A desalambrar

No siempre se cumplen los decretos del gobernador neuquino Gutiérrez

 

El noroeste de Neuquén es uno de los escenarios de confrontación real de los modos de vida en el espacio rural, cuyas decisiones estratégicas se piensan, deciden y formalizan desde la lejanía geográfica y simbólica del gobierno provincial. Dos conflictos territoriales muestran las contradicciones al interior del gobierno del Movimiento Popular Neuquino (MPN), así como la tensión inevitable entre los intereses de los grupos económicos y la base social en las pequeñas localidades y parajes rurales.

El gobernador Omar Gutiérrez decretó la restitución de dos fracciones de tierra rural al municipio de Andacollo, por lo que un terrateniente criollo deberá desalambrar un callejón de arreo, espacio comunitario tradicional utilizado por los pequeños productores ganaderos. A la vez, un secretario de su gabinete tomó medidas para desconocer otro decreto de este mismo gobernador y negar el derecho a la titularidad de un campo a una familia de crianceros en Villa Nahueve. Los dos casos prueban que los gobiernos, los Estados y sus burocracias se toman décadas para resolver conflictos, décadas para no resolver otros.

Los tiempos electorales y los de licitaciones internacionales se cruzan y explican, al menos en parte, las medidas tomadas en pocos meses en relación a viejos reclamos de pequeños productores ganaderos que sostienen las prácticas tradicionales del uso combinado de tierras altas en verano y más bajas en invierno.

 

 

Andacollo, un escenario

En julio, Gutiérrez transfirió por decreto al Estado municipal dos fracciones de tierra rural de 680 hectáreas, las que organizaciones políticas y sociales de base reclaman desde hace años porque históricamente fueron usadas en forma comunitaria hasta que las usurpó en parte Luis Marino Pessino, comerciante y ganadero de Chos Malal. El proyecto de incorporación al ejido municipal ya fue presentado al Concejo Deliberante local, según confirmó el intendente Ariel Aravena (MPN).

Pessino, ex diputado provincial por el MPN, extendió los alambrados del campo “La primavera” y usurpó el área vecina conocida como “El manzanito”. El lugar está expresamente protegido por la ley 3016 (de 2016) que reconoce y garantiza “el derecho de las familias trashumantes de la Provincia del Neuquén a transitar con su ganado por las huellas de arreo para trasladarse de las zonas de invernada a las de veranada y viceversa, en trashumancia, conservando el ambiente y respetando el patrimonio natural y cultural de la zona”.

 

 

El decreto de transferencia no hace ninguna referencia al uso tradicional comunitario de las tierras. Esa omisión puede salvarla el Deliberante de Andacollo al incorporar las dos fracciones al ejido municipal en sesión que podría realizarse la semana próxima, estimó Aravena. Así, con seis años de retraso el Estado empieza a cumplir con la decisión del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería de la Quinta Circunscripción Judicial con asiento en Chos Malal, que falló en favor del reclamo de la organización Crianceros Unidos del Norte y la Mesa Campesina del Norte Neuquino contra Pessino, Fricons SA o quien represente a los usurpadores.

El 15 y 16 de junio de 2013 Pessino usurpó y realizó destrozos sobre la huella histórica y alojo “El manzanito”. Hizo una fosa de más de 1,5 metro de profundidad sobre el ingreso a un refugio construido para mejorar la calidad de vida de los crianceros que lo usan durante el movimiento de invernada/verana. Pessino alambró ilegal e ilegítimamente varios kilómetros, obligando a los pobladores a llevar el ganado por la ruta provincial nº 43, lo que implica un grave y serio riesgo para la vida de quienes transitan por allí.

Al parecer, el decreto 1410 del 26 de julio –el extracto se publicó el 7 de agosto en el Boletín Oficial—, pretende compensar la falta de respuesta política-institucional a los reclamos de fondo de importantes sectores políticos y sociales de Andacollo por la retención ilegal del curso de agua pública del canal “La primavera” por parte de Pessino.

 

 

Nahueve, otro escenario

Jorge Lara, secretario de Desarrollo Territorial y Ambiente, pretende negar e impedir los derechos reconocidos por un decreto del mismo gobernador a la familia Sepúlveda sobre una fracción de 46 hectáreas sobre la margen del río Nahueve, las que fueron usurpadas por el propio Estado para hacer un loteo. Por resolución del 2 de agosto pasado, Lara rechazó el pedido de escrituración de la propiedad a nombre de los Sepúlveda, tal como le ordenó hacerlo hace tres años un decreto de Gutiérrez.

José Luis Sepúlveda logró que se inicie un expediente a su nombre en 1949, cuando Neuquén todavía no era provincia sino un territorio dependiente del gobierno central. En 1965 logró un boleto de compra-venta de dos fracciones de tierras fiscales: 400 hectáreas en el paraje Vaca Lauquen, en la zona de las lagunas Epulafquen para la veranada a 1.580 metros sobre el nivel del mar, y otras 300 a uno 36 kilómetros al sudeste, junto al Nahueve para invernada. Lograron escriturar como propiedad ambos lotes, excepto una lonja de 46 hectáreas que quedó junto a la costa del río al ser atravesada por una ruta provincial asfaltada en los últimos años.

 

 

 

 

 

Aguas debajo de esa fracción de invernada se construirá una central hidroeléctrica multipropósito, cuyas ofertas económicas se conocieron el 22 de agosto pasado. Se aceptaron cuatro (Panedile, Rovella Carranza SA, José Cartellone SA y la UTE CN Sapag-Power China) de las cinco ofertas presentadas. En octubre en Villa Nahueve se hará la adjudicación oficial, informó Carlos Burgos, comisionado de fomento de la controvertida villa.

Burgos reconoció que “el loteo se hizo mal”, a la vez que aseguró que existen “negociaciones” con los Sepúlveda para acordar el destino del loteo. Al parecer, Lara no está al tanto de la vía del diálogo, o no confía en ella, ya que resolvió rechazar el planteo familiar de cumplir con el decreto de Gutiérrez.

En el texto de su resolución, Lara asegura que se apega a lo que determina la ley de tierras fiscales provinciales, por lo que ordenó que se constate la ocupación real y mejoras realizadas en el lote en conflicto. La inspección de Tierras se hizo sin avisar a la parte (lo que vulnera el derecho de defensa), pero lo que es más alarmante en fecha en que los animales todavía estaban en el campo de veranada.

Entre Nahueve (o paraje Negrete) y la veranada en Vaca Lauquen hay unos 36 kilómetros en línea recta, los que se transforman en unos 60 por ruta provincial. El arreo de los animales lleva unos tres días. En general suben a la alta montaña alrededor del 20 de noviembre y bajan para el 20 de abril. Este año se alargó la estadía porque se demoraron las nevadas y la sequía afectó la pastura natural del campo de Nahueve, agravado porque la mejor tierra costera quedó dañada por las obras a medio hacer del loteo ilegal y el conflicto les dificulta el acceso con los animales a la costa para beber. Este año arribaron con los animales como para el 25 de mayo, ya que esperaron las primeras lluvias, detalló Baldemar Sepúlveda. Tienen que vadear los ríos Vaca Lauquen y Nahueve muy crecidos en esa época.

Difícil suponer que el funcionario de Tierras que hizo la última inspección desconociera la dinámica de la transhumancia cuando no encontró animales ni gente cuidándolos; tampoco Lara.

Hace unos años, la gente de la Mesa Campesina y el mismo titular de la dirección provincial de Tierras levantaron los postes del alambrado que había mandado hacer Pessino. Ahora, será el gobierno local el que deba notificarle que debe levantar el alambrado de “El manzanito”.

Caudillos locales, elecciones, negocios, derechos de los crianceros, todos en tensión permanente y en equilibrio inestable.

 

 

(Javier Grosso realizó la cartografía para este informe.)

 

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