Qué había en el zapatófono de Alan Ruiz

De la Metropolitana a la campaña 2019, pasando por el G20

 

Alan Flavio Ruiz llegó al ministerio de Seguridad en diciembre de 2016 como coordinador el Programa de Búsqueda de Prófugos, un usina que generó insumos constantes para la prensa. Descolló durante dos años. Coordinó reuniones con las Fuerzas de Seguridad y era quien se reunía con Patricia Bullrich o Eugenio Burzaco a resumirles los casos para que ellos pudieran lucirse. No era un cuatro de copas. Lo vieron coordinando mesas de Inteligencia con la Agencia Federal de Inteligencia y Fuerzas Armadas. Y en lo que parece una constante carrera en ascenso realizó viajes durante 2017 al interior del país en preparación del G-20.

La transferencia a la AFI se produjo en un momento bisagra. El 7 de mayo de 2018, según él mismo dijo a la Justicia. Un día después, 8 de mayo, salía a la luz una denuncia por extorsión contra Hugo Moyano realizada por la dueña de Expreso Pontevedra. Esa mujer iba a terminar diciendo que Alan Ruiz fue quien la llamó para hacerla. La Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia aún se pregunta por la relación funcional de Patricia Bullrich con el director de Operaciones Especiales de la AFI. La revisión de su paso por el ministerio permite ponerlo en escala. Y analizar si lo mandaron para esconderlo, si se trató de una señal de protección, un ascenso o como explican algunos, el desembarco de Bullrich en la AFI.

 

Patricia y Emilio

Alan Ruíz ingresó al ministerio de Seguridad tras una propuesta de Emilio Burzaco. Permaneció durante dos años en cargos de coordinación bajo la Subsecretaría de Políticas de Seguridad e Intervención Territorial de la Secretaria de Seguridad de Dario Oroquieta, mano derecha del secretario de Seguridad. Bullrich y Burzaco no se llevaban. El área de prensa sabía que si Burzaco era la única figura del ministerio en un operativo, la foto no iba a aparecer en la web oficial. Pero no sólo tenían problemas de cartel. Bullrich raleó de poder a Burzaco. Se quedó con Gendarmería. Relegó a la Policía Federal, dejó de decorado a la Policía de Seguridad Aeroportuaria y proyectó devolver Prefectura a la Armada. A Burzaco le quedó el Programa de Búsqueda de Prófugos siempre intervenido por la ministra. Y los negocios.

En enero de 2019, Marcelo D´Alessio describió a Burzaco en dos líneas. Viajaba con Pedro Etchebest a Pinamar. Le decía que un fiscal de la provincia, Juan Ignacio Bidone, quería hacer negocios con los detenidos de las cárceles federales. D´Alessio no lo quería de socio. Pero le pidió mil pesos por cada acuerdo. Iba a ofrecerle el negocio a Burzaco.

– ¿Lo tenés a Burzaco? —dijo—. No es sólo el segundo de Bullrich, pero sí también es el segundo de Bullrich.

 

 

 

Burzaco, Montoto, Stornelli y Macri. Día del Ejército. Foto publicada por El Cohete a la Luna, 2 de junio 2019

 

 

Alan Ruiz

Burzaco trabajó con Alan Ruiz durante dos años en la Policía Metropolitana. En 2007, quiso el sillón de ministro de Justicia y de Seguridad que Macri le dio a Guillermo Montenegro. En 2009 aceptó cuando lo convocaron como jefe de la flamante Policía Metropolitana en gestación, tras la denuncia por espionaje a Jorge “Fino” Palacios, su sucesor Osvaldo Chamorro y el agente Ciro James. La Metropolitana entonces tenía 52 altos mandos: 43 de la Policía Federal Argentina. De los 43, 9 habían pasado a disponibilidad con la purga de 2004. Y 38 de los 52 totales habían tenido actividad en dictadura militar. Todavía era un armado pequeño de 500 agentes: Alan Ruiz se había sumado ese año y también llegaba de la PFA.

Burzaco y Oroquieta lo vieron hacer tareas de investigación y de calle. Burzaco se fue en 2011. Alan Ruiz permaneció. Trabajó en un equipo de tecnología como apoyo de las brigadas de investigaciones, explicó al juzgado. En 2015 conoció a Jorge Sánz, que había pasado por el Servicio Penitenciario Federal. Una línea que lo llevará más tarde a conocer a los jefes del SPF y del Área 50. Ruíz estuvo en la Metropolitana hasta diciembre de 2015. Renunció. Volvió a ver a Burzaco cuando el ministerio de Seguridad viajaba a la provincia de La Pampa en octubre de 2016.

 

 

Apertura

 

 

Ruiz era Director de Inteligencia y Estadística Criminal del entonces ministro de Seguridad de La Pampa Juan Carlos Tierno. Burzaco viajó a Santa Rosa con Patricia Bullrich y Oroquieta para abrir un Centro de Inteligencia Criminal que abarcaba Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe. El primero de un proyecto de siete aperturas iguales en distintos puntos del país. Según la ministra, “parte del plan para investigar los delitos complejos como narcotráfico, trata de personas, tráfico de armas y terrorismo”. Pero Centros que aún se encuentran a la espera de análisis como enclaves del ministerio en las fronteras de las provincias y zona grises que pudieron haber mezclado inteligencia e investigación criminal.

Como sea, de acuerdo a lo que ahora explica Oroquieta, fue durante ese viaje que volvieron a ver a Alan Ruiz. Comieron. Hablaron. Se pusieron al día. Le hablaron del Programa de Búsqueda de Prófugos. Y le propusieron una coordinación. Para entonces, el contexto parecía apropiado. El sheriff de La Pampa tenía problemas de imagen, denuncias por espionaje y malversación. En noviembre, los diarios pampeanos publicaban el rumor de la partida del Director de Inteligencia y Estadística Criminal. El 2 de diciembre de 2016, el técnico superior en seguridad urbana y portuaria entraba contratado al ministerio como coordinador de Asuntos Legales y Despacho dependiente de la Subsecretaria de Oroquieta. En esas condiciones permaneció dos años. El 9 de marzo de 2018, poco antes de irse, vía otro decreto lo designaron coordinador específicamente del Programa de Búsqueda de Prófugos. Un cargo que, más allá de los nombres, había ejercido durante esos dos años.

 

En escena

Pocos meses después del ingreso, Alan Ruiz aparece realizando un puñado de viajes al interior del país en el marco de la organización del G20, según surge de un listado del ministerio. Fueron viajes de ida y vuelta en el día. El 15 de febrero de 2017 a Iguazú, el 16 de febrero a Posadas y el 8 de marzo a Mendoza. Con él voló Francisco Pablo Argibay Molina, por entonces Director de Coordinación Operativa de las Fuerzas Policiales y de Seguridad de la misma Secretaría de Seguridad. El 15 de marzo la planilla de vuelos muestra justo un viraje de área: Alan Ruiz aparece a punto de volar con Gerardo Milman pero justo el viaje se canceló.

Mientras tanto su fuerte fueron los Prófugos: el mejor material que tenía el área de prensa para ofrecer a los medios. Bullrich todavía celebra esos logros. Y dice que con ese Programa con el que declamaba que el que las hace las paga recapturó 10.000 personas. Como todos sus números tampoco esos son ciertos. “Solo 407 fueron realizadas luego de una investigación y búsqueda” del CUFRE mientras que el resto “son personas que cayeron por las alertas emitidas por diferentes organismos”, explicó el actual subsecretario de Intervención Federal del Ministerio de Seguridad de Nación, Luis Moral a una consulta de Chequeado.

Alan Ruiz organizaba la tarea abajo y traducía datos hacia arriba, para los jefes y el área de prensa. Entre los casos hay varios que explican la agenda del ministerio de Seguridad. Pero la agenda permite trazar una línea entre el trabajo de Prófugos y la AFI.

Entre los casos exitosos mencionan por ejemplo a Osvaldo Alfredo Thomas, un ex directivo de Yacyretá a quien el ministerio presentaba como Prófugo de los Cuadernos K.

 

 

Thomas está con prisión domiciliaria

 

 

O aparece la detención de Federico Sebastián Marín, Morenita, detenido en octubre de 2018. La búsqueda se había iniciado dos años antes a partir de un operativo de varias etapas que incluyó el desembarco en la localidad correntina de Itatí. Hubo procedimientos en varias etapas, se llevaron al intendente y descabezaron un juzgado electoral en un caso cruzado por el paso de Marcelo D´Alessio.

 

 

Itatí

 

Bullrich había desactivado la Dirección de Inteligencia Criminal que forma parte del Sistema Nacional de Inteligencia. Degradada de Secretaría a Dirección Nacional, la DNIC transitaba una crisis interna sin precedentes. La gestión utilizó la DNIC como área de “contención” de funcionarios y asesores cercanos a la ex Ministra que no sólo no tenían ningún tipo de formación en inteligencia criminal sino que tampoco cumplían funciones dado que se desempeñaban -por ejemplo- en las áreas de prensa, ceremonial o protocolo del Ministerio. Esta situación, acompañada por la falta de designación de un Director Nacional de Inteligencia Criminal durante toda la gestión de Patricia Bullrich, derivó en la virtual paralización funcional del organismo.

Por otra parte, el ingreso de personal no calificado --con categorías y sueldos que superaban ampliamente el promedio de la Dirección-- generó un creciente malestar interno que se amplificó con la designación de Gerardo Millman como el funcionario “a cargo” en 2017. Desde entonces, proliferaron los sumarios, las denuncias y los episodios de espionaje interno entre el personal, que incluyeron seguimientos, filmaciones y otros tipos de intimidaciones. Esa situación se complejizó con la incorporación de personal  inorgánico, que reportaba y desarrollaba tareas de calle exclusivamente para la ex Ministra sobre temas de alto impacto político.

Una de las hipótesis que analiza la Bicameral es que la ministra trasladó el área de inteligencia al Programa de Búsqueda de Prófugos dedicada técnicamente a la investigación criminal y no a la inteligencia. Desde allí manejaban el contacto con el poder judicial. Es ese contexto que permite pensar que la persecución a Pablo y Hugo Moyano se inició en el ministerio y continuó más tarde con la visita de dos directores de la AFI al juez Luis Carzoglio para decirle que el presidente quería que los detuviera.

Como se dijo, Alan Ruiz se fue a la AFI el 7 de mayo de 2018. Y el 8 de mayo de 2018 salió a la luz la denuncia de la dueña de Expreso Pontevedra. La mujer que realizó la denuncia es Nancy Pastorino. Un año después era recibida por Mauricio Macri. El abogado de Hugo Moyano, Daniel Llermanos, recuerda que la mujer mencionó en alguno de los audios que circularon que quien la llamó para presentar la denuncia fue Alan Ruiz: que él la amedrentó explicándole que si no lo hacía iba a ser cómplice de los Moyano.

 

El Uno

Para Alan Ruiz, Bullrich es Patricia. Y en La Casa lo escucharon decirle La Jefa. Tenía reuniones con ella mientras estuvo en la AFI. Se juntó a comer. Y continuó yendo al ministerio. Se los contaba a los integrantes del grupo Súper Mario Bros. Ellos lo grabaron. Las grabaciones hoy son conocidas. La Bicameral recibió los crudos. Tal vez ahí existen algunas respuestas.

En uno de los crudos, Alan Ruiz describe sus tres agendas: el alambrado en la cárcel de Ezeiza; un seguimiento a Diego Santilli y otro a Juan Bautista Mahiques. En el audio habla con los códigos de la Casa. Gustavo Arribas es Cinco, Silvia Majdalani la Ocho y Mauricio Macri es Uno, Mauricio o Macri. Es diciembre de 2018. Y en Buenos Aires acaba de terminar el G20. El gobierno respira aliviado un repunte en la imagen. En la región, crece la sombra de Jair Bolsonaro. Y los espías preparan las operaciones de campaña. Si el Uno le bajó el pulgar, van hacía ahí. Él explica. Es el caso de Santilli. Si alguien se opone, dice, hay que recordar a Gabriela: no se quería bajar, la operaron. Pero Macri tenía dos candidatas: Patricia si la gente pedía mano dura o Carolina si quería una imagen más próxima.

–Vos fijate que va a todos lados con ellas –dijo Ruiz—. Lo que están haciendo es ver si la gente compra que necesita al presidente con una mano más dura. O a una persona que esté al lado de la gente. Y que sea una mujer. Eso sondean. El va a ganar es el que elija la gente, no el que haga mejor la tarea.

En el audio se oye a otro agente:

–La gente pide a gritos –dice— un poquito de mano dura.

Lo que pasa es que Patricia tiene dos cosas –explica Ruiz—. Mucha imagen positiva y mucha imagen negativa. Carolina tiene mucha imagen positiva y casi no tiene imagen negativa. Si vas a una votación, la mitad va a votar a Cristina. Y la otra, con tal de no votar a Cristina, va a votar a la ultraderecha. Y Patricia es el reflejo de lo que representa la política metiendo garrote.

Pasaron más de dos años. El caso D¡Alessio. Elecciones. Pandemia. A diferencia de lo que sucedía en 2019, hoy Macri eligió la mano dura o el discurso Bolsonaro.

 

 

 

 

 

El nombre de La Piba

Hoy la Bicameral se pregunta quién llevó a Ruiz a la AFI como si aún siguiera pendiente la pregunta de para quién trabajaba en Seguridad. O su linaje. Orgánicamente dependía de Burzaco. Y Burzaco no era lo mismo que Bullrich. La Bicameral pregunta. Algunos responden. Unos dicen que lo llevó Oroquieta. Oroquieta dice que él y Burzaco se enteraron que se iba de un día para otro. Otros dicen que lo llevó un director de la AFI. Lo mismo dice Ruiz. Otros, que Majdalani lo quería. Que le costó mucho sacárselo a Patricia. En todos esos relatos hay una constante: la marca de La Piba.

 

 

 

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