Sólo quedan las promesas

El desfinanciamiento del Instituto Maiztegui, una decisión politica

 

Hace más de 6 meses que desde el Instituto Maiztegui presentaron y reiteraron el pedido, “para que la planta pueda producir la vacuna contra la Fiebre Hemorrágica Argentina. Para eso debían remplazarse los equipos rotos y eso no ha ocurrido. También hemos solicitado que se gestione un aumento en el presupuesto del Maiztegui”, cuenta la  bioquímica y doctora en ciencias biológicas Laura Riera, Jefa de Departamento de Control y Aseguramiento de Calidad. La Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) Dr. Carlos Malbrán y la Municipalidad de Pergamino se habían comprometido a la adquisición de dos equipos críticos para el funcionamiento de la planta de producción de vacunas: un enfriador de líquidos y un contador de partículas, por un monto aproximado de 160.000 dólares. Por parte del Municipio está el dinero (80.000 dólares para uno de los equipos) pero ANLIS no ha realizado ninguna gestión al respecto.

Desde El Cohete hemos informado de la situación que atraviesa el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH) Dr. Julio Maiztegui y de la desmentida que realizaron las y los trabajadores en su momento sobre el comunicado de ANLIS. “Tiene aproximadamente 200.000 dosis en stock y en la situación en la que estamos hoy no vamos a poder producir este año y no sabemos si el año que viene”, dice Laura Riera que advierte que “si no se restablece la producción el año que viene se van a terminar”. La Jefa de Departamento de Control y Aseguramiento de Calidad precisa que no se trata de alarmismo: “Es lo que avizoramos en función de lo que demandan las provincias año a año, incluso tememos que sabiendo que es lo último disponible —hasta que se pueda retomar la producción— pueda llegar a aumentar la demanda de las provincias”.

El Concejo Deliberante formó una comisión de seguimiento con presencia de todos los partidos políticos de Pergamino; los Jefes de Departamento representantes del Maiztegui; el interventor del Instituto, Claudio Bonel; y demás fuerzas vivas de la región. En la reunión del último miércoles se les informó que el Municipio realizó la gestión para poder transferir la mitad de los recursos pero las autoridades nacionales no han instrumentado absolutamente nada. “Supuestamente están viendo de dónde obtener los recursos, porque dicen claramente —y así lo manifestaron— que no hay presupuesto para equipamiento”, expresó Laura Riera.

En una primera instancia las y los trabajadores decidieron visibilizar la problemática del Instituto como acción colectiva de todo el personal. “Pasado el tiempo, y al no existir respuestas concretas sino promesas, la línea media del Instituto —las Jefas de Departamento—, decidimos ponerle nombre, apellido y rostro al reclamo, entendiendo que somos las que tenemos la responsabilidad de alertar a nuestras autoridades de cuál es el riesgo de que no se revierta esta situación, y no solamente a las autoridades sino a la comunidad”.

Junto a la bioquímica y doctora en ciencias biológicas Silvana Levis, Jefa de Departamento de Diagnóstico Referencial y Laboratorial; la médica infectóloga Ana María Briggiler, Jefa de Departamento de Epidemiología; la contadora Vanesa Mescher, Jefa del Departamento de Administración, y la bioquímica y doctora en ciencias biológicas María del Carmen Saavedra, Jefa de Departamento de Producción, Riera se anima a hablar abiertamente de lo que sucede. “Nosotras hacemos reuniones todas las semanas con el personal del Instituto. Estas decisiones la vamos consensuando y por otra parte también vamos democratizando con todo el personal el conocimiento. El conocimiento administrativo, el conocimiento científico y sanitario respecto de cuál es la problemática”, dice Riera, que tiene toda una trayectoria en el Maiztegui junto a sus compañeras.

La Fiebre Hemorrágica Argentina es una enfermedad de denuncia obligatoria, por lo tanto existen registros. “El año pasado hubo 12 casos confirmados, de los cuales fallecieron cinco personas. En lo que va de 2019 hay cuatro casos confirmados de los cuales fallecieron dos”, expresa Riera. Ninguno de los  fallecidos había sido vacunado. Ha bajado el alerta y no hay campañas. La preocupación es que cuando no exista más vacuna comience aumentar la incidencia de la enfermedad, que había disminuido significativamente cuando se comenzó a vacunar contra la Fiebre Hemorrágica Argentina. “En 1990/1991 tuvimos 450 casos confirmados por año, luego de llevarse adelante una vacunación selectiva en zona de riesgo se disminuyó significativamente y rápidamente la incidencia de la enfermedad”, remarca la bioquímica.

“La experiencia de haber compartido la vida con mi padre —él murió cuando yo tenía 30, de esto hace 26 años— cuando me entero en el mes de enero de las dificultades del Instituto, de las quitas de funciones y del poco presupuesto, la reacción inmediata fue mi obligación moral de hacer algo al respecto”, cuenta Mercedes Maiztegui, que el 30 de enero desde su cuenta en Facebook escribió: ¿Por qué defender al Maiztegui? La hija de Julio Isidro Maiztegui fue la vocera de lo que sucedía. “Cuando esto empezó fue como visibilizar la punta de un iceberg que cada vez se hizo más grande y los problemas eran más serios de lo que parecían. En principio se dijo que se trataba de una cuestión alarmista de ‘cierran el Maiztegui’; cerrarlo no lo van a cerrar, van a dejar la puerta abierta pero adentro no quedará nada: ni personal, ni equipamiento”, expresa.

Mercedes Maiztegui —que forma parte de la comisión externa creada por el Concejo Deliberante de Pergamino de ayuda al Instituto— sostiene que “la enfermedad sigue siendo letal, la gente se sigue muriendo de fiebre hemorrágica, el año pasado hubo cinco muertos. Pero por falta de presupuesto y por decisión política, ni siquiera se hacen campañas de vacunación y la gente piensa que esta es una enfermedad del pasado”, dice. “Es un círculo vicioso y bastante perverso: no se hace campaña de vacunación porque no hay dinero y además porque no hay suficientes dosis. Y si se iniciara una campaña de vacunación en la ciudad de Rosario se terminarían inmediatamente. Digo Rosario, porque los dos muertos de este año corresponden a ese lugar”.

Mercedes Maiztegui, que es profesora nacional de inglés pero comprometida con lo que sucede en el Instituto al que su padre dedicó su vida, advierte: “Falta decisión política por parte de la dirección de ANLIS, de la doctora Claudia Perandones, de decir sí o no. En realidad la respuesta amable, hábil, dilatoria, es ‘no hay dinero’, ‘momento difícil del país’, etc, etc". Su impresión personal es “no tener muchas esperanzas de que la respuesta vaya a ser sí porque hay alguna otra cosa que no alcanzo a dilucidar, que interpreto es una falta de interés, la intención de que el Maiztegui pierda brillo porque se está poniendo el ojo en otra institución parecida en Buenos Aires”. Mercedes recuerda las palabras de su padre que se pueden ver en un video que recomienda y que desde El Cohete reproducimos, donde se lo ve hablando de su lucha colectiva. “Por eso la impotencia de que esté desapareciendo después de tanto trabajo. Siempre hubo momentos difíciles en el Instituto, pero lo que está ocurriendo en este momento nunca ocurrió, esto es lo más grave de toda la historia del Maiztegui, nunca se llegó a este extremo teniendo la vacuna”, dice Mercedes, que agrega su impotencia al señalar que “el interventor del Instituto, Claudio Bonel, no tiene la capacidad ni la idoneidad para ocupar ese lugar. No puede gestionar con ANLIS, debería irse pero no lo hace, entonces es todo un engranaje que funciona tan lentamente  y con tantas fallas a propósito”, concluye.

 

 

 

 

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