LA ESCUELA FICCIONADA

Anuncio de vuelta a clases en CABA: marketing político a falta de gestión

 

Como si se tratara de una simple puesta en escena, el Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires continúa con lo que entiende como acciones de “revinculación” de alumnxs con el sistema educativo.

Lo dicho permite suponer que previamente ha tenido lugar una desvinculación importante de jóvenes, que desde que comenzó la pandemia no han tenido contacto (o ha sido muy breve) con el sistema educativo. Entre las causas de la mencionada desvinculación ha quedado claro que el Ministerio de Educación no ha garantizado ni lo hace el suficiente tendido de la línea de wifi, la conectividad para lxs alumnxs no conectados. Algo que llama la atención dados los 13 años de gestión continua de Cambiemos, lo exiguo de la superficie de la jurisdicción y las posibilidades económicas de una Ciudad con fuertes niveles de recaudación. En el mismo sentido tampoco se ha garantizado para todxs lxs alumnxs del nivel secundario la provisión de equipos de computación suficientes para acceder a la virtualidad.

Las situaciones descriptas ponen en evidencia la falta de inversión y subejecución presupuestaria en educación que exhibe el Gobierno de Cambiemos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde 2007 a la fecha, algo coherente con su ideología y concepción de la educación pública. (“Caer en la educación pública”, Mauricio Macri 2017.)

Es necesario aclarar que el verdadero sostén del vínculo alumnxs-sistema educativo han sido y son lxs docentes, no solamente poniéndole el cuerpo a la situación pandémica, atendiendo desde sus hogares a cientos de alumnos desde la virtualidad, financiando desde sus bolsillos los “gastos” que ello implica en términos de uso de celulares, computadoras y material didáctico, sino también desde las escuelas con  la búsqueda y detección de alumnos no comunicados, la atención de alumnos y padres que se acercan a las unidades educativas y el reparto de bolsones de comida, seleccionada según la medida de criterios nutricionistas más cercanos a la escasez que a la abundancia.

Para ello ha sido necesario que maestrxs y profesorxs trabajen muchas horas más que en tiempos normales, sin que el Gobierno de la Ciudad acceda a convocar a convenciones paritarias a fin de aumentar los salarios de los docentes y poner en la más alta consideración el trabajo docente tal como establece la Ley Nacional 26.075 de Financiamiento Educativo (2006) y su Programa Nacional de Compensación Salarial Docente.

El Ministerio de Educación, con el pretexto de “modernizar” el sistema, ha determinado tiempo atrás que tanto la inscripción al ciclo lectivo, becas y servicio alimentario sea de manera online. Esta metodología en una Ciudad profundamente desigual y segmentada dificulta las posibilidades de acceso a los beneficios mencionados a una franja importante de población socialmente vulnerable, que por no disponer de equipamiento y/o no conocer el manejo de los dispositivos electrónicos queda relegada en sus aspiraciones no sólo sociales sino culturales. Semejante decisión debió ser acompañada por la distribución de equipamiento digital y capacitación de los alumnxs y sus familiares y/o responsables de los mismxs, a modo de tornar accesible la modalidad online a los distintos grupos sociales de la ciudad.

En idéntica sintonía ha quedado fuera de toda posibilidad que las familias puedan conocer las escuelas a las que mandarán a sus hijos, sobre todo en aquellos casos en que estos presentan problemas de diferente índole. Esto puede resolverse en el mismo marco online de la inscripción, siempre y cuando las posibilidades de acceso de la comunidad queden garantizadas.

 

 

En febrero “todos” a clases

El Ministerio de Educación anunció días atrás que en el mes de  febrero comenzará el ciclo lectivo 2021 con todos o para todos los alumnos del sistema educativo. Nada se dijo sobre el carácter obligatorio o voluntario de la asistencia a clases para los alumnxs ni a qué se refería al hablar de “todos”. En sintonía con tal anuncio hemos accedido a una “Planificación” de las actividades a realizar que tuvo como destino las escuelas y que regula actividades a realizar desde el 2 de noviembre pasado hasta el 30 de diciembre del corriente año. El 18 de diciembre se señala como finalización del período escolar 2020 y para el día 21 está previsto el inicio del período de Licencia Anual Ordinaria de lxs docentes. Es decir hay un adelanto de actividades en función de un comienzo anticipado en febrero de 2021. Los docentes han sido requeridos a presentarse el 8 de febrero para reintegrarse a sus actividades.

Lo interesante del caso y considerando que la planificación propone tareas que todxs los docentes conocemos es que las normas surgidas desde el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires anuncian cronogramas de trabajo a cumplir en el actual contexto de vigencia del Covid-19 y con el fuerte impacto que el mismo ha tenido en la ciudad. Parecen responder más a una necesidad mayormente vinculada al marketing político que a proponer instrumentos efectivos para resolver una situación de grave crisis educativa como la que atraviesa la jurisdicción. Algo que no extraña dadas las preferencias ideológicas del Gobierno de la Ciudad, que sitúan a la economía y a los mercados por encima de la vida de lxs ciudadanxs.

Se obliga a las escuelas a través de una verdadera “cadena de mandos” que el neoliberalismo explota al máximo por la vía de lxs supervisorxs, a quienes considera y trata como gestores al servicio del ministerio, a privilegiar el trabajo burocrático de las escuelas en absoluto desmedro de las actividades pedagógicas. Sometiendo a los equipos directivos a un trabajo administrativo-intensivo que los aleja cada vez más de su función de conducir, orientar y ejecutar junto a los docentes los procesos de enseñanza aprendizaje.

No hace falta aclarar que las normas citadas son absolutamente inconsultas, ya que la participación democrática de la comunidad educativa no es precisamente algo que el neoliberalismo contemple. Se parecen más bien a documentos redactados y sacados a las apuradas, que pasan además por encima del trabajo que vienen realizando las escuelas y los docentes. Que no considera ni favorece a quienes más debería tener en cuenta a la hora de planificar que son lxs alumnxs, destinatarixs últimos de las ocurrencias de un ministerio que pretende hacernos creer que fuera de sus paredes y en las comunas y los barrios de la Ciudad no está pasando nada.

Finalmente es necesario destacar que las clases presenciales son absolutamente necesarias y se deberá volver a ellas lo antes posible. Pero la pandemia sigue siendo una realidad que provocó y provoca mucho dolor. Más aún en una Ciudad que tiene una población de 2.890.000 habitantes que conviven en 203 kilómetros cuadrados, con una densidad de 14.307 habitantes en cada uno (datos de El Cronista Comercial, 2014) lo que hace que los riesgos de contagio sean aún mayores.

Cualquier intento de volver a clases en la ciudad deberá atravesar previamente por un necesario proceso de transición, acomodamiento y acciones de aprestamiento, para que las escuelas, familias, alumnxs y docentes puedan llegar en las mejores condiciones a la post pandemia y para poder garantizar la inclusión de los alumnxs perdidos y los que permanecen en la escuela.

Para afrontar esta situación se requiere de acciones de formación docente en los actuales marcos de pandemia, así como mayores inversiones en infraestructura, equipamiento y fortalecimiento de los programas socioeducativos y un aumento en los salarios docentes. Todo ello deberá preverse en el presupuesto del área para el año 2021, para que el sistema educativo pueda reinventarse, ya que luego de la crisis provocada por el Covid-19 las situaciones habrán cambiado y exigirán nuevas respuestas para nuevos marcos económicos y sociales.

No se pueden quemar etapas ignorando la realidad y anunciar la vuelta de todos a clases así como así. Antes deben preverse acciones como las descriptas e implementar dispositivos articulados con las autoridades sanitarias interjurisdiccionales que prevengan situaciones no deseadas como la multiplicación de los contagios y la portación del virus y su traslado a diferentes sectores de la población.

Si se cumplieran estos requisitos sería posible volver a clases, pero actualmente la Ciudad de Buenos Aires no está preparada para ello. Pretende con sus anuncios mostrar una dinámica de la realidad que no guarda relación con lo que ocurre en el territorio. No respeta los contextos. Planifica desde su propia burbuja para una homogeneidad inexistente y plagada de diferencias que no se trabajaban ni en tiempos de la pre-pandemia. El Ministerio de Educación imagina y gestiona mal para un sistema educativo que responde desde una total intemperie, según el ritmo posible de escuelas y docentes a los que además de no apoyar debidamente les proporciona indiferencia y maltrato. Esto debe terminarse.

 

 

 

* El autor es director-fundador de la EMEM 1 D.E. 20 “Biblioteca del Congreso de la Nación” y supervisor de Educación Media y Director del Área de Educación Media y Técnica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Actualmente retirado, integra un colectivo de docentes, ex directores de escuela, supervisores y directores de área del nivel medio y técnico en la búsqueda de modelos educativos que garanticen inclusión con calidad educativa.

 

 

 

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