Poca muchacha

Un estudio revela la desigualdad en los ámbitos de representación política

 

La Argentina es el primer país del mundo que tuvo una Presidenta de la Nación mujer: María Estela Martínez. También es uno de los primeros países en crear, en 1991, una Ley de Cupo, después de los países nórdicos. Sin embargo, hoy ocupa el puesto 18 en un ranking de representación de mujeres en los Parlamentos conformado por la ONU y el puesto 64 en cantidad de mujeres con cargos ministeriales. Una investigación reciente del Instituto de Estudios Ciudadanos (IEC) suma a este panorama datos todavía menos alentadores: en el gobierno nacional hay un promedio de 20,5% de funcionarias y en el gobierno de la Provincia de Buenos Aires la situación es aún más desigual: ninguna mujer tiene el rango de ministra o de secretaría, recién hay participación femenina en las subsecretarías. “Esa situación de extrema desigualdad no se repite en ninguna otra provincia del país”, asegura el informe.

En el país del Ni Una Menos los índices de participación política de las mujeres siguen atados a un modelo ordenado por la jerarquía de géneros. No hay mujeres hablando de política en los medios, no hay en los municipios, no hay tampoco en las legislaturas ni como cabezas de ministerios, o hay muchas menos que varones. Están subrepresentadas. Un sistema de obstáculos tácitos y explícitos impide a las mujeres entrar en el juego político en igualdad de condiciones que sus pares masculinos. Esta relación es aún más desigual para personas trans, gays, lesbianas y se agrava si se tiene en cuenta la extracción social y cultural como filtro que empeora la situación: pobres, negrxs, indígenas, cuerpos no hegemónicos, dicapacitadxs, son empujados a estar lejos del poder.

 

3 de junio de 2015: Ni Una Menos.

 

No sólo es más difícil que para los varones participar en política sino que además cuando las mujeres lo hacen, descubren (es una forma de decir) que su condición provoca una serie de violencias por parte de los compañeros, camaradas o correligionarios, que hace que su crecimiento y su performance política decaigan: 9 de cada 10 mujeres militantes han sufrido alguna vez violencia machista en el ámbito político; el dato fue revelado por la Primera Encuesta Nacional de Mujeres en Política desarrollada por el Observatorio Julieta Lanteri. Dicho sea de paso, Julieta Lanteri fue la primera mujer en votar en el país, una mujer feminista y migrante.

La Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política sancionada en 2017 y reglamentada el 8 de marzo de 2019 busca garantizar que exista una composición igualitaria de los órganos legislativos. Pero para las estructuras ejecutivas y sus respectivos gabinetes no existe normativa que establezca un piso de participación femenina, esto explica en parte la notable diferencia que hay entre la representación de mujeres en los parlamentos y en los ejecutivos.

El relevamiento del Instituto de Estudios Ciudadanos, dirigido por Valeria Zalazar, analizó el porcentaje de funcionarias, legisladoras, gobernadoras, intendentas y las rectoras de las 65 universidades públicas del país, en clave comparativa con la cantidad de mujeres que habitan suelo argentino. 

 

Gabinetes desiguales, gobiernos injustos

En el gobierno nacional liderado por Mauricio Macri, “el feminista menos pensado” (según palabras de la Directora del Instituto Nacional de la Mujer, Fabiana Túñez), nos encontramos en 2019 con un porcentaje de participación muy bajo para las mujeres, con un promedio de 20,5% de funcionarias en las primeras tres líneas jerárquicas (ministras, secretarias, subsecretarias). Y con un porcentaje que disminuye a medida que aumenta la jerarquía del cargo: el 20% de las ministras son mujeres, el 20,24% ocupa el rango de secretarias y solo el 21,24% de las subsecretarías son dirigidas por mujeres. 

 

Elaborado por el IEC.

 

En el gobierno anterior la situación no era muy diferente. Al finalizar el mandato de Cristina Fernández había solo 4 ministras mujeres (Alicia Kirchner en Desarrollo Social, Teresa Parodi en Cultura, Cecilia Rodríguez en Seguridad y Débora Giorgi en Industria) de un total de 20 cargos en el gabinete de ministrxs.

Según advierte ONU Mujeres, las cinco carteras más comunes que ocupan las mujeres son: asuntos sociales seguidas de otras de carácter social como familia/infancia/juventud/mayores/discapacidad/; medio ambiente/recursos naturales/energía; trabajo/formación vocacional; y comercio/industria.

En Provincia de Buenos Aires la situación es todavía más desigual que en el gobierno nacional de Cambiemos: no solo ninguna mujer tiene el rango de ministra o de secretaría, sino que recién hay participación femenina en las subsecretarías, con solo el 22,4%. Esto implica que tanto en el rango de ministerios como de secretarías provinciales el 100% de las autoridades máximas son hombres y el 0% mujeres. “Tengamos en cuenta que en la Provincia de Buenos Aires, la cantidad de mujeres es mayor que la cantidad de hombres, específicamente el 51,15% de la población provincial son mujeres, según el Censo 2010”, agrega el informe del IEC. El 51,15% de la población es mujer y el 0% de los Ministerios están manejados por mujeres.

 

 

La provincia de Buenos Aires es la provincia que presenta mayor desigualdad de género respecto a las autoridades del gabinete ejecutivo. “Esa situación de extrema desigualdad —señala el informe— no se repite en ninguna otra provincia del país”, aunque es comparable a la situación de otras dos provincias que no tienen ministerios a cargo de mujeres: Catamarca y Córdoba.

El caso del gobierno de la Provincia de Buenos Aires es otro ejemplo para demostrar cómo un ejecutivo liderado por una mujer no redunda en mayor participación femenina. Es por gobiernos como el de María Eugenia Vidal que las campañas comunicacionales en torno a la paridad de género en las listas no apuntan a que haya más mujeres en las listas, sino a que además esas mujeres, lesbianas o travas, sean feministas.

En el otro lado de la tabla, las provincias más equitativas son Entre Ríos y Santa Cruz. En el caso de Entre Ríos las mujeres concentran el 60% de los ministerios pero únicamente el 30,4% de las secretarías y el 30,8% de las subsecretarías. En Santa Cruz la propia gobernadora es mujer y a su vez el 50% de su gabinete de ministrxs está compuesto por mujeres. El 45% de las secretarías también están a cargo de mujeres y el 55,2% de las subsecretarías. 

Respecto a quiénes ejercen la gobernación de las provincias, sólo 4 (Santa Cruz, Tierra del Fuego, Catamarca y Buenos Aires) de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen como autoridad máxima a una mujer. El 16,7% de las provincias. La primera mujer gobernadora asumió en 2001 y en toda la historia fueron únicamente ocho. Hasta el momento, de los 14 gobernadorxs electos en 2019, sólo una es mujer, así que el panorama tiende a empeorar.

 

Foto: Mariana Leder Kremer.

 

Las intendencias y universidades, desiguales

En la Provincia de Buenos Aires no sólo el ejecutivo provincial es profundamente desigual, también en la composición de intendencias el sesgo varonil es exacerbado. De los 135 municipios que componen la provincia únicamente 4 están gobernados por mujeres. En porcentajes tendríamos un 2,9% de intendentas, y viéndolo segmentado un 4,7% de intendentas en el Conurbano y un 2,7% en el interior de la provincia. 

IEC también analizó los gabinetes de los 24 partidos que conforman el Conurbano bonaerense y el diagnóstico es que aún falta mucho para alcanzar la paridad: el promedio de participación de las mujeres en tanto funcionarias en las primeras líneas (secretarías, subsecretarías, direcciones generales y direcciones) es tan sólo del 26,5%.

Los municipios con menos cantidad de mujeres en su gabinete son Vicente López 6,7% y José C. Paz 8,3%. Con mayores porcentajes de funcionarias se encuentran los municipios de Moreno 54,5%, Esteban Echeverría 50% y Florencio Varela 41,7%. 

Respecto a las universidades, de las 65 universidades de gestión pública que hay en el país, sólo siete tienen rectoras mujeres. Esto equivale apenas al 10,77% de las universidades y significa que casi el 90% de las autoridades son hombres. Las universidades que tienen rectoras mujeres son: Universidad Nacional de las Artes (CABA), Universidad Nacional de Comechingones (San Luis), Universidad Provincial de Córdoba, Universidad Nacional General Sarmiento (Malvinas Argentinas, PBA), Universidad Nacional de Lanús (Lanús, PBA), Universidad Nacional de Misiones, Universidad Nacional del Nordeste (Corrientes/Chaco). 

Cargos legislativos: no hay paridad ni con ley de paridad

A pesar de que por primera vez este año se pone en práctica la Ley de Paridad y de que existen leyes homólogas provinciales, en las elecciones de 2019 sólo 2 de cada 10 listas están encabezadas por mujeres. Con este escenario, sólo cuando las mujeres encabecen el 50% de las listas, la paridad será posible. El Congreso nacional se encuentra estancado en una representación femenina en torno al 40%, lejos de la composición demográfica del país, con 52% de mujeres, y de la presencia de la agenda de las mujeres y los feminismos en la arena política dentro y fuera de las instituciones de gobierno.

Según el análisis de IEC, de las 72 bancas que componen el Senado de la Nación 30 están ocupadas por mujeres, equivalente al 41,7%. A su vez, las Senadoras presiden el 37% de las comisiones y de los 22 bloques que componen el Senado, solo 6 son presididos por Senadoras, equivalente al 27,3% de las presidencias. 

 

Rechazo de la ley de aborto en el Senado

 

Respecto a la Cámara de Diputados, 100 de las 257 bancas son ocupadas por mujeres (38,9%). Las autoridades de la Cámara tienen un 25% de mujeres y el 28,9% de las comisiones están presididas por Diputadas. Respecto a las presidencias de bloque, de los 34 bloques totales sólo 12 son presididos por mujeres, lo que equivale a un 35,3%. 

El trabajo de las legisladoras nacionales ha sido fundamental para la aprobación de leyes que amplían derechos de las mujeres, como las de Cupo Sindical Femenino (Ley 25674/02), Salud Sexual y Procreación Responsable (Ley 25673/02), Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (Ley 26061/05), Contracepción Quirúrgica (Ley 26130/06), Aprobación del Protocolo Facultativo de la CEDAW (Ley 26171/06) y Protección integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Ley 26485/09). 

¿A qué obedece la distancia entre la representación de mujeres en el Congreso nacional (en torno al 40%) y en el Ejecutivo nacional (en torno al 20 %)? El promedio de 40% de mujeres en cargos legislativos nacionales en la Argentina habla de la efectividad de las leyes de cupo y paridad, y nos coloca por encima de la media mundial. Según la ONU “hay solo un 24,3 % de mujeres en los parlamentarios nacionales en febrero de 2019, lo que significa que la proporción de mujeres parlamentarias ha aumentado muy lentamente desde 1995, cuando se situaba en un 11,3 %”. 

 

Click acá para ver el mapa ampliado.

 

En cambio en términos del ejecutivo y sus gabinetes ya no somos vanguardia: a nivel global "en enero de 2019, solo el 20.7 % de los cargos ministeriales estaban ocupados por mujeres". El gabinete de Mauricio Macri es tan inequitativo como la media mundial.

Los datos arrojados por la investigación del Instituto de Estudios Ciudadanos y los de la ONU colocan a la Argentina en una mala posición respecto a representación femenina en la política si tenemos en cuenta que partimos de ventajas históricas: las leyes de acción afirmativa, la fortaleza del movimiento de mujeres y de derechos humanos, la contundente militancia de mujeres en las organizaciones políticas, la existencia de presidentas y gobernadoras mujeres. Pero no alcanza, hay pocas muchachas.

 

 

 

 

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