Asimetría perfecta

Otro megaproyecto en Villa La Angostura

Vista aérea del futuro club de campo con acceso al lago Nahuel Huapi.

 

Máxima Zorreguieta, reina consorte de los Países Bajos, y Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Qatar, participaron de un asado bajo la sombra del bosque nativo, junto a la costa norte del lago Nahuel Huapi, en enero de 2023. Se celebraba el inicio del proyecto de urbanización de uno de los últimos pulmones verdes que quedan dentro del ejido municipal de Villa La Angostura, al sur de la provincia de Neuquén, de gran impacto junto al que encabeza el empresario argentino Alberto Pierri sobre la misma costa, unos kilómetros al oeste.

Uno de los más caros y exclusivos estudios de arquitectura de Europa realizó el proyecto sobre 213 hectáreas de bosque intacto, hogar de aves nativas y migratorias: un exclusivo club de campo con extenso acceso al lago, un área de reserva verde y un complejo de departamentos en la zona de articulación con la urbanización ya existente del centro de la pequeña localidad neuquina. La cara visible del emprendimiento es el fideicomiso Bosque de Lumas, formado en agosto de 2022, cuando se concretó la operación de compra-venta de la tierra. Martín Migoya y Néstor Nocetti, cofundadores de la empresa de tecnologías Globant SA, integran la firma junto a operadores de finanzas. El predio incluye construcciones de valor patrimonial, ya que una residencia, un tambo y las caballerizas fueron diseñados por el arquitecto Alejandro Bustillo y su equipo de colaboradores en la década del ‘40.

 

Martín Migoya, de Globant SA, con Franco Colapinto.

 

Las gestiones públicas por los términos de la aprobación municipal a este proyecto son ejemplo de la asimetría en que compulsan buffetes porteños en representación de capitales privados y gobiernos municipales sin cuadros técnicos ni voluntad política para disputar la renta urbana en favor del interés público colectivo y, en definitiva, recursos propios para la gestión comunal. El mercado inmobiliario es un fantasma con muy pocas cifras documentadas, al punto que el Concejo Deliberante local aprobó un convenio sin que se hiciera una tasación formal de las tierras en juego. María Eugenia Ceraso, concejal del bloque Primero Angostura (partido vecinalista), fue la única voz disidente que se opuso a aprobar a libro cerrado la iniciativa privada que convalidó el intendente Javier Murer (del oficialismo provincial).

 

Jugadores

Bjarke Ingeks Group, estudio de arquitectura creado en Dinamarca, hizo el diseño global del proyecto, según se desprende de la copia del proyecto a la que accedimos. Alicia Pardo de Garay y Lastra y su hijo Nicolás Winegarden, a través de Cushe SA, vendieron la codiciada fracción con la intervención del estudio Baker & McKenzie. Conservaron para sí una franja de 5,8 hectáreas con cien metros de acceso directo a la costa, vecina a la residencia El Messidor, residencial oficial de gobierno. Los compradores operaron a través del estudio Cibils|Labougle|Ibáñez.

Según la documentación, Pardo compró la fracción en 1995 por 250.000 dólares y la vendió en 19 millones de la misma moneda. Ahora, Eduardo Costantini, uno de los más poderosos desarrolladores inmobiliarios en el país, anunció que se sumó a la porción más pequeña del proyecto, el complejo habitacional abierto, con una inversión proyectada en 250 millones de dólares en algo menos de 30 hectáreas.

En esa danza de millones se ven los alcances de la falta intervención por parte del Poder Ejecutivo local, que debilitó aún más las posibilidades de discusión en el Concejo Deliberante, de acuerdo al análisis que realiza Ceraso.

Del 2022 a la fecha hubo cambios en el directorio del fideicomiso. Muchos de los nombres tienen conexiones e inversiones en Villa La Angostura. El primer master plan lo presentó Jorge Eusebio Bonanno, que pasó por el directorio de Muelle de Piedra Marinas del Lago SA, igual que Sergio Butinof, otro de los operadores de Bosque de Luma.

Ellos están a la sombra de Martín Migoya, que desde hace unos años invierte en la localidad a través de El Manzanito SA. Es propietario de La Escondida, una construcción de valor histórica que recicló como casa de huéspedes, con restaurante propio, La Delfina. Tiene acceso directo a la costa del Nahuel Huapi, donde amarra su embarcación. En 2024 habría reclamado ante autoridades nacionales por la nutrida presencia de boyas no autorizadas, lo que derivó en un importante operativo de limpieza por parte de Prefectura y Parques Nacionales. El último año sufrió un duro golpe con la caída de las acciones de Globant en la bolsa de New York, que redundó en despidos y cierre de sucursales.

Globant SA está radicada en Luxemburgo, paraíso fiscal. Su domicilio familiar es en Uruguay.

 

Acuerdo público-privado

A fines de 2024, el Concejo Deliberante local aprobó por mayoría reformas a los indicadores urbanísticos actuales para poder intervenir en esa zona de bosques, subdividiendo y desarrollando. La ordenanza autorizó, en general, a desarrollar un barrio nuevo en 29,5 hectáreas que articulará el centro actual de la villa con el futuro club de campo; y a lotear bajo la figura de club de campo otras 110 hectáreas. Prevé, también, el emplazamiento de senderos peatonales elevados sobre el gran mallín (formación de suelo pantanosa, de gran valor medioambiental) que unirán el centro urbano con la costa del lago.

Recién en octubre del 2025 el intendente Murer firmó con los inversores privados el convenio marco cuyo texto no se conoció, pero debe ajustarse estrictamente a la ordenanza aprobada. Tampoco se conoce que los privados hayan iniciado las obras públicas a las que se comprometieron en compensación a la flexibilización de los indicadores urbanísticos, mecanismo previsto en la legislación local que –según Ceraso– debería perfeccionarse en beneficio de los intereses públicos.

 

Valor(es)

 

Construcción del arquitecto Alejandro Bustillo en la década del ’40.

 

Las 213 hectáreas que adquirió Bosque de Lumas son parte del antiguo lote 11 de 625 hectáreas de la colonia agrícola pastoril Nahuel Huapi. A principios del siglo XX lo compró la familia Gainza Paz, propietaria del diario La Prensa de Buenos Aires. La familia contrató a Bustillo para las construcciones de 1943. Una subdivisión y venta dio lugar al barrio “El 11”, en lo que hoy es el centro de la pequeña localidad.

La porción de la costa contiene el “mallín grande”, una verdadera esponja purificadora y filtradora de las aguas de lluvia y numerosos arroyos pequeños. En uno de los cambios de propietarios llegó a manos de Fidema SA, entidad financiera que terminó en quiebra y vendió a bajísimo precio bajo embargo judicial.

En los últimos años, Alicia Pardo y su hijo montaron Patagonia Land Art Sanctuary, que reavivó el interés sobre el lugar, ya que la protección de la naturaleza es un activo en el mercado del suelo.

 

 

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