Destino final

Economía real y economía financiera

 

La economía real se fundamenta en la creación de bienes y servicios tangibles, en la creación de puestos de trabajo y empleo de mano de obra y en la generación de riqueza a través de la producción.

Los principales componentes de la economía real son la producción (la actividad de crear bienes y servicios); la distribución (la remuneración a los factores de producción: al trabajo, al capital y a la propiedad de los recursos naturales); el comercio, que es como se distribuyen los bienes y servicios en el mercado; y el consumo, que es como se utilizan los bienes y servicios.

La economía financiera se centra en los activos y mercados financieros, cuya finalidad debería ser canalizar al ahorro (excedente de un sector de la población que no se transforma en inversión), a quienes sí lo emplean para producir bienes y servicios.

John Maynard Keynes sostenía que ese es el principal problema del capitalismo, no puede transformar debidamente el ahorro (riqueza no consumida) en producción, y por eso proponía la “eutanasia” del rentista, así como la intervención del Estado para que con un plan general asista a la población y garantice la inversión.

“Un creciente abastecimiento nacional debe considerarse no como un ideal en sí mismo, sino como un medio de crear un ambiente en el cual pueden perseguirse a salvo y convenientemente otros ideales. La nación, en su conjunto, será seguramente más rica si se emplea a los hombres y a las máquinas para construir casas muy necesarias, que si se los sostiene en la ociosidad. El pensamiento está de tal manera oscurecidos por cálculos falsos que desconfían de conclusiones que deberían ser obvias, porque descansan en un sistema de contabilidad financiera que despierta dudas sobre si tal operación es rentable” [1].

Ese principio de rentabilidad en base al interés compuesto es el que le hace afirmar a Keynes: “Los mercados pueden mantener su irracionalidad más tiempo del que una persona o una sociedad puede mantener su solvencia”.

Y Albert Einstein afirmaba: “Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo”.

Pero detrás de la infinita estupidez humana, se encuentran los intereses de rentistas de toda calaña que acrecientan su patrimonio y su poder basándose en la apropiación del trabajo, del ahorro y de los recursos naturales de nuestro pueblo.

No otra cosa ha sido la demostración fáctica de este gobierno, que ha exacerbado todo lo conocido. En la faz financiera, primero, al devaluar nuestra moneda en más de un cien por ciento y liberar los precios con el grado de concentración de los mercados en donde pocas empresas los determinan. Y, posteriormente, al permitir que se atrase el tipo de cambio ante la inflación generalizada, de manera tal que el “campo”, como les gusta autodenominarse a los grandes productores, acopiadores y comercializadores de granos y de carnes, frena la liquidación de las exportaciones por considerar que el precio del dólar no le es suficiente [2].

Paralelamente, el gobierno, desesperado por frenar el proceso inflacionario que ellos mismos generaron, no acierta a cómo hacerlo. Primero frenaron la creación primaria de dinero (base monetaria, que es la cantidad de dinero que pone en circulación el BCRA en el sistema económico), para luego permitir cierta flexibilización en su creación, que acompañaron reduciendo la tasa de referencia (que es la que el BCRA les paga a las entidades por la esterilización de dinero) del 100% a 40% nominal anual.

 

 

El problema está en que las entidades financieras abonan tasas a los depósitos que captan a 30 días, que oscilan entre el 3,08% efectiva mensual (37% nominal anual) y 3,25% (39% nominal anual), mientras que el dólar blue paso de valer 1.055 pesos el 30 de abril a 1.275 pesos el 22 de mayo de 2024 (un ajuste del 20,85% en esos 22 días).

A su vez, el gobierno fue ofreciéndoles a los bancos la colocación de títulos del Tesoro de la Nación ajustables por inflación, que se incrementó sideralmente, no solo absorbiendo parte de las Leliqs que los bancos depositaban en el BCRA, sino poniendo en funcionamiento la bicicleta financiera con el ingreso de dólares al sistema económico local, por dichos títulos en pesos, por el equivalente a 52.857 millones de dólares al 30 de abril de 2024.

 

 

El problema es que, en mayo de 2024, la tasa de inflación (por la que se ajustan los títulos públicos) no es tan redituable en un marco en el que la Argentina pasa a ser cara medida en dólares, por el mismo atraso cambiario y con el precio del dólar que crece por encima de las otras variables.

Máxime que, de dichos títulos de deuda interna, unos 20,5 billones de pesos (con una base monetaria de 15,8 billones de pesos), poseen la cláusula puts, que es un seguro de liquidez que se utilizó para fomentar la migración de pasivos del BCRA hacia el Tesoro. La entidad que cuenta con un put puede ejecutarlo cuando quiera hacerse de liquidez y el BCRA debe salir a comprárselo a través de la emisión de dinero.

En ese frágil marco, deben pagarse las obligaciones de la deuda externa al 31 de julio de 2024, por 7.436 millones de dólares y, desde agosto de 2024, el comienzo de la amortización del capital de los títulos canjeados en la gestión del ministro Martín Guzmán el 31 de agosto de 2020.

 

 

Sin el apoyo financiero del FMI, con las exportaciones de granos en cuentagotas, solo le queda atarse a los grandes fondos de cobertura (BlackRock, Vanguard, Fidelity, PIMCO, Franklin Templeton, Greylock, etc.) que son los principales tenedores de títulos de deuda externa canjeados, quienes solo pondrían los dólares necesarios para cubrir los vencimientos y renegociarían los propios, si se les da, a cambio, la ley denominada “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”.

Por lo tanto, esos fondos cierran el circuito, dado que ellos administran gran parte de la deuda contraída por el gobierno de Cambiemos en los años 2016/2019, que el gobierno de Alberto Fernández dijo que iba a investigar hasta las últimas consecuencias y no lo hizo. Y ahora reclaman la libra de carne de Shylock, el mercader de Venencia, que son los importantes recursos naturales de la Argentina.

 

 

El RIGI

Son esos fondos los que impulsan el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, que hace que principalmente la minería y el petróleo, que están operados por grupos concentrados locales y del extranjero, gocen de un sistema impositivo y laboral totalmente separado del resto del país.

Un enclave en la Argentina que no estaría obligado a liquidar las divisas que obtengan de sus exportaciones a partir del cuarto año y que contarían con estabilidad fiscal por 30 años.

Pero no tiene solamente el fin de los importantes yacimientos que están explotados en la actualidad, e incluso los que están en avanzado estudio, como es el caso de la perforación del primer pozo exploratorio en Palermo Aike, en la provincia de Santa Cruz, por YPF S. A. (presidida por Horacio Marín, ex gerente general de Tecpetrol S. A.) y la Compañía General de Combustible S. A. (CGC, cuyo principal socio es Eduardo Eurnekian), que sería la segunda reserva de hidrocarburos no convencionales del país. Sino que Rusia ha llevado a cabo programas de mapeo y sondeo de la geología antártica, tanto terrestre como submarina, que indican que sus navíos de investigación habrían descubierto, en la Antártida, reservas de hidrocarburos equivalentes a 511.000 millones de barriles de petróleo, una cantidad aproximadamente diez veces mayor que la producción total del Mar del Norte en cincuenta años. Estudio que comunicó BRICS News, el canal oficial del grupo que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Según el Tratado Antártico y el Protocolo de Protección al Medioambiente, firmado en 1959 por los siete países que reclaman territorio propio sobre la Antártida (la Argentina, Chile, Nueva Zelandia, Australia, Reino Unido, Francia, y Noruega), más Estados Unidos, Bélgica, Japón, Sudáfrica y Rusia, cualquier tipo de explotación sobre minerales está prohibida, no así la investigación científica. Ese tratado vence en el año 2048.

En el mes de agosto en la Argentina se reunirán 150 representantes de todo el mundo para supervisar que no se lleven a cabo otros fines que los acordados, máxime que, además del petróleo, los hielos del continente blanco significan el 70% o más del agua dulce del planeta. Recursos imprescindibles en el mundo que viene y que hacen que esos fondos acreedores de la Argentina pretendan su enajenación.

La primera base constituida en la Antártida (Base Orcada) fue instalada por nuestro país en 1904. En 1908, el Reino Unido reclamo su participación por tener posesión de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, y en 1940 Chile también reclamó al extender su territorio sobre el polo sur.

En ese complejo marco, la Argentina deudora de una deuda no investigada y con un gobierno que dice creer en el libre mercado apátrida, es presa de los acreedores que le imponen las condiciones del RIGI.

Mientras se le miente a la población sobre las necesidades de que vengan los capitales a explotar nuestros recursos, que no le pertenecen a esta administración sino al pueblo argentino y especialmente a las generaciones venideras, al futuro de la patria, observamos cómo Noruega se apropia de la renta petrolera que detrae de sus costas y las vuelca en toda su economía, por lo que tiene la mejor distribución de ingresos de todo el planeta. Recordemos que la distribución es el pago a los factores de producción, esencialmente al trabajo.

 

 

En síntesis

La situación de ahogo financiero se agrava con el freno abrupto en el ingreso de dólares que fueron atraídos por la bicicleta financiera. Sumado a que los exportadores de granos no están dispuestos a liquidar sus operaciones en tiempo y forma, generando las condiciones para el colapso cambiario.

La economía financiera le permitió al gobierno de Milei llegar hasta acá, pero sin dólares se agota por sí misma, dado que la producción de riqueza (la economía real) se cae estrepitosamente junto con el mayor descenso de la IBIF (Inversión Bruta Interna Fija).

El colapso cambiario da lugar a la fuga de capitales provocando la debacle del gobierno de Milei y su programa regresivo en términos sociales, productivos y laborales. A esa situación lo llevan los mismos fondos que lo impulsaron para que sea el titular del Poder Ejecutivo de la Nación Argentina, lugar en el que solo puede continuar si acepta las enajenantes condiciones del RIGI.

Es de esperar que el pueblo argentino tome conciencia de lo que ello implica y significa y se dé por terminada esta experiencia que tanto daño ha causado y que terminara de la peor forma.

Bicicleta con dólares destruida, chocada, adoquines.

 

 

 

 

[1] John Maynard Keynes, La Teoría General de la ocupación, el interés y el dinero, Fondo de Cultura Económica.
[2] Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales, en declaraciones a los medios del 1 de abril de 2024, aseguró que “el mercado de granos necesita un mejor precio”, que tienen 100 millones de toneladas de granos para exportar, pero que van a liquidar lo justo y necesario para cubrir sus costos y gastos y no más.

 

 

 

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