Aquel diciembre

A 22 años de la represión de 2001

 

Se cumplieron 22 años de la represión del 2001 ordenada por el gobierno de Fernando de la Rúa, que deterioró aún más la economía al seguir el mandato del Fondo Monetario Internacional. Esto perjudicó los magros ingresos de la población, que ejerció su derecho a la protesta social ante el brutal atropello. El Presidente de ese momento decretó el Estado de sitio; hubo 39 asesinatos, centenares de heridos y más de 1.500 detenidos. “Siento que la historia se repite y que es bastante circular”, dice en diálogo con El Cohete a la Luna María Arena, compañera de Gastón Riva, quien la tarde del 20 de diciembre de 2001, al dirigirse a Plaza de Mayo en su moto CG 125 Honda Titán, fue mortalmente baleado por la Policía cuando transitaba por Avenida de Mayo, entre Bernardo de Irigoyen y Tacuarí.

María Arena había conocido en Villa Ramallo a Gastón Riva en el verano de 1992 y un año después estaba conviviendo con él en Buenos Aires y esperando la llegada de la mayor de sus tres hijos. Con relación a estos 22 años transcurridos, manifiesta: “Es como si no hubiéramos aprendido nada”. Porque la brutal represión y violencia institucional que ejerció con la Policía aquel gobierno hoy parece querer volver. De aquella primera Alianza formaba parte Patricia Bullrich, que ya en julio de 2001 ocupaba el cargo de ministra de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos de la Nación, y que fue quien decidió el recorte del 13 % sobre los ingresos de empleados estatales y de jubilados. Hoy Bullrich vuelve ocupando el cargo de ministra de Seguridad para asegurarse que el derecho a la protesta sea vulnerado.

La angustia invade a la compañera de Gastón, que define a Bullrich como “una persona violenta por sí misma, que violenta a la población que quiere manifestarse pacífica y libremente”. Además resalta: “Hay que tener en cuenta que ella fue parte del gobierno de Fernando de la Rúa, que fue quien asesinó a nuestros compañeros y compañeras”. No disimula el enfado al calificar a Patricia Bullrich: “Ya sabemos de qué calaña es esta persona. Ella fue parte de ese gobierno que hambreó a los jubilados y estuvo de acuerdo con las políticas que se llevaron adelante en ese momento. Ni hablar de que, cuando fue ministra de Seguridad de Macri, tuvo una complicidad visible con los asesinos de Santiago Maldonado”, por lo que siente que no se puede esperar otra cosa de ella.

Expresa la decepción, sin olvidar los errores cometidos para que se llegue a un gobierno de Milei. “El gobierno de Alberto (Fernández) fue un detonante, por su incapacidad para resolver nada. Pero realmente no puedo entender como el 56 % de la población se volcó a un gobierno como este”, dice con pena. María Arena realizó una reconstrucción que “fue muy trabajosa” sobre lo que le pasó a Gastón esa tarde del 20 de diciembre cuando se dirigía hacia Plaza de Mayo. “Me llevó muchísimo tiempo. Aun así, no pude armar la historia completa”, señala. Lo que sabe es “que llegó a la plaza solo y en el peor momento de la represión, le dijo a un manifestante que subiera a la moto. Y a los 50 metros lo mataron”.

Sobre el deseo de limitar el derecho a la protesta y el anuncio del decretazo por parte de Milei a 22 años de aquel 2001, opina que “en un día tan sensible, es una provocación lisa y llana. Un regreso a las peores prácticas de las fuerzas de seguridad”. A su vez agrega: “Nos estamos equivocando en la forma de construir memoria. O mejor dicho, no alcanza. Claramente, no alcanza”, reitera. Su hija mayor, Camila, desde su estado en Instagram escribió: “Hace 22 años un Presidente, con el mismo tinte político que estos que volvieron disfrazados de libertad, dejó sangre en la calle, millones de desocupados y pobreza extrema”.

Camila Riva expresó: “Lamentablemente con el contexto no sufro yo, siendo la mujer que soy hoy, sino esa niña de 8 años que no entendía la escena política ni por qué a su papá le habían pegado un tiro con una bala de plomo. Bala que quiere volver contra nuestro pueblo, haciendo creer a muchos que ese es el verdadero orden (…). Pero no. El orden es tener igualdad, que todos lxs argentinos tengan para comer, vestir… trabajo digno. (…) Mi papá tenía 30 años y una familia que alimentar. Sueños. Proyectos. Como yo. Se ve que no era un argentino de bien y no merecía vivir”, comentó con el dolor de estar viendo nuevamente el desprecio por el otro que encarna el gobierno de Milei.

El Poder Judicial hace un gran aporte para que el ejercicio de la memoria no tenga el peso suficiente. “El Poder Judicial es una vergüenza”, evalúa María Arena. “Siempre favoreciendo a los poderosos”, indica. “A 22 años todavía no hay ninguno de los condenados cumpliendo efectivamente la pena establecida. Y De la Rúa murió impune de la Justicia, pero no se salvó de la condena popular”, recordó. Luego del decretazo de Milei, que destruye la división de poderes que establece la Constitución nacional, violando derechos garantizados por la máxima norma, es imposible tener esperanza en que una judicialización podría poner freno, teniendo en cuenta el accionar de un poder que siempre fue renuente en otorgarle justicia al pueblo, recostado hacia el poder permanente.

Arena no considera ser ella quien debe aconsejar al pueblo “lo que tiene que hacer”, pero agrega: “Deberíamos haber aprendido adónde nos llevan estos gobiernos para pocos, donde los muchos y muchas somos expulsados”. Y sostiene: “Entre la provocación efectiva de la ministra Bullrich que avisa que va a reprimir y la provocación de Milei con las medidas que anunció, más todo el camino recorrido en estos últimos diez días, fueron gestando el duro golpe hacia la clase trabajadora (…) Pero hay un 56 % casi de la población que eligió esto. Estas son las cosas que habría que replantearse”.

“Como familiar de uno de los asesinados el 20 de diciembre de 2001, me siento defraudada, decepcionada. Y, sin dudas, lamentando que la muerte de nuestros compañeros y compañeras asesinados siga sin alcanzar el sentido”, explica Arena. El olvido suele imponerse, por eso la memoria es un ejercicio constante. No obstante, luego del decretazo de Milei surgió, en la noche del miércoles, un cacerolazo que se hizo sentir desde diversos balcones de los edificios de la ciudad de Buenos Aires y que se transformó en una manifestación espontánea del pueblo en diversas arterias de la ciudad y en muchos distritos de las provincias del país. 

Es un error de Javier Milei pensar que puede gobernar alegremente a decretazo por creer que tiene más de medio país que así lo avala. El pueblo argentino tiene una historia de lucha, de resistencia, que no se puede evaluar como menor por haber obtenido un buen resultado electoral. La noche del miércoles mostró que la memoria sigue activa. En Buenos Aires se vio cómo espontáneamente decidió la gente de a pie ir a manifestarse hacia el Congreso, ese mismo que el decreto presidencial anulaba en funciones. Ese despertar indica que existirá una resistencia activa de la población que, sumada a las organizaciones gremiales, y al Poder Legislativo, que tendrá que asumir un rol preponderante ante el atropello sufrido, los días de lucha comenzaron muy pronto ante un gobierno que vino a concretar un saqueo y destrozar derechos muy rápido.

 

 

 

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