Gestos

Muchos guiños y pocos reclamos a la cúpula empresarial

 

“Necesitamos un gesto con el FMI”, fue el mensaje que Martín Guzmán llevó a la reunión que mantuvo con Sergio Massa y Máximo Kirchner la semana pasada en las oficinas del Congreso. Ese gesto es la aprobación del Presupuesto 2022 antes de fin de año. Y así será. El lunes, el ministro de Economía explicará los lineamientos del proyecto ante los legisladores del oficialismo y la oposición. El martes y miércoles habrá trabajo en comisiones y el jueves sesión. Guzmán se llevó varias carpetas con los pedidos explícitos de gobernadores y gobernadoras para recibir más recursos en obras públicas. Luego será el turno del Senado. El Plurianual, donde deberían explicitarse los condicionamientos de la negociación con el FMI, pasó para más adelante.

El Presupuesto será el único tema que abordará el Congreso antes de fin de año. Las leyes de incentivo a la agroindustria, hidrocarburos y compre nacional también se patean. El tema es hacia dónde. La norma escrita por el Consejo Agroindustrial, en la que confluyen las principales cerealeras y 53 cámaras patronales de todo el país, tendría mejores perspectivas que la que busca potenciar los recursos de Vaca Muerta y los no convencionales. Ese proyecto, presentado por Alberto Fernández el 15 de septiembre, quedó en un pozo.

Ante esta incertidumbre y frente a los compromisos que el gobierno ya había asumido con las petroleras exportadoras, el Poder Ejecutivo volvió a mejorar el acceso a las divisas a quienes inviertan entre 500 y 1.000 millones de dólares. El gesto llegó a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU). Ahora podrán quedarse con el 40 o 60% de los dólares que generen por sus ventas al exterior. La ampliación de este beneficio coincide con los reclamos de algunos jugadores, como Pan American Energy o Vista, que pretendían mejorar lo que el proyecto (fallido) les prometía.

“A YPF, el DNU no le incide porque no exporta. Pero al resto sí. Ojo con el mercado interno. Hay riesgo de que se venda mucho más afuera y no se cubran las necesidades locales”, advirtió el titular de una de las principales petroleras del país. El mismo día del DNU, la compañía de Miguel Galuccio anunció inversiones por 2.300 millones de dólares destinadas a la producción y exportación desde Vaca Muerta. Gestos son gestos.

La agenda exportadora de la semana concluyó con una nueva liberación de las ventas de carne, principalmente con destino a China. Otro gesto. El objetivo es que el año próximo se exporten entre 650.000 y 680.000 toneladas de carne vacuna, alrededor del 25% de la producción local. El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, pretendía que fuese el 20%. El límite que se consensuó se irá analizando a ojo. El gobierno tiene miedo de hablar de cupos.

“Si el año que viene se superan las 600.000 toneladas, se traslada todo a precio. ¿Quién te dice que no van a camuflar los cortes de consumo local con los envíos a China de la vaca flaca?”, advirtió Pedro Peretti, ex director de la Federación Agraria.

En noviembre, el precio de la carne en supermercados registró un incremento promedio del 11%, según los registros de la Secretaría de Comercio Interior.

 

 

Pacto

En 2015, la faena de hembras había sido del 43,5%, mientras que para 2019 se ubicó en el 49,3% con un pico durante el primer trimestre del 51,7%. La excesiva descapitalización de los productores durante el último año de gestión del macrismo llevó a que se perdieran 900.000 cabezas de ganado el año pasado. Pero hay un dato más: en 2019 también se liquidaron 547.000 cabezas en comparación con un año antes.

¿Por qué se dio esa descapitalización? Cuando el precio de venta de los novillos se ubica por debajo de 1,40 dólares por kilo, se considera pérdida. En 2011 se pagaba 1,5 dólares por kilo y en 2015, 2,1 dólares. En 2016 se redujo a 1,9 dólares, mientras que luego de la corrida cambiaria de 2018 y el acuerdo con el FMI se ubicó por debajo de 1,3 dólares. Y ahí empezó la liquidación de vientres.

Ante la baja de ese precio en el mercado local, sumado a la reducción del poder adquisitivo de los salarios en un 50%, las vacas empezaron a volar a China. Entre 2018 y 2019 se habilitaron 60 establecimientos para exportar carne a ese país con el sistema de sociedades simplificadas, cuando en 2015 había 37 establecimientos. A partir de la apertura indiscriminada de las exportaciones durante los años cambiemitas no sólo aumentó el precio de la carne, sino que se redujo el consumo interno. El libre mercado lo hizo.

¿Qué pedían los productores de la Mesa de Enlace en su actual puja con el gobierno por el abastecimiento interno? Que les permitieran exportar de manera libre las vacas flacas a China. Más libre mercado. “Han sido escuchados los pedidos de la Mesa de Enlace. Un rotundo no a la intervención, al cepo y más aún a los derechos de exportación”, sostuvo Carlos Iannizzotto, titular de Coninagro.

Los integrantes de la Mesa de Enlace estuvieron exultantes durante la reunión con el ministro Julián Domínguez. Casi que se movían como los dueños de casa. No es para menos. Lejos, bien lejos, quedó la idea de aumentar los derechos de exportación para desacoplar los precios internacionales de los locales, como proponía Feletti. “A lo mejor tuvo una actitud que no fue la más indicada, porque no es lo más apropiado esto de pensar en voz alta siendo un funcionario”, había dicho Matías Kulfas.

 

 

Los integrantes de la Mesa de Enlace, previo a la reunión con Domínguez.

 

 

“Los productores –entiéndase la Mesa de Enlace– necesitaban previsibilidad y confiar en alguien. Está el compromiso de ellos de que en marzo o abril se analizará cómo viene la cuestión del stock para ver si hay que hacer correcciones”, explicaron desde Agricultura. Es una apuesta a un nuevo pacto de caballeros con el sector, que tiene la capacidad, si lo desean, de no vender granos y jugar en tándem con la industria para no liquidar divisas. “La otra alternativa es tomarse un remise y hablar con Feletti”, ironizaron desde Agricultura para ratificar la conveniencia de dicho acuerdo (¿o pacto con el diablo?).

Lo cierto es que para el próximo año siguen garantizadas las exportaciones de la Cuota Hilton, la 481, las ventas a Estados Unidos, Colombia, Israel y Chile. Serían 300.000 toneladas. Y se liberan totalmente las llamadas vacas viejas hacia China. Sumado al resto de las exportaciones, se llegaría a ese supuesto límite de 680.000 toneladas.

Según Agricultura, el promedio de exportaciones sobre la producción total dará un 27,5% para el período 2019-2022. Cuando supera el 25% se pone en riesgo el stock ganadero, según datos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

“Con este esquema se garantiza que habrá 50 kilos per cápita por año, cuando ahora está en 47 kilos”, agregó Jorge Ruiz, productor entrerriano y asesor de Domínguez.

¿Está garantizado el abastecimiento del mercado interno a precios accesibles? Sobre eso no se estableció ningún mecanismo de regulación, salvo por la permanencia en la prohibición de exportar siete cortes de consumo masivo local y la liberación de un stock de 20.000 toneladas en poder de los frigoríficos para las fiestas. El objetivo de la Secretaría de Comercio Interior es que para Navidad y Año Nuevo la carne baje, aproximadamente, 100 pesos el kilo en carnicerías y supermercados.

Después se verá. El gesto fue el pacto de caballeros. De ahí la advertencia, de tanto conocer el paño, que formuló Peretti. El sector sabe de mecanismos de elusión.

 

 

Precios

En la ponderación del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el conjunto de los alimentos y bebidas representan el 23% (Gran Buenos Aires) o el 35% en el Noroeste del total del índice, mientras que la carne equivale a entre el 7 y el 13% del total de los precios ponderados, según la región. Si el incremento promedio de la carne en las góndolas de los supermercados fue del 11% durante noviembre –tal como relevó la Secretaría de Comercio Interior–, habrá un fuerte impacto en el IPC, que se difundirá en los próximos días.

El tema de los precios es clave, pero quedó fuera de las negociaciones con la Mesa de Enlace y frigoríficos. “En todo caso será una tarea de Comercio Interior”, patean la pelota desde Agricultura. Es la lógica de la compartimentación o de un gobierno que sigue loteado.

Desde el Centro de Estudios Agrarios (CEA) realizaron un análisis sobre el impacto de la concentración de algunos frigoríficos por regiones. Por citar algunos ejemplos, en el centro y norte de Córdoba se faenaron 613.000 cabezas en 2020. De ese total, dos grupos concentraron el 85% de la producción. El principal, con más de 10 frigoríficos y feedlots, es el Grupo Beltrán, que el año pasado controló el 93% de las 185.000 cabezas que se faenaron en Santiago del Estero. Le siguen Juramento y Agronegocios, de la familia Brito, con una capacidad de faenar 97.000 cabezas por año; el grupo Los Corrales de Nicanor, con peso en Friar (ex Vicentin) y el grupo Duhau.

 

Fuente: Centro de Estudios Agrarios (CEA).

 

 

“La concentración es muy fuerte y explica, en parte, por qué aumenta tanto el precio de la carne. Lo ideal es que estos grupos resignen algo de rentabilidad para bajar precios, pero también debería apostarse por una producción descentralizada”, explica Matías Strasorier, integrante del CEA.

El proyecto del Consorcio Ganadero en el noreste de Mendoza pone a disposición 320 hectáreas de producción de forraje bajo riego, lo que permitiría engordar 3.500 animales y producir 770.000 kilos de carne con 30 puestos de trabajo. Quizás sea más caro que producir en Córdoba, pero podría ser carne para el consumo de esa provincia, habría menos costos de flete y, por ende, los productores recibirían un mejor valor por sus animales. La experiencia, sostiene Strasorier, podría replicarse en otras regiones.

La clave es aumentar la producción ganadera, pero también desconcentrar la pata industrial (y no dejarse presionar por la Mesa de Enlace). Y eso implica tocar intereses que por ahora siguen subsumidos bajo los gestos de algunos funcionarios del gobierno nacional.

 

 

Los dólares están

“Abordar la persistente y alta inflación requiere un enfoque múltiple que implique una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal, una política monetaria adecuada con tasas de interés reales positivas y una coordinación de precios y salarios”, sostuvo el FMI en su último comunicado, que incluyó algunos detalles de lo negociado con los técnicos del Ministerio de Economía y del Banco Central. ¿Que los salarios no crezcan demasiado para que no se dispare la puja distributiva?, es una de las preguntas latentes que se desprende del comunicado del organismo.

Mucho antes, la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner había postulado la necesidad de alinear precios, tarifas y salarios. El Presupuesto 2022, tal como se envió en septiembre, contiene una reducción de los subsidios a la energía del 0,2%. En términos reales, deflactada la inflación, las transferencias corrientes caerían un 15% promedio, pero con un mayor impacto en los sectores más vulnerables.

Según un análisis realizado por el Centro de Economía Política (CEPA), los subsidios a la demanda de gas natural y gas licuado de petróleo (GLP) caerían un 39%, mientras que el Programa Hogar (acceso a garrafas) padecería una merma del 34%. Y de no mediar ningún esquema de segmentación (tema sobre el cual vuelan dardos entre la Secretaría de Energía y los entes de regulación del gas y la electricidad), el incremento de tarifas podría llegar, en el AMBA, al 30%. El debate parlamentario develará alguna de estas incógnitas.

El Fondo ponderó la salida exportadora para reunir las reservas que le garanticen el repago de la deuda. La consultora EcoGo, dirigida por Marina Dal Poggetto, estimó que para el próximo año se espera un descenso de las ventas al exterior superior al 7%. Es decir, 5.000 millones menos de saldo comercial.

No existe la disyuntiva exportar o no exportar. La cuestión nodal podría ser otra. El gobierno parecería otorgarle a la cúpula empresarial todo lo que pide, en línea con el beneplácito del Fondo. Y a cambio reclama muy poco. Es la misma cúpula que fugó divisas durante el macrismo. Es decir, muchos gestos hacia afuera. Como sostuvo Cristina en la Plaza, quizás sea hora de salir a buscar esos dólares.

 

 

 

 

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