A desenredar la madeja

Las enseñanzas de la bisa Encarnación, esenciales para moverse en la maraña que es la Justicia argentina

 

Mi papá siempre repite una frase que atribuye a mi tía bisabuela Encarnación y que me remite a las siestas en Lavalle, donde él pasó su primera infancia.

Mi tia bisabuela Encarnación, hermana soltera de mi bisabuela, la nona de mi papá, que fue el apoyo invaluable de mi abuela en la crianza de sus seis hijos después de que enviudase tan joven. Encarnación pasa a la historia por sus excentricidades y por algunas frases que la describen de cuerpo entero, como aquella que solía decir en sus visitas a los enfermos del pueblo: “Que sufra mucho, pero que nunca muera”. Aún nos reímos de esa frase y se la repetimos burlonamente cuando mi papá anuncia, en tono serio y levemente trágico, su inminente muerte, cosa que hace desde que lo conozco y con una periodicidad que nos hace suponer que en realidad es un conjuro secreto para no morir.

Otra de las máximas de la tía Encarnación y a la que quería referirme desde el principio, es la siguiente: “Una señorita puede casarse cuando sabe hacer un buen caldo y desenredar una madeja de lana”. Dos pautas de conductas que por cierto yo cumplo acabadamente, pero mi papá dice que no me caso porque algo salió mal en mi crianza. Él educó "a una princesita y salió un cosaco que lee poesía”.

A lo largo de mi vida he desenredado innumerable cantidad de madejas. Porque al cosaco le apasiona tejer. Hobby de abuelita que sigo cultivando con más pasión que constancia. Pero señalo que la paciencia para desenredar una madeja anudada es una virtud que nadie negaría que poseo. Aunque me lleve una tarde… o una vida.

Desenredar una madeja exige cierto método, tirar de la hebra y sólo cortar cuando no queda mas remedio, para luego volver a unir con un nudito los dos extremos. Porque la madeja se usa para tejer y la lana no puede estar toda anudada. La enseñanza de desenredar madejas me ha servido mucho a lo largo de la vida. Con madejas de verdad y con otras madejas igualmente enredadas.

Les voy a contar una historia que empezó en el 2019 y que se parece mucho a una madeja llena de nudos. Debo señalar que en verdad la historia empieza mucho antes, pero formalmente yo la conozco a partir de 2019. Todo empezó un miércoles 6 de febrero de 2019, cuando el juez de Dolores Alejo Ramos Padilla llevó adelante un allanamiento en el domicilio de un señor que se llama Marcelo D'Alessio. Y con ese allanamiento comenzó a desnudar una descomunal organización paraestatal de inteligencia ilegal. Estaban involucrados en las actividades de esa organización no solo D'Alessio, sino además el fiscal Carlos Stornelli, el periodista Daniel Santoro, agentes y ex agentes de la Agencia Federal de Inteligencia, funcionarios judiciales de la provincia, abogados y una serie variopinta de personajes que vivían en los márgenes mismos de la ley, además traspasándolos cada dos por tres. Imagino que a mi tía Encarnación no le hubiesen simpatizado semejantes sujetos y a mí, de hecho, tampoco me simpatizan.

El allanamiento concluyo el jueves 7 de febrero de 2019 y ese mismo jueves sucedió algo que sería el inicio del nudo. La entonces diputada nacional Elisa Carrió publicó este tweet:

 

 

 

 

También contó en televisión que lo publicó porque el jueves 7 de febrero había recibido transcripciones de escuchas a las líneas telefónicas del Penal de Ezeiza, en los pabellones donde estaban detenidos ex funcionarios del gobierno de Cristina Fernández. Así lo declara en el programa de Luis Majul del 6 de marzo de 2019 (ver a partir del minuto 19:35). Donde además declara que conoce a quien se lo hizo llegar, pero que no va a revelar la fuente.

 

 

 

 

La entonces diputada le ratifica a Joaquín Morales Sola el lunes 11 de marzo que las transcripciones las había recibido el día jueves 7 de marzo de 2019. (Ver a partir de minuto 8:17.)

 

 

 

 

Un día después —viernes 8 de febrero— el fiscal Carlos Stornelli denunció que había recibido un anónimo con las mismas transcripciones que declaró haber recibido Lilita.

Les pido que retengan esta fecha: 7 de febrero de 2019. Es la fecha en que Elisa Avelina Carrió declaró que recibió las transcripciones. ¿Por qué hago hincapié en la fecha recepción de las transcripciones? Porque el 7 de febrero de 2019 las transcripciones estaban en poder de un único organismo del Estado. La AFI. Que era el organismo que hacia las desgrabaciones.

Recién el día 8 de febrero de 2019 la AFI remitiría las escuchas al Juzgado de Lomas de Zamora.

 

 

 

 

Para que quede claro, el 7 de febrero de 2019 el único organismo que poseía las transcripciones y podía “filtrarlas” era la Agencia Federal de Inteligencia. Y de hecho las filtró. Y Elisa Carrió declaro que conoce la identidad de quien las filtró. Y esperamos que lo declare judicialmente.

En una nota publicada por quien les habla en este Cohete A La Luna, el 10 de marzo de 2019 se había expresado a propósito de las declaraciones de Carrió en el programa de Majul: “Va una aclaración conceptual a la diputada: el secreto de fuentes está protegido constitucionalmente para los periodistas (artículo 43 de la Constitución Nacional: 'No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodística'), pero no para los diputados de la Nación. Los diputados, por el contrario, tienen la obligación de denunciar los delitos que conozcan en virtud del ejercicio de su cargo. (Artículo 177 del Código Procesal Penal.) Y por cierto, dar a conocer escuchas sin la autorización de un juez, aun para mandárselas a la “fiscal de la República”, sigue siendo una violación a la ley de inteligencia (ley 25.520) que establece en su artículo 43 la pena de 2 a 6 años de prisión e inhabilitación por el doble de tiempo a quien «con orden judicial y estando obligado a hacerlo, omitiere destruir o borrar los soportes de las grabaciones, las copias de las intervenciones postales, cablegráficas, de facsímil o de cualquier otro elemento que permita acreditar el resultado de las interceptaciones, captaciones o desviaciones». “O sea que más que cuidar 'sus fuentes', que no gozan de protección alguna de orden legal, Carrió debería apurarse a denunciarlas, porque hasta que no lo haga estaría cometiendo el delito de encubrimiento”. Lo dijimos entonces y volvemos a decirlo ahora, cuando tenemos la prueba documental respecto a la dimensión casi terrorífica que tenía la organización estatal de inteligencia ilegal que funcionó durante el gobierno de Mauricio Macri y bajo su amparo.

Voy a señalar lo siguiente: la AFI comenzó a grabar las conversaciones telefónicas de los detenidos en el penal de Ezeiza el 11 de agosto de 2017 y llegan a grabar mas de 553 CDs de escuchas que van desde el CD 1 al CD 538… Cabría preguntarse cuántas escuchas habían remitido al Juzgado desde el 11 de agosto de 2017 en adelante. La respuesta los sorprenderá. CERO. Durante un año y medio la AFI escuchó a los detenidos, sin remitir ninguna de las escuchas al juzgado. Y el 8 de febrero de 2019 se apuró en remitir de golpe un año y medio de escuchas.

 

 

 

 

Lo hicieron tan a las apuradas en la AFI que se equivocaron, aunque convengamos que tampoco parecen haber sido los espías mas listos del mundo. En las transcripciones que les filtró la AFI a Carrió y a Stornelli, se incorporó una transcripción de una conversación del día 5 de febrero de 2019, que se encuentra registrada en el CD N° 539. Se olvidaron de remitir el CD 539 al juzgado y tuvieron que hacerlo en forma posterior.

 

 

 

 

¿Por qué el apuro repentino de la AFI en remitir las escuchas al Juzgado? Por qué necesitaban blanquearlas primero —y volveré sobre esto— y porque el 7 de febrero la AFI se las había pasado a Elisa Carrió y Carlos Stornelli y ellos las iban a dar a conocer. De hecho, Stornelli realizó la denuncia la mañana del 8 de febrero de 2019 en base al “anónimo de una admiradora”, que declaró haber recibido en su fiscalía y las diputadas Mariana Zuvic y Paula Olivetto hicieron la denuncia el 8 en la tarde por instrucción de Carrió, según declararon. Ni Zuvic, ni Olivetto ni Carrió acompañaron jamás el contenido del sobre que declararon judicialmente haber recibido.

Esta segunda denuncia, la que hicieron Zuvic y Olivetto, no fue más que una burda maniobra de forum shopping. La denuncia de Stornelli en la mañana había sido sorteada y asignada al juez Rodríguez. Zuvic y Olivetto expresamente solicitaron que se excluyera a Rodríguez del sorteo, atento que se encontraba mencionado.

 

 

 

El juez Martin “Doctrina” Irurzun hizo lugar al pedido de las diputadas y en consecuencia excluyó a al juez Rodríguez del sorteo.

 

 

 

 

¿Adivinen quién salió sorteado entonces? Si, Claudio Bonadío. Que no solo estaba mencionado, sino que estaba denunciado en la misma causa que Stornelli y D'Alessio, lo cual era público desde varios días atrás a partir de la publicación de la nota de Horacio Verbitsky titulada Extorsión. De hecho Bonadío estaba mencionado por el propio Marcelo D'Alessio en conversaciones con el denunciante, Pedro Etchebest. Detalle no menor que, por cierto, pareció pasársele completamente por alto a Martin “Doctrina” Irurzun.

Un par de meses después, con Alejandro Rúa asumimos la defensa de Roberto Baratta, una de las personas que había sido escuchada en prisión. Comenzamos el arduo trabajo de solicitar la destrucción de las mismas, toda vez que las transcripciones había conversaciones entre Roberto Baratta y quien era su abogado entonces. Comunicaciones que, por cierto, están absolutamente protegidas por la ley y son confidenciales por completo. Debo señalar que no tuvimos los resultados que esperábamos, pero eso es porque a la madeja le faltaban otras hebras, cosa que no sabíamos entonces. La madeja enredada continuaba, aunque según las enseñanzas de mi tía Encarnación, parecía haber llegado el momento de cortar la hebra y luego retomar el ovillado anudándola con otra.

La otra hebra apareció un año después en Lomas de Zamora, donde se comenzaron a investigar maniobras de inteligencia ilegal que no solo involucraban a miembros del gobierno de Macri, sino que los tenían como protagonistas de esas maniobras.

Les dije que las escuchas a los presos del penal necesitaban ser blanqueadas. Ahora sabemos por qué. Porque eran escuchas ilegales.

De la investigación de Lomas de Zamora surgió con toda claridad y así lo manifestaron los fiscales, que lo que estaba la AFI autorizada a desgrabar eran sólo las escuchas de un detenido, que nada tenia que ver con el kirchnerismo. Un señor de nombre Segovia, preso por narcotráfico. La intervención de escuchas a Segovia fue ordenada a pedido de la Agencia Federal de Inteligencia, se identificaron todos los teléfonos a los que el imputado tenía acceso y a raíz de ello se dispuso, con fecha 11 de agosto de 2017, la intervención telefónica de los teléfonos públicos instalados en el interior del pabellón. Las escuchas y transcripción fueron encomendada a la Dirección de Contrainteligencia de la AFI; señalándose que el entonces director de Inteligencia del Servicio Penitenciario Federal, Cristian Suriano debía informar los días, horarios y teléfonos utilizados por Segovia, a fin de que luego la AFI sólo escuchase y transcribiese las conversaciones que Segovia mantenía.

Suriano hizo dos cosas. Primero trasladó a Segovia –y la orden de interceptar sus comunicaciones— al pabellón donde se alojaban los ex funcionarios detenidos, pabellón especial denominado Pabellón IRIC, que tuvo inauguración formal con la detención de Amado Boudou y Carlos Zan+nini. Lo segundo fue desconocer la orden judicial de solo interceptar las escuchas de Segovia y proceder a grabar todas las conversaciones telefónicas del Pabellón IRIC, lo cual era ilegal.

No tengo que explicarles que claramente trasladaron a Segovia, solo para poder “trasladar” la orden de interceptación de sus comunicaciones y así intentar teñir de legalidad la maniobra de espionaje sobre los demás detenidos, a la razón mayoritariamente vinculados con la política.

Ya en Lomas de Zamora, los fiscales han establecido que las escuchas a los detenidos en el Pabellón IRIC eran ilegales. Pero déjenme decirles que la hebra de ilegalidades no concluye ahí.

Referí antes que la orden de interceptación de las escuchas de Segovia autorizaba a la Dirección de Contrainteligencia de la Agencia Federal de Inteligencia a realizar las transcripciones de esas escuchas. Pero no fue lo que pasó.

Las transcripciones de todas las escuchas –hoy sabemos que ilegales— las hacia otra área de la AFI. Se creó un área de escuchas dentro de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la AFI. Y ellos recibían las escuchas y realizaban las transcripciones.

Los testimonios de los empleados de la Dirección de Contrainteligencia de la AFI en el marco de la causa de Lomas de Zamora dan cuenta del problema interno que significó el blanqueo de esas trascripciones de escuchas ilegales, realizadas en el penal de Ezeiza. Porque formalmente Contrainteligencia no estaba autorizada a escuchar ni a transcribir más que lo correspondiente a Segovia.

Y funcionarios de la AFI bajo el gobierno de Macri necesitaban blanquear esas escuchas para que Carlos Stornelli y Claudio Bonadío intentasen una defensa frente al caso D'Alessio. Y así lo hicieron, filtraron las transcripciones de las escuchas ilegales tanto a Stornelli como a Carrió. Luego enviaron las escuchas al Juzgado que había autorizado las comunicaciones de Segovia para que pasaran por escuchas legales, cuando no lo eran. Tan a las apuradas lo hicieron en la AFI, que se equivocaron incluso en lo que enviaron al juzgado y luego tuvieron que subsanarlo.

La estrategia no sirvió de mucho. Las dos causas, esto es la de la denuncia de Stornelli y las de la denuncia de Zuvic y Olivetto por instrucción de Carrió concluyeron que en dichas transcripciones de escuchas ilegales no se observaba que los detenidos hubiesen participado en maniobra alguna, ni contra Bonadío ni contra Stornelli, que apeló el cierre de la causa, insistiendo en una defensa que a todas luces es inútil.

La causa por maniobras de inteligencia ilegal tiene actualmente procesados a Marcelo D'Alessio y a Carlos Stornelli, junto con varios más. En la causa por apelación de Stornelli sobre las escuchas ilegales, Martin “Doctrina” Irurzun tuvo el buen criterio de apartarse, sobre todo porque también fue víctima de espionaje ilegal por parte de funcionarios de la AFI del gobierno de Macri. Un tanto ingratos los muchachos de la AFI, debo decir para mis adentros, para con el juez que le puso nombre a la doctrina que permitió llenar los pabellones IRIC de presos políticos.

En la causa en Lomas de Zamora se continúa investigando quiénes fueron los responsables de la inteligencia ilegal. Actualmente se están tomando las indagatorias a quienes llevaron las maniobras de espionaje ilegal en los penales y en la AFI, en particular a los responsables de Jurídicos, Juan De Stefano, Mariano Ruda Bart y Bernardo Miguens.

Ahora sabemos que la inteligencia ilegal se realizó sobre muchas personas, entre ellas Roberto Baratta y Amado Boudou, personas que defendíamos junto con Alejandro Rúa. Incluso nosotros mismos fuimos víctimas de espionaje ilegal, en cuanto abogados defensores.

Como víctimas de la inteligencia ilegal hemos pedido la indagatoria de Carrió, que declaró conocer la fuente de la filtración, para que revele su nombre y permita el avance de la causa. Pedimos la indagatoria como abogados de personas que fueron víctimas del espionaje y también como víctimas nosotros mismos. Carrió dijo conocer la información y debe proporcionarla para que todas las víctimas sigamos desenredado esta madeja oscura y conozcamos a los responsables de espiarnos.

No quiero terminar esta nota sin reconocer al Colegio de Abogados de Capital Federal, que, como órgano de representación de los abogados, nos ha acompañado junto a Alejandro desde que comenzamos a reclamar la destrucción de las escuchas ilegales por violar la confidencialidad de las comunicaciones entre un abogado y su defendido, que para esta abogada –y ante todo, para la ley— es sagrada. No hay derecho a defensa posible si dichas conversaciones no son confidenciales. Y si no hay derecho a defensa lo que no hay es Estado de Derecho.

También a Alejandro Rúa, que no conoce fatiga y que, sigue incansable y minucioso el rastro de lo que pasó en oscuros expedientes y papeles traspapelados.

Y a mi tía Encarnación, que me sigue enseñando la importancia de saber desenredar una madeja, por oscura que sea.

 

 

 

 

 

 

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