MAO Y PERON

50 años de la primera Exposición Comercial China en la Argentina

 

En 2022 hubo varios festejos por los 50 años del inicio formal de las relaciones diplomáticas entre la Argentina y la República Popular China. Pero como a nuestro país lo gobernaba entonces una dictadura anticomunista, en rigor fue 1973 –cuando acabó el régimen castrense y empezó un gobierno popular– el año de debut de intercambios binacionales oficiales y más sólidos. En estos días se cumple medio siglo de varias acciones iniciáticas, entre ellas la primera expo comercial de China aquí.

Claro que la Argentina y la China continental habían tenido ya acercamientos, en particular por algunas coincidencias del peronismo con el maoísmo, pero hasta 1972 oficialmente se reconocía a Taiwán, en el contexto de la guerra fría y el boicot occidental a la revolución encabezada por Mao Zedong.

En febrero de 1972 se establecieron relaciones diplomáticas con Beijing y, tras consumarse el triunfo del peronismo en las elecciones generales de marzo de 1973, luego de 18 años de proscripción y persecución a ese movimiento político, el Presidente electo Héctor J. Cámpora recibió en su oficina de la porteña avenida Córdoba al 1100, el 10 de mayo, al embajador chino Zheng Weizhi. Ambos conversaron sobre el viaje que había realizado a China poco tiempo antes María Estela Martínez de Perón y de las coincidencias tercermundistas entre la Argentina y la RPCh, todavía gobernada por Mao Zedong, quien moriría tres años después.

 

Cámpora y el embajador Zheng.

 

El día 30 del mismo mes, Zheng (a quien los diarios de la época nombran Cheng Wei Chin) visitó la sede de la Confederación General del Trabajo y se reunió con su secretario general, José Rucci. Acompañado por el secretario de la Embajada, Yang Hsin, hablaron de la “solidaridad entre las clases trabajadoras” de ambos países y los visitantes felicitaron a Rucci y a dos dirigentes de la CGT que asistieron (de apellidos Arce y Barbazzini, este último de la Federación de Trabajadores de Correos) por un reciente Congreso de la central obrera, según informó al día siguiente el diario Mayoría.

 

 

Por su parte, la edición de la revista Gente del 9 de agosto de 1973 contiene una crónica color firmada por el periodista Horacio de Dios donde se lee: “Hace un año esto hubiese parecido imposible. Sin embargo ocurrió. Y en Buenos Aires. La Embajada de la República Popular China ofreció un coctel en el Plaza Hotel, con motivo de la celebración del 49º aniversario de su Ejército. Fue un ejemplo de convivencia adulta, internacional, que pone de manifiesto una vez más que está más cerca cada día el momento en que, más allá de las fronteras ideológicas, todos tengamos por delante un mismo horizonte: vivir en un mundo mejor (…). Esto es realmente grandioso”. Entre 1971 y 1972 se habían dado sendos reconocimientos de la ONU y de Estados Unidos (el de la dictadura de Lanusse fue en el medio de ambos) a China continental y ya no a Taiwán como representantes de China en Naciones Unidas. Todo Occidente se alineó.

La nota de Gente da cuenta de los presentes en el evento, de cómo circularon “bocaditos y whisky” y de una asistencia masiva. “Estaba el país. No recuerdo un rating tan alto desde hace tiempo”, dice el redactor. También escribe, al referir cómo se comunicaban chinos y argentinos: “Es singular, entre los argentinos, la ignorancia de un segundo idioma, que es casi imprescindible en el mundo de hoy”. Asimismo, elogió la cobertura que hizo del evento Canal 13, con la crónica televisiva del colega Roberto Maidana.

 

Primera Expo China

Por esos mismos días de agosto de 1973, China organizó en el Centro de Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires, en Figueroa Alcorta y Pueyrredón, la Primera Exposición Comercial China en la Argentina. No tenía nada de lo alucinante y futurista que ofrecen las expos chinas de hoy, pero fue la primera.

Un día Juan Domingo Perón visitó la muestra y exclamó: “Esta es la hora de Mao”, según reportó el diario El Cronista Comercial en su edición del 16 de agosto. Tras recorrer los stands acompañado de ministros del gabinete (ya había renunciado Cámpora y el Presidente interino era Raúl Lastiri, uno de los acompañantes de Perón), el general se reunió con autoridades chinas presentes y fue agasajado con “té y masas chinas” y “un vino de honor”, informó ese medio. La exhibición contenía una selección de productos chinos textiles, metalúrgicos, siderúrgicos, médicos y de artesanías. La frase de Perón sobre Mao se dio cuando parte del público se acercó a saludar al líder del Justicialismo, momento en que “Perón, levantando sonriente sus brazos, improvisó un breve discurso y concluyó su corta alocución expresando ‘esta es la hora de Mao’, lo que motivó una cerrada ovación de parte de sus adictos”.

En el marco de esa acción, el 15 de agosto el jefe de la delegación comercial china llegado a la Argentina para supervisar la Expo, Li Si Fu, visitó la sede de la Confederación General Económica, acompañado del embajador Zheng. Li, a su vez vicepresidente del gobierno chino para la Promoción del Comercio, habló con el titular de la CGE, Julio Broner, y otros directivos, informó El Cronista Comercial al día siguiente.

 

Intercambio de médicos

El 21 de enero de 1974, Perón, ya Presidente argentino por tercera vez, lideró un acto durante el cual se firmó el decreto que estableció que la Argentina y China avanzaran en un intercambio de profesionales médicos, en la línea conversada unos meses antes durante un viaje al país asiático del ministro de Salud Pública, Domingo Liotta. Del acto participaron el encargado de negocios de la Embajada china, Yang Mai, y por la parte argentina la Vicepresidenta “Isabel” Martínez, el canciller Alberto Vignes, el ministro de Bienestar Social José López Rega, el secretario de Coordinación y Promoción Social Dulio Brunello y el propio Liotta. Se acordó que China enviaría a la Argentina especialistas en cirugía cardiovascular, cardiólogos, cirujanos, anestesistas, acupunturistas y enfermeras que seguirían aquí cursos de adiestramientos por seis meses a un año. En tanto, la Argentina enviaría médicos a “capacitarse en medicina de masas, que allí ha alcanzado un alto grado de perfeccionamiento”, según dio contó el diario Noticias el 22 de enero.

En julio de 1974 se concretaría la primera visita, con una misión médica china encabezada por el cardiólogo Luo Cheng Hsiang, informó el 16 de ese mes la revista Las Bases. Perón no pudo ver la concreción de esa experiencia, había muerto el 1º de julio.

 

El ministro de Salud, Domingo Liotta, con el cardiólogo Luo Cheng.

 

Tras su fallecimiento, el gobierno chino expresó sus condolencias a través de una visita a la Embajada de la Argentina en Beijing del viceprimer ministro del Consejo de Estado Lin Sien-nien y del vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Su Siang, publicaron medios argentinos.

Llevaron una ofrenda floral de parte del Presidente Mao, en cuya cinta blanca podía leerse: “A su excelencia el general Juan Domingo Perón, Presidente de la República Argentina”. También enviaron coronas el Presidente interino Dong Biwu (escrito Tung Pi-wu en los diarios de la época), el primer ministro Zhou Enlai (escrito Chou En Lai) y representantes de los ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa, además de otras autoridades, quienes fueron recibidos por el encargado de negocios interino en la Embajada, Emilio Ross.

En Buenos Aires, el embajador Zheng fue encargado de asistir a los multitudinarios sepelios oficiales. E Isabelita recibió una carta de Zhou Enlai y de Tung, quienes escribieron estar “consternados por el infortunado fallecimiento de su excelencia Presidente Juan Domingo Perón, que fue un célebre estadista y desplegó en vida positivos esfuerzos por la salvaguardia de la independencia nacional de la Argentina y por el fortalecimiento de la lucha solidaria del Tercer Mundo contra el hegemonismo”, de acuerdo con un cable de la agencia oficial de noticias Télam.

Los lazos con el peronismo (los contemporáneos Mao y Perón intercambiaron cartas, pero nunca se vieron en persona) y con los gobiernos de todo tipo que tuvo la Argentina desde entonces fueron creciendo sin cortes hasta el día de hoy, con el salto más importante a partir del intercambio de visitas presidenciales de Hu Jintao y otro peronista, Néstor Kirchner, en 2014.

 

 

 

* Nota publicada en DangDai el 27 de septiembre.

 

 

 

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