Terremoto en Chile

Histórica elección de convencionales constituyentes: la derecha no tendrá poder de veto

 

Se votó en Chile y hubo un terremoto. La derecha perdió claramente. Los independientes, los que habían luchado, la izquierda dura, tuvo un triunfo resonante.

Todo comenzó en octubre de 2019 con una protesta por el aumento del transporte en Santiago, un aumento menor del metro. Eso ocasionó una lucha que fue creciendo y empezó a salir a la  luz la bronca de la gente.

En noviembre el gobierno tuvo que conceder una reforma de la Constitución, que no se tocaba en Chile desde hacía 40 años. El dictador Augusto Pinochet había impuesto una Constitución que no podía ser modificada y ni siquiera la socialista Michelle Bachelet en el gobierno pudo tocarla. Pusieron una trampa: los dos tercios. Todo debía ser resuelto con dos tercios de los constituyentes, es decir que a la derecha le alcanzaba con un tercio para paralizar cualquier reforma. Y la gente también rompió esa barrera.

Primero se votó si tiene que haber reforma constitucional: el 78% dijo “apruebo la reforma”.

El domingo se votó quiénes serán los constituyentes. Del tercio que pensaba conseguir la derecha (52 sobre 155 constituyentes) solamente consiguieron 37. El resto la oposición.

La izquierda, el Frente Amplio, el PC, 28 constituyentes. Y 25 la coalición de socialistas y demócratas cristianos. Es bueno también que al interior de esa coalición los que más sacan son los socialistas, y la derecha representada por la democracia cristiana solamente obtiene tres constituyentes.

Hay además 17 representantes de los pueblos originarios, en general todos muy duros con la Constitución.

De 16 gobernadores en primera vuelta, ninguno obtuvo el triunfo pero sólo en un caso salió primera la derecha. Lo más factible es que la mayoría sea socialista o de la izquierda o de los independientes.

Entre los alcaldes también hubo una gran elección de la izquierda: el Partido Comunista ganó la capital, Santiago.

Ahora viene la reforma. Seguramente se va a cambiar la esencia de la Constitución de Pinochet, que era el rol del Estado, donde todo tenía que ser hecho si había ganancia, hasta el agua era privada.

Habrá que ver qué sucede también en las presidenciales. Hay una propuesta de que haya primarias para que todo este espacio opositor a Pinochet y a Sebastián Piñera pueda juntarse.

Lo importante es que Chile cambió para siempre el domingo pasado y eso fue por la lucha del pueblo en las calles.

 

 

 

* El autor es presidente del Observatorio de la Democracia del Parlasur.

 

 

 

 

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