiza las cifras: “De cada siete baleados, seis mueren y solo uno queda herido. La proporción normal en los conflictos bélicos es de cinco heridos por cada muerto”. Los crímenes de la Federal aumentan “desde que los comisarios generales Alberto Villar y Luis Alberto Margaride se hicieron cargo de su conducción”, en mayo de 1974.

Las crónicas reponen la expresión “gatillo alegre”, que Walsh impuso en las notas para CGT, y valoran la cifra negra de la violencia policial que surge a través de fuentes propias. “Hay casos especiales importantes de remarcar –destaca el diario—: son aquellos en los que, a través de denuncias populares nunca desmentidas, se demuestra la culpabilidad de la Policía en fusilamientos, secuestros y otros atropellos”.

Noticias publica también la información oficial. La sección de notas breves se llama “Parte policial” y recoge esos comunicados en principio anodinos que llegan cada mañana a la redacción y donde Walsh indaga “el movimiento interno de la fuerza: un comisario que transferían de la Brigada de Lanús a la Brigada de Quilmes, él sabía dónde había estado ese comisario en 1959”, según Caparrós. A diferencia de lo habitual en el periodismo, el diario pone sobre aviso al lector y multiplica giros como “según la información suministrada por la policía”, “siempre según la policía” o “la versión del tiroteo es la habitual”. Este distanciamiento remite a una enseñanza de Walsh en las notas para el semanario CGT: “Así como hay apenas media docena de chistes básicos que admiten infinitas variaciones, la crónica policial bonaerense registra media docena de historias que pueden tomarse como modelo”, es decir, las versiones policiales siguen patrones discursivos que apuntan a normalizar sus intervenciones y borrar los propios delitos.

 

 

El diario sigue las internas de las fuerzas de seguridad y penitenciarias con información de primera mano proveniente de oficiales, suboficiales y hasta de un Comando Policial de Resistencia Peronista que se reporta desde Neuquén. El 2 y el 9 de agosto de 1974 Noticias publica cartas donde agentes de la Policía Federal afirman que Villar encubre a bandas parapoliciales: “Nos sentimos obligados a señalar que la actual jefatura de la policía, en su uso ilegal del aparato policial, está fomentando una atmósfera de caos e inestabilidad en el país, socavando la confianza en el gobierno de Perón y pavimentando el camino para un golpe”. El 27 de agosto, después que la Presidenta Isabel Perón prohíbe la impresión del diario, Villar encabeza el operativo de clausura en la redacción y pregunta cuál es el escritorio de Walsh.

La sección registra la disputa política en la cobertura de atentados contra unidades básicas, amenazas a militantes y crímenes donde surgen operaciones del Comando de Organización y la Concentración Nacional Universitaria. El 8 de julio de 1974 Noticias denuncia el crimen de Elsa Celia Argañaraz, “violada y muerta por el Comando de Organización” en Don Torcuato. Argañaraz tenía 19 años y su esposo, Rubén Román, militaba en la Regional I de la Juventud Peronista. El diario describe una escalada terrorista que incluye otro cuádruple homicidio en La Plata, entre cuyas víctimas se encuentra Horacio Ireneo Chaves, referente de la Resistencia Peronista y secretario general del Partido Justicialista de La Plata.

El 24 de julio, en Ciudadela, un periodista presencia la muerte de Ismael Asad, de 15 años, asesinado por un policía bonaerense. Así lo cuenta la crónica: “Eran las 10.05 de la mañana cuando esto ocurría y un cronista de Noticias llegaba casualmente al lugar del hecho, observando al policía matador, todavía apuntando al cuerpo caído con la pistola y temblando visiblemente”. Mientras La Razón, Crónica y la agencia Noticias Argentinas relatan el caso como un accidente, el diario atestigua que el policía intervino a pedido del playero de una estación de servicio que consideró sospechoso a Asad y que el menor fue asesinado de un disparo en la cabeza, por la espalda y “sin que hubiera resistencia”.

La primera crónica sobre el crimen aparece con el título “Fusilaron en la Provincial a un pibe de quince años”. El fusilamiento es un modo reiterado de enunciar la muerte en Noticias y el antecedente que Walsh narra en Operación masacre retorna de manera explícita. El asesinato del fotógrafo Julio César Fumarola, secuestrado el 5 de febrero de 1974 en Balvanera y hallado muerto al día siguiente en Ezeiza, es “el caso del fusilado”.

 

El 21 de agosto de 1974 un grupo de la Triple A secuestra a Eduardo “el Roña” Bekerman, Pablo Van Lierde y Carlos Alberto Baglietto en una pizzería de Bernal y los fusila en un basural de Quilmes. Baglietto, delegado zonal de la Juventud Trabajadora Peronista, sobrevive al ataque y el 26 de agosto Noticias presenta su testimonio bajo el título “Habla el fusilado”.

La descripción de Baglietto parece actualizar el retrato de Juan Carlos Livraga en Operación masacre: “Habla con dificultad, respira profundamente, a veces de manera entrecortada. No obstante, de pronto tiene el valor de sonreír; a cada instante, sus palabras van tejiendo un alucinante relato, tan convincente como definitivo cuando se detiene en el detalle de este fragmento de historia que se hará imborrable”.

Noticias califica el fusilamiento como “una nueva operación masacre” y  remite a los antecedentes de José León Suárez y Trelew. Bekerman tenía 19 años, militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios y es velado en el Colegio Nacional Buenos Aires; Van Lierde, de la misma edad, pertenecía a la Juventud Trabajadora Peronista; Baglietto no pudo escapar a una segunda emboscada de los grupos parapoliciales: el 9 de octubre de 1975 fue asesinado en Pilar junto con su esposa, Stella Maris Edén.

Ausente en la prensa tradicional, el mundo villero recibe una atención privilegiada y comparte páginas con la información policial. Noticias informa sobre problemas de servicios y de vivienda en asentamientos de la Capital y el Conurbano y la denuncia no excluye la elaboración narrativa de la crónica, que recupera voces e historias de los vecinos. Así, “55 días sin luz en una villa” (16 de julio de 1974), introduce un diálogo donde madre e hija hablan de las compras en el almacén y retrata a pobladores del barrio Güemes de Retiro: Juan Lezcano, pintor y miembro de la Comisión Vecinal; Alberto Morales, obrero salteño (“Su casilla es baja; las paredes interiores están empapeladas de arriba abajo con retratos de Perón y Evita”); Argentina Gómez, empleada doméstica de 50 años (“Su pelo plateado parece alumbrar el rostro curtido de arrugas”).

 

 

“Matan a un villero en Plaza de Mayo”, anuncia Noticias el 26 de marzo de 1974. Se trata de Alberto Oscar Chejolán, de 22 años, quien encabezaba una protesta “por las condiciones en que viene realizándose la erradicación de los barrios de emergencia”. El título en cuerpo catástrofe y el despliegue fotográfico pueden asociarse con prácticas comunes del periodismo policial; el texto denota una precisión que falta en los precedentes: “Lo mató un policía. Con una Itaka. A dos metros de distancia”.

Walsh se había instalado en el barrio de Retiro en la segunda mitad de 1972. “Caminaba, le hablaba a la gente, escuchaba lo que ocurría, observaba la vida en la villa”, cuenta José Valenzuela, dirigente del Movimiento Villero Peronista, en Rodolfo Walsh, periodista, escritor y revolucionario, de Michael Mc Caughan. A ese período corresponde el Semanario Villero, otra experiencia alternativa de periodismo y política. Noticias está en los territorios de la pobreza: “Seis pibes murieron calcinados. Fue en Villa Jardín. Eran hermanos y dormían cuando se incendió la casilla” (Boulogne, 19 de diciembre de 1973); “Los pobres no pueden morir. Al pibe lo mata un auto. Por no tener dinero la empresa Hermida niega los servicios fúnebres” (Villa Corina, Avellaneda, 14 de agosto de 1974).

Los policiales de Noticias no solo reponen una pieza desconocida en el universo de Rodolfo Walsh, sino que contienen una versión del género discordante con las convenciones del periodismo argentino y en particular con los modelos del presente. En una coyuntura donde el periodismo especializado es formador del sentido común represivo y como tal un vocero del punitivismo, el antecedente importa.

 

 

 

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