Un informe histórico sobre la desigualdad global publicado el miércoles muestra que la brecha entre la porción más rica de la humanidad y el resto continuó expandiéndose este año, dejando al 0,001% más rico (menos de 60.000 multimillonarios) con tres veces más riqueza que la mitad más pobre de la población mundial.
La brecha global de riqueza se ha vuelto tan alarmante, y su impacto en las economías y las instituciones democráticas tan corrosivo, que los responsables políticos deberían tratarla como una emergencia, argumenta la tercera edición del Informe Mundial sobre la Desigualdad, un análisis exhaustivo basado en el trabajo de cientos de académicos de todo el mundo. Ricardo Gómez-Carrera, investigador del Laboratorio Mundial de Desigualdad, es el autor principal del informe.
“La desigualdad ha sido durante mucho tiempo un rasgo distintivo de la economía mundial, pero para 2025 habrá alcanzado niveles que exigen atención urgente”, señala el nuevo informe. “Los beneficios de la globalización y el crecimiento económico han beneficiado de forma desproporcionada a una pequeña minoría, mientras que gran parte de la población mundial aún enfrenta dificultades para lograr medios de vida estables. Estas brechas no son inevitables. Son el resultado de decisiones políticas e institucionales”.
El 10% más rico de la población mundial, según los últimos datos, posee tres cuartas partes de la riqueza mundial y capta más ingresos que el resto de la humanidad. En la mayoría de los países, es raro que el 50% más pobre controle más del 5% de la riqueza nacional.
“Esta concentración no solo es persistente, sino que también se está acelerando”, observa el informe. “Desde la década de 1990, la riqueza de los multimillonarios y centimillonarios ha crecido aproximadamente un 8% anual, casi el doble de la tasa de crecimiento experimentada por la mitad más pobre de la población. Los más pobres han logrado avances modestos, pero estos se ven eclipsados por la extraordinaria acumulación en la cima”.
“El resultado –añade el informe– es un mundo en el que una pequeña minoría posee un poder financiero sin precedentes, mientras miles de millones de personas siguen excluidas incluso de la estabilidad económica básica”.
El informe aparece mientras la nación más rica y poderosa del mundo, liderada por el Presidente Donald Trump, abandona la cooperación internacional sobre clima e impuestos y trabaja para aumentar la desigualdad recortando los programas de ayuda interna y externa, mientras entrega enormes ayudas a los estadounidenses más ricos.
Jayati Ghosh, miembro del Comité Extraordinario de Expertos Independientes sobre Desigualdad Global del G20 y coautora del prólogo del nuevo informe, declaró que “vivimos en un sistema donde los recursos extraídos del trabajo y la naturaleza en los países de bajos ingresos continúan sustentando la prosperidad y el estilo de vida insostenible de las personas en las economías de altos ingresos y las élites ricas en todos los países”.
“Estos patrones no son accidentes de los mercados: reflejan el legado de la historia y el funcionamiento de las instituciones, las regulaciones y las políticas, todo lo cual está relacionado con relaciones de poder desiguales que aún no se han reequilibrado”, agregó.
Para revertir la tendencia que dura décadas al aumento explosivo de la desigualdad será necesaria la voluntad política de buscar soluciones obvias, entre ellas una tributación justa para los mega-ricos y audaces inversiones en programas sociales y acciones climáticas, que son impulsadas desproporcionadamente por los ricos.
“Las decisiones que tomemos en los próximos años –dice el informe– determinarán si la economía global continúa por un camino de concentración extrema o avanza hacia una prosperidad compartida”.
* Publicado por Common Dreams.
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