La Administración Nacional de Parques Nacionales (ANPN) modificó los indicadores urbanísticos a la medida de los desarrollos inmobiliarios de los mayores propietarios de tierras privadas dentro de las áreas protegidas de la Patagonia. El 1 de octubre se publicaron en el Boletín Oficial las nuevas “Normas para la Ejecución, Ocupación del Suelo y Uso de las Construcciones en los Parques y Reservas Nacionales de las Áreas Protegidas de la Patagonia”, que permitirán el aumento de la superficie de construcción y obras de infraestructura dentro de las tierras de propiedad privada mayores a 30 hectáreas. Los beneficiados directos de esta resolución son 197 propietarios privados de tierras en los Parques Nahuel Huapi (Río Negro y Neuquén) y Lanín (Neuquén), según nuestras fuentes.
La arquitecta Ximena Dedeu, directora nacional de Infraestructura de Parques Nacionales, firmó la flexibilización de las normas que regían desde 2007 con modificaciones posteriores. En la estrategia de fondo participó Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación. El gobernador de Neuquén Rolando Figueroa también debe haber estado en pleno conocimiento, ya que esta apuesta al mercado inmobiliario en la naturaleza protegida se articula con su proyecto de fortalecimiento de la ruta de los nueve lagos en el sur. Cristian Larsen, ex presidente del organismo, no pudo quedarse en el cargo para disfrutar de su trabajo en esta apertura al mercado inmobiliario, aunque seguro podrá hacerlo como inversor privado junto a su hijo, especialmente en Chubut.
Con la nueva normativa se podrá construir y desarrollar infraestructura en una superficie de hasta 100 hectáreas en cada unidad parcelaria, cuando antes era de hasta 30 hectáreas, cualquiera fuera la superficie total del predio. Dentro de bosque nativo, esa modificación implica necesariamente la tala de vegetación autóctona, importante movimiento de suelo e impacto sobre la fauna silvestre, suelos vírgenes e innumerables cursos de agua dulce.
En el Parque Lanín existen hoy 70 fracciones mayores a las 30 hectáreas: en las villas Quila Quina, Huechulafquen, Lago Hermoso, Río Hermoso y Meliquina. En el Nahuel Huapi, son 127 las fracciones mayores a 30 hectáreas, ubicadas en Villa Mascardi, área Ñirihuau, aeropuerto de Bariloche, Traful, todo el perilago cercano a Villa La Angostura y hasta el límite internacional con Chile. Isla Victoria y península Quetrihué son bocados exquisitos en este banquete de oportunidades, por cuya apertura también puja el mercado del transporte y la navegación para el turismo, acaparado por un puñado de firmas en todo el corredor de lagos patagónicos.
Las propiedades de mayor tamaño serán las de mayor impacto, ya que el aumento posible es de casi el 130%, de acuerdo a una primera valoración de la aplicación de los índices de ocupación y los topes. Esta norma beneficiará directamente a los proyectos de Patrick María Steverlynck, empresario neuquino que en los últimos años hizo pie con campings VIP desde San Martín de los Andes hasta Esquel inclusive. También al proyecto de urbanización de Alberto Pierri, de más de 400 hectáreas y 7 kilómetros de acceso libre a la costa norte del Nahuel Huapi, sobre el brazo Última Esperanza, que está demorado por la aplicación de la ley nacional de Bosques Nativos. Después de años de acaparamiento de varias propiedades, este puede ser el despegue de Pinox SA, de Francisco de Narváez, sobre el brazo Huemul y con excelente acceso a rutas hacia el aeropuerto internacional.
Al aumentar la intensidad de la construcción y aumentar los espacios para el movimiento humano, supone, a la vez, aumentar los riesgos de incendios. Esta decisión del gobierno coincide con la caída de contratos de brigadistas que combaten los incendios; dato de color, si no fuera negro.
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