DOS PROYECTOS, UN SOLO PAÍS

Entre la dolarización de Cacace y Milei y el fondo del FdT para pagarle al FMI

 

En esta semana que está finalizando se han conocido dos proyectos de ley que reflejan de un modo acabado los polos existentes entre las fuerzas políticas con representación parlamentaria, expresión de las distintas clases y sectores sociales.

Por un lado el proyecto para dolarizar la economía reemplazando la moneda nacional, presentado por el diputado del bloque Evolución Radical Alejandro Cacace, y por otro el proyecto de creación de un Fondo Nacional para la Cancelación de la Deuda con el Fondo Monetario Internacional, presentado por el bloque de Senadores del Frente de Todos.

 

 

La dolarización imposible

La iniciativa del legislador puntano consta de apenas ocho artículos y una veintena de páginas con los fundamentos. Propone impulsar un proceso de dolarización oficial para “estabilizar la economía y solucionar el problema de la alta inflación”.

  • Establece al dólar de los Estados Unidos como moneda de curso legal de la Argentina.
  • Fija un plazo de 180 días para reemplazar al peso.
  • El tipo de cambio de conversión entre el peso y el dólar es igual al cociente entre los pasivos monetarios y no monetarios del Banco Central y las reservas internacionales.
  • Le prohíbe al Banco Central emitir pesos desde la entrada en vigencia de la ley.
  • Una vez puesta en vigencia la ley, el Banco central canjeará los pesos en circulación por dólares al tipo de cambio de conversión fijado de acuerdo en la ley.
  • Todas las operaciones financieras (depósitos bancarios, créditos, emisión de títulos valores y cualesquiera de otras realizadas por medio del sistema financiero, así como los registros contables del sistema financiero) se expresarán en dólares.
  • Las operaciones o transacciones del sistema financiero que se hayan realizado o pactado en pesos antes de la vigencia de la ley se expresarán en dólares al tipo de cambio establecido en la ley.

Los fundamentos del proyecto son las sucesivas crisis económicas que hemos sufrido en los últimos cuarenta años; que la nuestra es una economía con la mayor suba sostenida y generalizada de precios en el último siglo; que en nuestro país hay una dolarización espontánea; que la gente no confía en nuestra moneda y elige desprenderse de los pesos e ir hacia el dólar; y finalmente que por esas razones los planes de estabilización no han logrado solucionar estos problemas.

El diputado Cacace asumió su banca en 2019 y en el año 2021 junto a otros 11 diputados se escindió del bloque UCR que preside el radical Mario Negri y se sumó a las filas del bloque Evolución Federal que conduce otro cordobés, Rodrigo de Loredo. Este bloque tiene como referentes del espacio a los diputados Martin Tetaz, Emiliano Yacobitti y al senador Martin Lousteau.

Cacace es el primer autor de un proyecto de ley que plantea adoptar de manera unilateral como moneda de curso legal en la Argentina el dólar estadounidense. Su propuesta levantó las críticas no solo del resto de los espacios políticos, sino incluso de referentes del propio radicalismo. Entre ellos, del presidente del partido radical y carcelero de Milagro Sala, Gerardo Morales, quien manifestó: “Rechazo terminantemente el payasesco proyecto presentado por un diputado de Evolución. Hay que ser irresponsable e ingenuo por no decir otra cosa, para plantear que la dolarización es la salida. La dolarización es peor que la convertibilidad”.

No es una novedad en el país la idea de dolarizar la economía como una “etapa superior” de la convertibilidad implementada en los '90 por Domingo Cavallo. Frente a la crisis a la que nos condujo ese régimen monetario en el año 2001, había sectores que planteaban la alternativa de la dolarización para salir de la misma. Los sectores financieros vinculados con los acreedores externos, las empresas de capital extranjero a cargo de los servicios públicos que se habían privatizado, veían con buenos ojos la salida dolarizadora. Tanto para los sectores de bienes y servicios no transables (no sujetos al comercio internacional) como para los transables con alta productividad como los provenientes de la agricultura y ganadería de la pampa húmeda, la adopción del dólar como moneda de cuenta no implica ningún perjuicio sino por el contrario constituye un beneficio, porque les asegura una moneda estable para sus negocios e impide la pérdida patrimonial de una devaluación. Quienes se ven seriamente perjudicados son los sectores con ingresos fijos como los trabajadores y jubilados y fundamentalmente la industria ligada al mercado interno, que no tiene la productividad de un país desarrollado. En aquellos años, cosa que todavía no se ha explicitado, la dolarización venía acompañada con la propuesta de crear una banca offshore para captar depósitos en dólares, el nacimiento de un organismo extraterritorial para la recaudación de impuestos y por supuesto el acompañamiento y la aprobación de la Reserva Federal de Estados Unidos para actuar como prestamista de última instancia, en el caso de producirse alguna corrida bancaria. La propuesta actual del diputado Cacace, como la enunciada por otro de los diputados partidarios de la adopción de la dolarización, el diputado Javier Milei, nada dicen, al menos por ahora, acerca de las necesarias medidas complementarias para que el régimen funcione.

Entre las críticas más importantes que pueden formularse a la adopción de un régimen de dolarización de la economía nacional pueden señalarse:

  • La pérdida de la soberanía monetaria y consecuentemente la imposibilidad de que el Banco Central a través de la política monetaria, financiera y cambiaria pueda incidir sobre el ciclo económico. Al mismo tiempo, queda cristalizada una distribución del ingreso muy regresiva como la actual, en la cual los salarios y las jubilaciones tienen atrasos superiores al 20% en relación con los existentes a fines del 2015.
  • La oportunidad en que se plantea la medida, dejando atada la economía nacional a una moneda, el dólar, que ya no goza de la confiabilidad mundial, y cuyo liderazgo como moneda de cambio en el comercio internacional está siendo puesta en duda mediante la creación de espacios de intercambio por fuera de dicha moneda.
  • La aparición de inflación en la economía estadounidense a raíz de la crisis del Covid y la guerra y el consiguiente aumento en el precio de los commodities agrícolas y la energía.
  • La expectativa de un aumento considerable de las tasa de interés de corto plazo por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Más allá que por sus  consecuencias la adopción de la dolarización se torna inconveniente bajo cualquier escenario, en el presente, es de imposible realización dada la situación del balance del Banco Central, cuyas reservas de libre disponibilidad son prácticamente nulas frente a una cifra de pasivos monetarios y no monetarios de alrededor de 70.000 millones de dólares. No hay forma de absorber todos los pesos y pasarlos a dólares, salvo que se produzca una devaluación cuasi-infinita o que aparezca algún aporte extraordinario de la Reserva Federal o algún organismo internacional, cuestión harto improbable.

 

 

 

El fondo para pagarle al Fondo

El proyecto presentado por el bloque de senadores del Frente de todos tiene por objetivo “la generación de condiciones financieras favorables para la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un marco de compatibilización con las necesidades de recuperación de la economía argentina y de mejoramiento de las condiciones sociales de la población”. Señala en sus fundamentos que la deuda ha sido y es un problema esencialmente político ya que se convirtió en un escollo para la decisiones gubernamentales, vía las condicionalidades impuestas por los acreedores. La deuda restringe las decisiones soberanas de la República, en mucho mayor grado cuando la deuda es en moneda extranjera y si además el acreedor es el FMI. Agrega el proyecto en sus fundamentos que históricamente el endeudamiento externo en la Argentina ha financiado la fuga de capitales.

La propuesta consiste en exigir un aporte a los titulares de bienes en el exterior no declarados para constituir un fondo que sirva para pagar la deuda recientemente refinanciada con el FMI. El aporte será del 20% de los bienes en el exterior no declarados por personas humanas, personas jurídicas y sucesiones indivisas, siempre que el reconocimiento se produzca dentro de los 6 meses posteriores a la entrada en vigencia de la ley. Para el supuesto en que dicha declaración se produzca con posterioridad a los 6 meses la tasa a aplicar se eleva al 35%, pudiendo llegar al 50% para el caso en que una vez iniciada una fiscalización por parte del Organismo Recaudador, el contribuyente se allane a la pretensión fiscal. El pago del aporte debe ser hecho en moneda extranjera y transferirse a una cuenta especial que al efecto establezca la AFIP. Un aspecto novedoso del proyecto es la creación de la figura del “Colaborador”, cuyo objetivo será el de colaborar con la AFIP para la detección o localización de bienes ocultos o no declarados, maniobras de evasión fiscal y de lavado de activos. Quien cumpla con tal cometido, sea persona humana o jurídica y siempre que los tributos evadidos u omitidos por operación sean superiores a los 15 millones de pesos, será acreedor a un premio de hasta el 30% del monto total efectivamente recaudado. En tanto se presume que existen en la Argentina al 31 de diciembre de 2021, según datos oficiales, 417.507 millones de dólares de argentinos en el exterior y/o fuera del sistema financiero institucionalizado de nuestro país, y que un porcentaje apreciable de los bienes se encuentra radicado en Estados Unidos, es muy importante —más allá de la figura del colaborador— contar con la ayuda del Internal Revenue Service (DGI estadounidense) para que le brinde al fisco argentino información respecto a los titulares de dichos bienes. Al respecto, cabe señalar que la Argentina firmó un acuerdo con los Estados Unidos denominado Ley de Cumplimiento Fiscal para Cuentas en el Extranjero (FATCA, por sus siglas en inglés) pero dicho acuerdo es hoy unidireccional; la información sólo va desde la Argentina hacia Estados Unidos, pero no vuelve. La legislación que los Estados Unidos aprobó en 2010 exige a entidades financieras extranjeras de todo el globo que informen los detalles bancarios de cuentas de clientes que sean ciudadanos estadounidenses. De esto se desprende, entendemos, la reunión que la Vicepresidenta CFK mantuvo con el embajador de Estados Unidos Marc Stanley para solicitarle colaboración a fin de lograr acuerdo para que el FATCA se vuelva operativo para la Argentina.

Desde la adhesión de la Argentina a la Convención Multilateral de Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal (OCDE-CE) en el año 2011, los esquemas de colaboración son con más de 140 jurisdicciones. El país cuenta  con acuerdos bilaterales de intercambio de información impositiva con 26 países, y la AFIP recibe información proveniente de 100 jurisdicciones y a su vez le provee datos a 77.

El proyecto de creación del fondo se complementa con otro proyecto de ley de singular importancia por el cual se establecen modificaciones a la ley de Entidades Financieras, a la ley de Mercado de Capitales, a la ley de Procedimiento Fiscal y a la ley de la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de la Deuda. Se trata de propuestas en materia de secreto bancario, fiscal y bursátil que apuntan a facilitar la actuación de los organismos de control y de la Comisión Bicameral en punto a la fiscalización y detección de operaciones de evasión fiscal y lavado de activos.

De acuerdo con cálculos preliminares la recaudación estimada sería del orden de los 70.000 millones de dólares.

Seguramente la medida propuesta habrá de ser cuestionada por quienes desde la política, los medios y la corporación judicial defienden a los evasores-fugadores beneficiarios de la política neoliberal llevada adelante por el gobierno de Juntos por el Cambio. Si la iniciativa de los senadores del Frente de Todos consigue convertirse en ley y recaudar los fondos fugados, habrá de ser un acto de estricta justicia para que el pago de la deuda con el FMI no recaiga una vez más sobre las espaldas de los sectores populares.

 

 

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí