Las razones de la fuerza

El momento más alto de imagen positiva del gobierno es propicio para ordenar el caos propiciado

 

A cómo dé lugar

Cada conflicto constituye un escenario diferente y no existen las recetas. No hay fórmulas; pero el método sirvió en la Algodonera. Ni la ley, ni el decreto, ni los acuerdos, ni la justicia: la huelga larga y sus combinaciones. Fue una resistencia colectivamente inteligente, con un paraguas prestado por los Aceiteros pese a la entrega vil de la dirigencia de los textiles. Un buen ejemplo para comprender la etapa que viene. Un gobierno con las mejores intenciones y las grandes patronales montadas en el caballo de la ira histórica, pugnando por recuperar la tasa de ganancia a como dé lugar.

Cuando la patronal entienda (y tendrá que entender) la inutilidad de la prepotencia mezclada con la complicidad de algunos traidores, se sentará a la mesa de los acuerdos a buscar la “nueva normalidad”. Ejemplar apoyo de los dirigentes nacionales, que se hicieron públicamente conocidos en la resistencia al macrismo y sus políticas de destrucción en masa de las fuerzas productivas.

Fue un verdadera “pueblada” al mejor estilo de fines de los '60, cuando verdaderas insurrecciones populares dieron por tierra con la pretendida dictadura más larga de la historia. Onganía duró apenas cuatro años, pero sus cómplices quedaron y siguieron acumulando poder y riquezas. Sucedida a pocos kilómetros de Avellaneda, el recuerdo de la lucha de Villa Ocampo trae la memoria histórica a la marcha. Las ocho cuadras de manifestantes ruidosos y coloridos que recorrieron las secas calles de Reconquista maldiciendo a Vicentin y apoyando la lucha obrera respondían al desmesurado despliegue policial a pedido del juez Santiago Banegas, quien había ordenado desalojar el acampe en la puerta del parque industrial de Reconquista.

 

 

Luchas en el Chaco santafesino: una larga tradición silenciada.

 

Muchos querían resistir el atropello, aunque primó la cordura y la respuesta vino 24 horas más tarde con la marcha y el anuncio de la huelga general aceitera que precipitó el dictado de la conciliación obligatoria para unos y otros y el llamado a audiencia para el día martes. La respuesta vino el domingo 30. A modo de gesta, poco después de las 16, salieron los obreros de Algodonera a la calle con bombos, banderas y un altoparlante donde contaban su lucha. Iban a pie, en motos, en autos y se sumaron sus familiares, amigos y pobladores de Reconquista y Avellaneda que apoyaban sus reclamos.

 

 

Una fiesta de vitaminas

"Ocho cuadras completas era la extensión de la ruidosa marcha que se dirigió desde el Parque Industrial de Reconquista hasta el centro de la ciudad”, describe Jorge Micheli, “el Caburito”, titiritero fiel acompañante de los huelguistas. “Creo que esta semana entramos a trabajar, pero que nadie se equivoque: vamos a entrar con la cabeza bien en alto, con mucho orgullo. La lucha sigue intacta y la dignidad no se negocia”. Decía eufórico y envuelto en una bandera argentina uno de los delegados que junto a una trabajadora componen el cuerpo de 6 delegados de planta.

 

Jorge Micheli, “el Caburito”, titiritero fiel acompañante de los huelguistas desde el primer día junto a su compañera Estela.

 

Ella es Sonia Zanel, una de las que sufrieron la agresión de los esbirros del abogado Héctor Vizcay. Fue atropellada por una moto. Flamante abuela, al frente del piquete establecido en las puertas de Buyanor (otra de las empresas del grupo), decía con una enorme sonrisa que rebalsaba el tapabocas: “¿El golpe? El golpe ya fue, en toda batalla hay heridos. Para mí es como que me dieron una medalla”.

Franco, joven trabajador algodonero, con la inocencia de su primera experiencia nos decía: “¿Cómo me siento? ¿Sabés cómo me siento? Me siento como esos tipos enfermos que estuvieron internados 70 días haciendo un tratamiento, y ese tratamiento eran inyecciones de vitaminas todos los días. Ahora me dieron de alta y con tantas vitaminas me siento con más ganas y fuerzas que un león. ¿Sabés todo lo que aprendimos en todo este tiempo de huelga y de resistir juntos?”

Este miércoles los obreros de Algodonera Avellaneda ingresaron nuevamente a la fábrica a ponerla en marcha. Hace más de 50 años el norte de la provincia no tenía un conflicto tan prolongado. Y nunca tan trabado. Y nunca los obreros estuvieron tan fuertes.

Destrabarlo parecía algo casi imposible. Muchos decían, o clamaban: “Esto requiere una solución política”. ¿Y la clase política? Intendentes, concejales, diputados, senadores, gobernador. Bien gracias. La ausencia de políticos en funciones fue muy notoria, para algunos era como que el conflicto no existía, otros se manifestaban abiertamente a favor de la patronal. Vicentin pesa todavía y mucho en la zona, tiene muchos aliados: todo el status quo regional. Lo cierto es que entre otras cosas esta larga huelga sirvió para poner blanco sobre negro a todos los personajes y personeros. Claramente se ve ahora qué intereses defienden unos y otros.

La noche del jueves fue el horario de una nueva cita colectiva con la honrosa excepción de una decena de diputados provinciales nacionales, el presidente del PJ santafesino, dirigentes sindicales del MOS (Movimiento Obrero Santafesino), del MSR ( Movimiento Sindical Rosarino), de la Corriente Federal, etc. Homenaje nacional a una gesta destinada a quedar en la historia. Una patronal perversa, en retirada, agrediendo a sus propios trabajadores con la complicidad de un Poder Judicial sumiso a los caprichos de los poderosos. En la audiencia del viernes por primera vez la patronal hizo una oferta concreta, que si bien los delegados rechazaron por insuficiente quedó en claro que ahora sí hay voluntad de negociar y resolver la controversia. El cuarto intermedio se retomará la semana próxima.

 

 

Rocca mete la cola

La firma Tenaris denunció a los delegados de su empresa y a miembros de la Comisión Directiva de la UOM de Villa Constitución. La fiscal del tribunal local Analía Saravali los citó a una audiencia el viernes, con el claro propósito de lograr el desalojo que la organización sindical está realizando a la planta de tubos con costura, a raíz del despido de cinco operarios, entre ellos dos delegados de la empresa contratista EMEC, dada de baja hace poco más de un mes y parte de sus operarios traspasados a la contratista que se hizo cargo del trabajo en cuestión.

El trámite le sirvió a Tenaris para generar un conflicto sindical y llevarlo al extremo para desgastar al sindicato y sumar su aporte piquetero patronal a la campaña que algunos empresarios emprendieron contra el gobierno, con el propósito de imponer sus condiciones para la etapa que viene. Paolo Rocca es uno de los más lúcidos: siempre ha sostenido, con los sucesivos gobiernos, pulseadas muy fuertes para establecer relaciones de poder.

 

 

 

 

Con Alberto Fernández está en esa etapa. Hace un par de meses le decía que tenía que arreglar con los acreedores haciendo lo que ellos decían y rápidamente, porque eran muchachos muy malos. Después sostuvo que la expropiación de Vicentin era un gol en contra, más tardee rechazó la invitación a la reunión con los grandes empresarios en Olivos.

Su manera de correr a todos por derecha tiene que ver con su ambición de ser el primero en recibir los negocios del Estado en la obra pública, en los beneficios económicos, y en el olvido y el perdón por la historia pasada. Desde que empezó la cuarentena fue noticia todas las semanas y los sindicalistas de la UOM lo sufren en carne propia. La debilidad de carácter de Antonio Caló lo agranda y no encuentra límites. Seguramente el gobierno estará tomando cuenta de que su lugar en la mesa del Consejo Económico y Social deberá ser ocupado por otro empresario. Su sede fiscal está en Luxemburgo y su operación política la realiza desde la Argentina.

Para el abogado laboralista Carlos Zamboni, “el mensaje que veo en Algodonera y en Villa es claro: 'Ante la crisis y los conflictos, ya no importa si hay delitos o no, nosotros los del MPA y la policía vamos a garantizar el funcionamiento de Vicentin y Techint'. Es decir, el Ministerio Público de la Acusación (fiscales) es una oficina de las patronales santafesinas y usa a la policía de Santa Fe como seguridad privada. Así la huelga dejaría de ser, ya que lo que se ataca es el daño que produce: te corro, meto carneros y hago funcionar igual las plantas. Derogar en los hechos el derecho de huelga”.

Tras su creación en 1958 la Asociación de Abogados Laboralistas, foro protector de los derechos individuales y colectivos de los trabajadores, consagró este año al frente a una abogada muy prestigiosa. Cynthia Benzion reemplazará a Matías Cremonte por los dos años que vienen. Las doctoras María Lozano (Federación Aceitera) y Mariana Amartino (ATE) la acompañaran en la conducción de la Asociación. El avance de las mujeres colectivamente organizadas también llega al templo de la Justicia. En tiempos de restauración patronal desenfrenada, resalta el desafío del colectivo de abogados defensores del derecho laboral para la etapa que viene tras la peste.

 

 

El largo brazo de DOTA

Un sector de los choferes de colectivos paró unas 60 líneas el viernes 4 en demanda de paritarias y en rechazo a las irregularidades en el pago de salarios detectadas en distintas provincias del país. La medida de fuerza tuvo alcance “general”, según informó la Agrupación Juan Manuel Palacios, opositora a Roberto Fernández en la Unión Tranviarios Automotor (UTA). En la convocatoria al paro, el espacio que conduce Miguel Bustinduy disparó contra Fernández y la dirigencia de la UTA y apuntó contra el ministro de Transporte Mario Meoni, ex intendente de Junín. “Meoni prefiere la mafia y los negociados para la precarización y la desocupación de los choferes”, denunciaron desde La Juan Manuel Palacios. El comunicado fue dado a conocer por el sitio Gestión Sindical.

 

El ex secretario gremial Miguel Bustinduy continúa su interna en la UTA de la mano de DOTA.

 

 

Puntualizaron en la “clandestina e ilegítima” caducidad de las líneas 36 y 141, que “resultan el flamante y repetido ejemplo, pretende privar a los trabajadores de la totalidad de sus haberes devengados, y seguramente forzándolos a ingresar en la nueva empresa, perdiendo condiciones de trabajo, antigüedad, y demás derechos. El largo brazo de la empresa DOTA aparece disimulado tras el reclamo".

Desde el gremio que lidera Roberto Fernández se aclaró que “de ninguna manera se ha convocado a una medida de fuerza”. Y que “continúa trabajando —por las vías que corresponden— en la búsqueda de soluciones a las necesidades de los trabajadores afectados por conductas empresariales que se vieron agravadas en el transcurso de la pandemia”.

“El problema es que el Ministerio de Transporte le otorgó la concesión de la línea 141 a un grupo que no es DOTA y lanzaron este paro para protestar en nombre de la empresa”, según dirigentes de la UTA.

Con duras calificaciones hacia el funcionario nacional, aseguraron que en “gran parte del país” la actividad “se encuentra a merced de las prebendas de funcionarios de la actividad y los negocios de los oportunistas de siempre, que, en el medio de esta pandemia, cierran fuentes de trabajo, las licitan, las transfieren sin escrúpulos y sin respeto por los trabajadores del transporte público”. De medias verdades se genera una confusión. Y un negocio.

 

 

Las tentaciones de Morales

Apenas 72 horas duró el decreto del gobernador Gerardo Morales de Jujuy que penalizaba con multas de hasta un millón de pesos a los trabajadores de salud que desacataran las disposiciones del gobierno en la asignación de tareas, traslados, horarios etc. La irresponsabilidad con la que condujo las crisis del Covid-19 es coronada por una patada en el agua que pretende atemorizar a los sufridos laburantes de la salud pública y privada, en lugar de premiar su exposición al contagio y a la muerte con mejores pagas y reconocimiento.

La reacción de los organismos de representación local y nacional generó el aborto espontáneo de este esperpento. Cuando los que pueden morir son apretados de esta manera cualquier reacción se justifica. Si hay un sector consciente de los riesgos que corre cada día son precisamente los profesionales de la salud, que desde hace medio año viven con el Jesús en la boca al ver enfermarse y morir compañeros y afectos de toda la vida.

Para el Colegio Médico de la provincia, “los términos del decreto implican una amenaza a la libertad y especialmente a la libertad de trabajo”, y la gremial de psicólogos afirmó que “(Morales) pretende perseguir y silenciar a quienes están luchando con todas sus fuerzas en esta pandemia”. El repudio que generó el decreto en la comunidad médica jujeña, una de las más afectadas en todo el país, carente de recursos oficiales suficientes y sometida a un estrés colectivo sin precedentes, obligó al intolerante radical macrista que gobierna a dar una apresurada marcha atrás.

Todos los días aparecen nuevos casos de coronavirus en el ingenio Ledesma. Se estima que a la fecha hay más de 400 contagiados y 16 fallecidos. Sin embargo, los trabajadores aseguran que la empresa de la familia Blaquier no les permite acceder a la "información real" y exigen que aumente las medidas de protección sanitaria.

Frente a la inacción de los dueños, los trabajadores del ingenio realizaron el viernes un bocinazo para homenajear a los fallecidos y reclamar que los dejen participar de los protocolos que se aplican. “La incertidumbre sobre lo que pasa nos motoriza a llegar a este bocinazo”, afirmó Rafael Vargas, secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma (Soeail). El dirigente explicó que la empresa no solo “no está dando información”, sino que “tampoco hace testeos” y “sigue la misma estrategia que ha tomado el gobierno de Gerardo Morales”.

 

 

Un país en terapia

 

 

El grito desahuciado de los médicos terapistas frente a la indolencia de los que no creen en las evidencias y la tensión entre la vida y su compromiso profesional constituyen la forma material de la impotencia colectiva. Estamos atravesando el momento más álgido de la pandemia y los aplausos de ayer se convierten en récords negativos de hoy. La irracionalidad del sector más duro de la oposición que está jugando con cosas que no tienen repuestos no está lejos de cometer el primer crimen. El momento más alto de la imagen positiva del gobierno es propicio para un gesto de autoridad y para ordenar el caos propiciado y construido semana tras semana. Le están probando la sangre. Quieren saber de su carácter en el ejercicio del poder. No podemos saber si tanta exposición en programas de formato trivial –y no una cadena nacional, por ejemplo— ayuda a construir la imagen de un estadista capaz de tomar decisiones firmes y audaces. Frente a tanta campaña negativa, quienes lo siguen y apoyan necesitan responder a los insultos.

Los logros consecutivos de implicancia histórica, como la puesta en órbita de un nuevo satélite y el acuerdo con los acreedores, están distantes de la angustia cotidiana que se combate con más protagonismo colectivo de los actores colectivos implicados. Para negociar con los truhanes que tienen nuestros bonos sirve la cara de póker del ministro Guzmán y su simpleza de arquero de barrio. Para contener la angustia colectiva producto de la pandemia y de la malaria se necesitan otros ministros capaces de chapotear el barro de los conflictos cotidianos. El reclamo creciente al ministro Claudio Moroni de que ponga en caja a las patronales desbocadas como Vicentin o Paolo Rocca explica nuestro análisis. Los algodoneros de Reconquista no paran de agradecer a Daniel Arroyo el camión de alimentos que les permitió no ser doblegados por el hambre, pero añoran a los ministros de Trabajo que llevaban a las patronales cerriles en un patrullero a las audiencias de rigor.

 

 

 

 

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