Otro suicidio inverosímil

Omar Luis Daer, ex abogado de Menem, está internado con dos tiros en la cabeza

 

Al menos un balazo entró por la garganta, le arrancó un ojo y quedó incrustado en el techo de la habitación de la casa en el coqueto barrio Parque de Bernal que el abogado compartía con su esposa, su única acompañante en la noche del último martes.

Su compañera de vida y negocios lo dejó ir solo en la ambulancia. Llegó al Hospital cerca de las 4 de la mañana, siete horas después. Acompañada por su padre, balbuceó: “Discutimos, sí, en el living. El se fue a la pieza, se arrancó la cadenita del cuello y buscó entre el placard. Yo me alejé, pero cuando oí el disparo regresé y le vi una mancha roja en el cuello, entre el humo…”.

En ese momento, el padre habló por ella: “¡Y te fuiste porque temías que te disparara a vos!”.

“Y me fui porque temía que me disparara”, repitió en el Hospital Iriarte de Quilmes, donde Omar Luis Daer recibió las primeras atenciones.

Ella habrá de relatar que solicitó auxilio a un vecino, Federico Martín Cariati. Luego llamó a una ambulancia y a la policía.

El Cohete recorrió el barrio: enfrente hay una sociedad de fomento sin actividad; en las casas contiguas no aportaron nada; la pareja de la primera dijo desconocer dónde vivía Daer; la del otro lado no podía justificar ajenidad ya que está aislada por la pandemia, pero negó haber oído algo. Más concreta fue una tercera entrevistada que sí dio cuenta del estampido. Se mostró enfática en que había oído un solo disparo.

Sin embargo, en el Hospital evaluaron que fueron dos balazos; que el arma no fue apoyada en el cuello sino disparada a corta distancia; y que el proyectil ascendió de izquierda a derecha. Daer no era zurdo.

Su esposa, abogada laboralista, no tuvo problemas ante el Poder Judicial. Sus contactos en las Fiscalías donde trabaja se verificaron útiles cuando su amiga Mariana Curra Zamaniego (de la UFI-6) la dejó ir. Podría decirse que entró por una puerta y salió por la otra.

Cuando El Cohete consultó en la Comisaría 8ª, distante a dos cuadras, la agente de servicio no estaba enterada del caso de la noche previa. Tampoco supo decir nada el oficial Vega, quien conversó amable con este medio. Sus superiores en la dependencia mandaron a responder que cualquier consulta debía ser dirigida a las fiscalías.

Allí, a poco más de un kilómetro, donde los teléfonos no son atendidos, las puertas están cerradas mientras unos carteles advierten que están en feria judicial.

 

Foto: El Cohete a la Luna.

 

 

Nadie más reparó en la mujer de Daer, quien fungió como parte de las sociedades anónimas con que ambas figuras del derecho supieron hacer negocios. Una es Pampa Gris, la otra, GC Fuel.

María Cecilia Attolini presidió Pampa Gris desde mayo de 2006, mientras quedaba como suplente su marido Omar Luis Daer, quien fijó domicilio especial en Maipú 631, 2° piso, 2° cuerpo, oficina 27 de la Capital Federal, donde trasladó domicilio legal y social por renuncia de Esther Luisa Grisolía y Evangelina Blanco, según consta en el expediente 1767148 firmado por el abogado Miguel Sommariva. Esta empresa armada como proveedora llevó el CUIT 30-71020217-2 y se registró ante la AFIP como mayorista de materiales de construcción.

Un lustro más tarde, se informaba en el Boletín Oficial la constitución de GC Fuel, donde la abogada con CUIL 27-21950063-7 asociada con Martha Adriana Pan (quien fijó domicilio en la empresa, sobre Lavalle 1747, 8° B, de CABA), Leonardo Mariano Churin (que dio la dirección de la casa familiar de Daer, sobre el que empezó a funcionar su primer estudio) y el riojano César Luis Pineda. El objeto de la empresa fue el transporte de combustible por tierra o agua (de acuerdo a la escritura 108 del 5 de diciembre de 2011). Allí, Attolini declaró el mismo domicilio que comparte con Daer, sobre Moreno al 300 de Bernal, donde su casa se ve opacada por otras más vistosas en la cuadra.

El lugar no permanecía vallado ni encintado al día siguiente de los disparos.

 

Todo ocurrió en la única planta. Foto: El Cohete a la Luna.

 

Recién el jueves trascendió que César Sebastián Daer, hijo de otro matrimonio y pareja de la jefa comunal quilmeña Mayra Mendoza, iba a pedir que se investigue la tentativa de homicidio.

 

 

¿Y el doctor?

Omar Luis Daer, el mayor de dos hermanos y dos hermanas, nació el 20 de marzo de 1955 y estudió Derecho en la Universidad de La Plata.

Desde su casa del centro de Quilmes vio evolucionar la política por parte de quienes serían sus conmilitantes del justicialismo local, que llegaron a estar muy encumbrados. El primero de ellos fue Raúl Cacho Reali, ex secretario de gobierno municipal (1973-76), cuando el bloque de concejales era presidido por el sindicalista textil vandorista Ángel Abasto, quien llevó a Quilmes al gobernador Carlos Menem para un almuerzo militante. Luego del golpe, Menem recibió ayuda de Reali durante su cautiverio y, tras la conquista del gobierno quince años más tarde, Reali pasó a manejar Yaciretá; antes, claro, de que el Presidente la calificara de monumento a la corrupción.

En 1995, cuando el juez Ariel González Eliccabe detuvo a León Zimmerman, quien defendía las tomas populares de tierra, Daer fue uno de los elegidos por el abogado de derechos humanos como su patrocinante (el otro fue Luis Valenga, de ideología más cercana al detenido que más horas de prisión habría de conseguir contra policías de gatillo fácil). La elección de Daer fue leída como un reconocimiento a su influencia en los tribunales del Conurbano sur.

Tenía con qué tejer. Por entonces, Abasto buscaba la reelección en la intendencia para su entonces pupilo Aníbal Fernández (1991-95), pero una causa llevada adelante por el juez radical Eliccabe le minó la imagen. Desde entonces viene el mito de su fuga en el baúl de un auto.

Abasto, en el Senado, venía de haber sido asesor del vicepresidente Eduardo Duhalde (1989-91) hasta que la jueza federal Amelia Berraz de Vidal le descubrió allí una oficina de venta de pasajes clandestina. Luego, Abasto fue diputado nacional y presidió la estratégica Comisión de Energía, a la vez que, en su Tercera Sección Electoral, armaba la política y los puestos en el Poder Judicial.

Desde entonces se comenta en los ámbitos tribunalicios que la mayoría de los jueces le deben sus puestos a aquella dupla. La influencia se extendió a las reformas de las constituciones nacional y bonaerense de mediados de la década.

Daer mantenía una continua cercanía con Abasto, siempre acompañado de la suerte. Su hermana periodista se casó con el comisario Oscar Salinas, quien luego del crimen de José Luis Cabezas (del que en un par de días se cumplirá un cuarto de siglo) habría de ser designado Jefe de Policía Departamental, la máxima autoridad de los auxiliares del Poder Judicial. Mientras lo vio en el cargo, lo visitaba con asiduidad.

El PJ perdió el municipio y la Presidencia de la Nación en 1999. Entonces, sobrevino el raid de explicaciones que Menem debió dar por varias causas de corrupción; la más dramática fue la del tráfico de armas, que incluyó la operación de volar el pueblo cordobés de Río Tercero para borrar pruebas.

Esa fue la oportunidad de Daer para poner en juego sus dotes de penalista, útiles para dilatar los tiempos de la justicia.

 

Junto a su cliente más famoso.

 

 

Durante un tiempo no se lo vio porque, aseguraban, trabajaba desde la embajada argentina en México.

Cuando Menem se apoltronó en su banca de senador, Daer lo asesoró (2006-2015). El mismo año que empezó allí armaron la empresa proveedora con su esposa y con un riojano, César Luis Pineda, en pos de transportar combustibles.

Durante los siete años que siguieron a 2015 fue convocado como conjuez de la Suprema Corte bonaerense, mientras dejaba en manos de otros colegas su estudio jurídico Daer & Asociados.

Desde allí llevó la estrategia de la defensa del concejal Daniel Zisuela, condenado por facilitar la prostitución de menores y mayores, vinculado con lo más granado de la política regional, cuyos nombres tomaron estado público por la nota Delitos aberrantes, en El Cohete a la Luna.

La defensa de las chicas supo que Daer era padrino del hijo de Zisuela; sus quintas de descanso están en el mismo barrio. Allí sospechan que ambos aparecen en muchas escuchas que el abogado quiso, sin éxito, evitar que se analizaran.

Daer y el prostituyente compartían una pasión: ambos habían presidido el Club Argentino de Quilmes. También patrocinó a otro dirigente futbolístico, el quilmeño José Luis Meiszner, implicado en escándalos internacionales con la CONMEBOL y el FIFAgate.

Por su estudio pasaron otros casos resonantes, siempre ligados al poder y la corrupción.

Pero a nada de eso se debe su actual estado, que motivó un traslado al Hospital El Cruce, de alta complejidad.

Quienes conocen a Daer aportaron los datos de causas judiciales por una hija no reconocida (luego de una consulta, el abogado de la contraparte bloqueó el celular de El Cohete). Relatan otras historias íntimas que enfurecerían a muchas mujeres, pero la esposa no fue acusada de nada aún por parte de su conocida fiscal Zamaniego.

Para justificar la carátula del “intento de suicidio” dirán que Daer tomaba “medicamentos ansiolíticos” porque era “depresivo”.

Nadie se lo cree.

 

 

 

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