BOLIVIA VUELVE A VOTAR

El próximo domingo hay elecciones presidenciales y los números son parecidos a los de hace un año

 

El próximo domingo 18 de octubre habrá elecciones generales en Bolivia. Se elegirá Presidente y Vice y se renovará la totalidad de los parlamentarios, 130 diputados y 36 senadores. El régimen electoral boliviano vigente es de doble vuelta. En el caso de que ningún candidato presidencial obtenga más del 50% de los votos emitidos o un mínimo del 40%, con una diferencia del 10%  respecto de quien alcance el segundo lugar, se realizará una segunda vuelta entre ambos. Para medir esos porcentajes se contabilizan sólo los votos válidos, es decir que se descartan los nulos o en blanco.

 

 

Contexto

El 20 de octubre de año pasado se realizaron elecciones generales que fueron ganadas por Evo Morales con el  47,08% de los votos válidos y una diferencia de más de 10% respecto del candidato que llegó segundo, Carlos Mesa. Su legítimo triunfo fue desconocido por la oposición que tempranamente vociferó un fraude y desplegó acciones de violencia en varios de los departamentos que componen el país. La misión electoral que la OEA destacó a Bolivia apuró un dictamen preliminar que señaló que la elección había sido fraudulenta, con lo que atizó y en buena medida legitimó la revuelta opositora. Morales y sus seguidores rechazaron que tal cosa hubiera ocurrido. Pero ni siquiera del informe final posterior de esa misión de OEA se desprende que aquello hubiera sucedido. Lo que conduce a suponer que el dictamen preliminar  fue deliberadamente sesgado cosa que, en el fondo, no sorprende tratándose del organismo que conduce Luis Almagro.

El 1° de noviembre del año pasado, Morales fue reconocido como Presidente por el Tribunal Supremo Electoral. Resistió un tiempo los embates de una oposición que, con apoyo internacional, estaba lanzada a todo. Hasta que los generales le dijeron ¡basta! al aún primer mandatario. Y culminaron una maniobra que puede ser caracterizada como un golpe militar blando. Morales renunció bajo una fuerte presión uniformada y pidió refugio en la Embajada de México para partir, luego, hacia la Argentina –acompañado entre otros por su Vicepresidente, Alvaro García Linera— en un vuelo que fue también peligrosamente hostigado durante su desarrollo. Quedan todavía siete dirigentes refugiados en la antedicha embajada. Ninguno de los aludidos ha podido ser candidato en las elecciones que vienen.

Con la mediática, judicial y verdeoliva troupe golpista fingiendo demencia y con el aguileño e imperial guiño del norte, la entonces Vicepresidenta 2a del Senado, Jeanine Áñez, se apresuró a autoproclamarse Presidenta transitoria, el 12 de noviembre, en una sesión del Parlamento accidentada y sin quórum. Consiguió, sí, la bendición del Tribunal Supremo Constitucional.

Los meses de octubre y de noviembre fueron turbulentos, con disturbios populares y dura represión policial. Y el 1º de diciembre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunció las masacres de la población civil ocurridas en el barrio alteño de Senkata y en la localidad de Sacaba, provincia del Chapare. Las fuerzas militares y de seguridad se cobraron la vida de 21 personas y dejaron heridas a 70. Vale aclarar que no fueron las únicas localidades en las que hubo atropellos y violencia.

El 24 de noviembre la Presidenta fijó elecciones generales para el 3 de mayo de 2020. La impasible Áñez, desmintiendo el carácter transitorio de su gestión, lanzó el 24 de enero de este año su candidatura presidencial. Y el 21 de marzo, el Tribunal Supremo Electoral decidió la postergación de la elección de mayo hasta el 6 de septiembre. El azote del coronavirus había ya aparecido. Posteriormente, el 23 de julio, aquel Tribunal volvió a fijar una nueva fecha para los comicios: el 18 de octubre.

La pandemia aminoró un poco el espeso y violento clima social que campeaba en el país. Y con el correr de los días se fue instalando una coyuntura electora viciada en su origen, que se resolverá bajo dentro de una semana bajo condiciones políticas espurias: es notoria la proscripción y la persecución política de altos dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS).

 

 

Panorama electoral

Los candidatos que quedaron en condiciones competir por el puesto de Presidente son:

  • Luis Arce (MAS);
  • Carlos Mesa;
  • Comunidad Ciudadana (CC);
  • Luis F. Camacho, Creemos;
  • Chi Hyun Chung, Frente para la Victoria (FPV);
  • Jorge Quiroga, Alianza Libre 21;
  • Fabián Mamani, Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol) y
  • María Bayá, Acción Democrática Nacionalista (ADN).

La Presidenta Áñez se presentó también por el partido Juntos, pero retiró su candidatura a mediados de septiembre con el propósito de “cuidar la democracia” —¡nada menos que ella!— y de valorar el pragmatismo: “Si no nos unimos vuelve la dictadura”, dijo sin sonrojarse.

Los sondeos electorales coinciden en colocar en primer lugar a Luis Arce. La encuesta encarada por el colectivo Tu Voto Cuenta, integrado por la Fundación Jubileo, la Universidad Mayor de San Andrés y la Universidad Mayor Simón Bolívar, entre otras instituciones, presentó los siguientes resultados el pasado 17 de septiembre, que corresponden a los votos válidos exclusivamente.

Arce                      40,3%

Mesa                     26,2%

Camacho               14,4%

Áñez                      10,6%

Chung                     4,4%

Quiroga                   2,8%

Otros                       1,3%

Este sondeo consignó, también, los votos blancos: 7,1%,  los nulos: 10,6% y  los no sabe/no contesta (ns-nc)  9,8%, que obviamente no se registran en la tabla anterior. El total es el 27,5% de la muestra encuestada; representa una  potencial cantera sobre la cual seguramente están trabajando ya los contendientes. Nótese además que Áñez aun figuraba como candidata.

Otra encuesta —la más reciente al momento del cierre de esta nota— producida por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), dada a conocer el 2 de octubre, registra el siguiente cuadro de votos válidos:

Arce             44,4%

Mesa            34,0%

Camacho      15,2%

Chung            2,8%

Quiroga          2,7%

Otros              0,9%

En este caso, 14,5% de los encuestados indican que no irían a votar y 3,5% corresponde a  votos blancos, nulos y ns-nc.

Ante la pregunta: ¿quién le parece que será el próximo Presidente?, las respuestas fueron: Arce, 41,7%; Mesa, 29%; ns-nc, 22,6%, y  6,7% otros. Finalmente, ante el requerimiento ¿por quién votaría en segunda vuelta? Las respuestas fueron: 44,6% en favor de Mesa y 42%  por Arce.

 

 

Conclusiones provisorias

Nada puede decirse a ciencia cierta hoy. Pero es posible examinar  las posibilidades que se abren, con base en los números hasta ahora conocidos.

Ambos sondeos coinciden en que Arce podría ganar en primera vuelta. Pero atención, que no es tan sencillo. La diferencia entre el primero y el segundo, en la encuesta de Tu Voto Cuenta, es amplia: 14,1%. Pero Arce se halla apenas un 0,3 % por arriba del límite que lo convierte en ganador directo. En tanto que en el sondeo de CELAG ocurre algo parecido pero al revés: tan sólo uno 0,4%  separa a Arce del 10%  de ventaja que necesita para imponerse en forma directa ante Mesa. En ambos casos la diferencia es, en rigor, escasa.

El porcentaje de los reticentes –en blanco, nulos, ns-nc y no concurrentes— es muy alto en las dos encuestas examinadas: 27,5% en la primera y 19% en la segunda. Un cambio de actitud de este heterogéneo conjunto podría tener incidencia sobre las diferencias entre primero y segundo, en la primera vuelta.

Todo parece indicar que en segunda vuelta ganaría Mesa. Esto se registra en forma directa en la encuesta de CELAG y se desprende indirectamente de los porcentajes obtenidos por Camacho, Chung, Quiroga y Bayá, cuyos votos podrían migrar mayoritariamente hacia aquel.

Por otra parte, diversos medios bolivianos han informado que hay presiones sobre Camacho, Chung y Quiroga para que levanten sus respectivas candidaturas. Obviamente lo que se procura es que haya un deslizamiento de votos en favor de Mesa, que haga inviable un triunfo directo de Arce en primera vuelta.

Es probable que los partícipes y beneficiados por el golpe blando que fingieron un fraude del MAS en la elección anterior, persiguieron a dirigentes, sembraron violencia, aplaudieron la intervención militar y consumaron la ilegal instalación de un gobierno transitorio, no repararán en medios tampoco esta vez.

Pero nada está dicho en forma definitiva aún. Evo desencadenó una epopeya impar respecto de toda la historia de América Latina: la incorporación masiva de los pueblos originarios de Bolivia al ejercicio efectivo de sus derechos políticos y a su participación directa en la lucha política. Nada de esto se ha perdido. Al contrario, sigue presente, tensado y en condiciones de cantar victoria, pese a todo.

 

 

 

 

 

 

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