MORALES QUEBRADAS

La crisis sanitaria jujeña se agrava y el gobernador evita a la prensa

 

Los datos oficiales de Covid-19 en Jujuy son gravísimos. Peores aún son los que no se cuentan. La última semana la provincia superó los 11.719 contagios. La tasa de letalidad es de 2,8%, muy por encima de la nacional. En los primeros diez días de septiembre se registraron 82 fallecimientos, que elevan a 328 el total de víctimas fatales. San Salvador suma 4.290 casos positivos y el servicio público y privado de salud están colapsados. El Carmen tiene 1.782, Ledesma 1.689, San Pedro 1.465, Palpalá 683 y Susques 435.

El gobernador Gerardo Morales realizó acuerdos tardíos con obras sociales que deberán reconocer el test PCR, medicación e internaciones. El Instituto de Seguros de Jujuy (ISJ), la obra social que cubre al 80 por ciento de los trabajadores estatales, resolvió esta semana que sólo atenderá a aquellos afiliados derivados por el Comité Operativo de Emergencia (COE). En esos acuerdos, hay otro negocio en plena pandemia: el ISJ no cubrirá el PCR, aseguró la delegada del ISJ Sivia Tejerina. Cada afiliado deberá abonarlo y de acuerdo al cuadro podrá ser atendido y cubierto. El gobernador también avanzó con las ART. Lo real es que —con o sin obra social— la gente no consigue atención sanitaria a pesar de los fondos nacionales transferidos, que rondan los mil millones de pesos.

Desde que Morales se recuperó del coronavirus pasaron cosas: el programa televisivo del COE, usado a diario desde el comienzo de la pandemia, redujo tiempos y ganó descrédito. Antes duraba entre 40 minutos y una hora; hoy llega a duras penas a los 20 minutos. El gobernador usaba el espacio cuando se inició la pandemia para mantener contacto directo con los medios locales a través de una ronda de preguntas. El 20 de julio dio su segunda y última conferencia de prensa. Luego las eliminó y también sacó las preguntas durante la transmisión del COE. En el camino autorizó a los ministros a realizar conferencias. Morales sólo está disponible para la prensa oficial y los medios nacionales afines.

El COE TV o el Show del COE, como le dicen los jujeños, ya no brinda datos epidemiológicos ni informa sobre la cantidad de camas críticas. Es sólo un programa de consejos preventivos y una reiteración de muletillas del gobernador. “No puede ser”, se le escucha. Y repite: “Que no se quiebre la moral”.

 

 

COE-TV en sus inicios, cuando Morales respondía preguntas de la prensa local.

 

 

Morales viene en picada política. El programa comenzó a transmitirse sólo domingos, martes y jueves. En los próximos días es probable que se abandone el set televisivo porque la población padece la tragedia diariamente y en realidad no quiere cámaras sino soluciones.

Las pérdidas humanas no tienen consuelo. Hay familias devastadas por el Covid, que relatan su padecer por las redes sociales. El común denominador es la ausencia de Estado.

Las despedidas virtuales son más crueles. Las redes informan quién dio positivo o quién falleció. Lo mismo ocurre con los contagios entre los trabajadores de salud, que siguen en primera línea ante el virus. Esta semana murieron cuatro enfermeras. Una era Irene Alancay, de San Pedro. Había sido contratada en marzo, se contagió de Covid y una vez fallecida el gobierno le depositó el salario, adeudado desde entonces. Los trabajadores del área continúan con reclamos de insumos de bioseguridad y aumentos salariales. Por estas horas es la comunidad la que reúne dinero para sostener esos trabajos. Ante el desabastecimiento de insumos para hospitales se organizan colectas virtuales y rifas para comprarlos.

 

 

Piripipí

En uno de los programas del COE, Morales retó a la población. “Basta de piripipí”, dijo, en referencia a las juntadas que detectaba a través de redes sociales y por las que multaba cuando no había contagios. Con el alza de casos, recorre el interior y reparte bolsones en medio de operativos sanitarios. En uno habló con los vecinos y les dijo a modo de padre: “Seguimos circulando y contagiándonos”. Y añadió: “Estamos pagando el movimiento de agosto, motivado por las honras a la Pachamama”. Ratifica de ese modo su línea de conducta: se quita culpas, las pone en cabeza de la gente o bien de los medios de comunicación. Pero no determina una cuarentena estricta que frene la circulación del virus.

La ciudad de Libertador General San Martin alcanzó los datos más críticos en agosto: el Covid arrasó con virulencia. Hoy esa furia se trasladó a San Pedro y a la capital jujeña. San Pedro está alcanzando el pico de contagios con el sistema sanitario colapsado. Una de las sorpresas fue que el municipio, después de tres semanas críticas, anunció un confinamiento de tres días. En San Salvador se da la actitud opuesta: la comuna anunció el regreso a fase 1 pero no lo implementó, dado que sólo los domingos existía confinamiento obligado. A partir hoy habilita la apertura de negocios en los barrios. Desde hace dos meses y medio está claro que la salud de los jujeños y jujeñas es una lotería. Quien contrae la enfermedad, si no tiene síntomas severos, es más que probable que no sea atendido porque no hay camas ni servicio disponibles.

 

 

 

Números dudosos

Volviendo a los datos epidemiológicos, hay grandes diferencias entre los relevamientos de cada hospital y los datos del COE. El hospital Guillermo Paterson de San Pedro tuvo seis fallecidos el lunes, diez el martes y cuatro el miércoles, todos con nombre y apellido. Esos datos no coinciden con los que brindan los COE municipales ni con el informe global de la provincia, que registraba para ese mismo lunes diez fallecidos, otros diez el martes y nueve el miércoles. Y no se conocen los nombres.

Los números del Sistema Informático Integral Sanitario Argentino tampoco coinciden con la provincia, especialmente en el número de víctimas fatales. Si bien al iniciarse la pandemia el COE provincial manejaba los datos globales, Morales le entregó las cuentas más tarde a los COE municipales. Ahora son ellos los que registran y están obteniendo el doble de datos. Por ejemplo, sólo el COE de Palpalá registró el 5 de septiembre veinte fallecidos mientras la provincia reportaba el mismo número como total del día. Significa que hay muertos que no aparecen en las cuentas oficiales. Esto sin entrar en el detalle de las actas de defunción online, donde no se anotan como Covid casos que deberían serlo, como los cuadros de insuficiencia respiratoria.

Antonio Espeche es nefrólogo del Hospital Paterson de San Pedro. Uno de sus asesores es el infectólogo Carlos Remondegui, quien esta semana analizó los datos epidemiológicos de esa zona. Esta semana se espera que los casos empiecen a amesetarse y den respiro al sistema sanitario. Las camas críticas están cubiertas en toda la provincia. “Hacen respirar a los pacientes en áreas que no son terapias intensivas, como en los hospitales Orias y Pablo Soria”, detalló Espeche.

Por la gran cantidad de casos en San Pedro y Libertador General San Martín, la Sociedad Argentina de Infectología eligió la zona para investigar un novedoso tratamiento con Omega 3 y Colchicina en personas con cuadro agravado de coronavirus. “Son dos medicamentos que han respondido bien al tema de la terapia con la desinflamación de las paredes pulmonares, que es donde más ataca el virus”, explicó el epidemiólogo Jorge Alcántara, ex director del hospital de San Pedro. Indicó que el tratamiento ha dado muy buenos resultados en unos 300 pacientes “en la última etapa”, por lo cual “se sigue evaluando y los resultados finales los vamos a tener cuando esto termine”.

 

 

 

Duplicación cada 23 días

La cátedra de Investigación Operativa de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Jujuy realizó un informe estadístico para estudiar la velocidad de contagios en términos de proyección. El estudio se basa en los datos oficiales del gobierno y es un aporte para la toma de decisiones sanitarias y políticas para mitigar los contagios.

El tiempo de duplicación según el crecimiento exponencial de los casos es hoy de 23 días. Tenemos más de 11.000 casos, es decir que para el primer lunes de octubre tendremos 22 mil contagiados. El estudio no tiene relación directa con los administradores de la pandemia pero es un aporte para especialistas abocados al virus.

Para tener una idea precisa del estado y la respuesta del sistema sanitario a la pandemia, no sólo hay que analizar los números de contagios, recuperados y muertos sino también la cantidad de pacientes en terapia intensiva, un indicador indirecto pero clave de la situación epidemiológica. Se estima que, del total de contagiados, el 80 por ciento tendrá síntomas leves, el 15 necesitará internación y el 5 llegará a terapia intensiva. Nueve de cada diez de quienes ingresen a terapia requerirán un respirador artificial, con lo que colapsaría el sistema de salud en un área crítica.

 

 

Un brote responsable

En la Compañía Minera Aguilar del grupo Glencore PLC se registran más de veinte contagios y hay casos en estudio. La empresa tienen 650 trabajadores en el campamento y paralizó la actividad el martes 8. Desde entonces sólo realizan guardias mínimas. Carlos Trejo, secretario general de AOMA en la minera, dijo que aún se esperan los análisis pero todos fueron hisopados. “Estamos trabajando con la ART y la obra social y estamos sosteniendo con nuestro sistema sanitario la mina, porque el sistema de salud de la provincia está colapsado”, advirtió. La compañía marcaría así una diferencia con empresas como Ledesma SAAI y EXAR, donde han producido contagios por incumplimiento de protocolos sanitarios y no pararon la producción.

 

 

Minera Aguilar, con guardias mínimas.

 

 

 

 

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