No vas a regatear

Directoras de medios de gestión estatal debaten sobre los contenidos públicos en democracia

 

Los medios de comunicación son prestadores de un servicio público esencial: producen y distribuyen contenidos informativos, educativos y culturales. Sobre esas agendas de temas comunes las ciudadanas y los ciudadanos tomamos decisiones, accedemos a conocimientos y construimos nuestras opiniones. No existen razones comerciales por las cuales las corporaciones mediáticas deban incorporar la pluralidad de las voces e imágenes que componen nuestra sociedad en la confección de sus productos: la concentración es más eficiente. Ello redunda en identidades que no se visibilizan, demandas que no se canalizan, problemáticas que no se discuten y proyectos que no se amplifican. Es el Estado el que se extiende allí donde los impulsos motorizados por el fin de lucro no tienen interés en llegar.

Por ese motivo, la construcción de una comunicación democrática prevé que estos servicios estén operados por tres tipos de prestadores: de gestión estatal, de gestión privada con fines de lucro y de gestión privada sin fines de lucro (artículo 21 de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual). En la Declaración Conjunta sobre la Diversidad en la Radiodifusión (Amsterdam, 2007), los Relatores de Libertad de Expresión entendieron que los Estados debían tomar medidas específicas para promover la diversidad en la propiedad de los medios: “Los diferentes tipos de medios de comunicación —comerciales, de servicios públicos y comunitarios— deben ser capaces de operar en, y tener acceso equitativo a todas las plataformas de transmisión disponibles”.

Es responsabilidad indelegable del Estado —en sus diversas escalas— garantizar que la conversación pública sea plural. Si bien el Estado tiene un impacto ineludible en el sostenimiento de los otros dos sectores (a través políticas de fomento a los medios comunitarios y vía publicidad oficial a los medios privados), el territorio primario para tal fin es la gestión de medios públicos (nacionales, provinciales, municipales y universitarios). Sin embargo, los medios públicos vuelven a estar en el centro de la contienda electoral. Frente a la amenaza de Javier Milei de cerrar la agencia de noticias Télam y la Televisión Pública, Sergio Massa retrucó: “Hay que potenciarlos, porque tener un sistema de medios públicos es tener cobertura federal y la posibilidad de que todos accedan a buena información”.

 

Medios informativos

Para la presidenta de Télam, Bernarda Llorente, hay tres factores que contribuyen a que los medios públicos cobren cada vez más relevancia. En primer lugar, porque asistimos a un proceso de creciente privatización del espacio público mediático, tanto por el pago de la conectividad como por la extensión de la modalidad de suscripción para acceder a las plataformas. Segundo, porque “los medios públicos son un espacio de representatividad de la sociedad”, lo que no se limita a exponer distintas voces políticas, sino que alcanza a “distintas representaciones sociales, en sociedades cada vez más complejas y fragmentadas”. Y, tercero, porque el contexto de redes sociales potenció “la circulación de informaciones falsas, no chequeadas, incompletas o erróneas”.

Una agencia de noticias estatal provee información confiable y, además, “garantiza una agenda a partir de nuestros propios intereses, garantiza soberanía informativa y comunicación federal”, completó Llorente y enfatizó que Télam, junto con la Televisión Pública y Radio Nacional, son los únicos medios que llegan a todo el territorio nacional. Por otro lado, puntualizó que la agencia es “insumo de medios”, ya que abastece a los medios privados de una serie de contenidos que les sería muy costoso producir.

“No hay mejor herramienta para la democracia que tener una ciudadanía informada”, consideró la titular de Télam. En momentos en los que se debate qué proyecto de país nos gobernará por los próximos cuatro años, cabe preguntarse qué tan extendida está la información en torno a los programas de cada partido. La reciente viralización de una encuesta realizada por Indisciplinadxs en la vía pública contribuye a reforzar este interrogante:

 

 

Medios educativos

La gerenta general de Contenidos Públicos, Jésica Tritten, indicó que los medios públicos tienen obligaciones que cumplir: en el caso de las señales educativas, “el derecho a la comunicación se cruza con un derecho también supremo como es el derecho a la educación”. La Ley Nacional de Educación en su artículo 102 faculta al Ministerio de Educación a encargar “la realización de actividades de producción y emisión de programas de televisión educativa y multimedial destinados a fortalecer y complementar las estrategias nacionales de equidad y mejoramiento de la calidad de la educación”. La programación de estos canales, en consecuencia, se elabora a partir de los núcleos de aprendizajes prioritarios establecidos por el Consejo Federal de Educación. Este acervo documental tuvo un rol nodal para promover la continuidad educativa en el contexto de la pandemia por Covid-19, incluso “tuvo impacto en otros países de América Latina, donde han recurrido a todo nuestro andamiaje audiovisual”, agregó la responsable de los canales Encuentro, PakaPaka y DeporTV y de la plataforma Contar.

“El asesor de campaña de Patricia Bullrich, Hernán Lombardi, fue el que llevó adelante el desguace de los medios públicos en la Argentina”, señaló Tritten, y enumeró que, en las señales educativas, “llevó a cabo el desguace de más del 60% de la planta, dejó inoperativas las producciones, hubo un estado de asamblea permanente durante dos años y no se les reconocieron las paritarias del sector”. Entre todas las señales que integran Contenidos Públicos Sociedad del Estado hay alrededor de 200 trabajadores, ya que se delega la producción de contenidos en pymes o universidades: “Del 2005 al 2015 ese sistema de producción delegada había generado 22.000 puestos de trabajo; entre el 2016 y el 2019 el 80% de las pymes que habían generado esos puestos de trabajo dejó de existir”, resumió la productora televisiva. Esa tendencia comenzó a revertirse: “Desde el 2020 en adelante generamos más de 5.500 puestos de trabajo calificado en el sector audiovisual”.

 

Medios federales

Para la directora de la Televisión Pública Fueguina, Paula Arruda, “el medio público interpela al medio privado con sus acciones”. Tal es así que “como la Televisión Pública trabaja fuertemente por y para el federalismo, ha logrado que algunos medios privados hayan migrado un poquito a ese lugar; pero ese puntapié lo dio la Televisión Pública Argentina”. Desde su perspectiva, “los medios públicos sirven para que la sociedad sepa que tiene un lugar en donde sentirse representada, al que puede recurrir, en donde puede verse a sí misma”. Las pantallas federales garantizan que no haya exclusión en la representación. Arruda, quien también es presidenta del Consejo Federal de Televisoras Públicas (CFTVP), recalcó que “existen rincones de nuestro país de los que nadie se acuerda si no se acuerda el Estado: son lugares que tienen que crecer y van a crecer siempre de la mano del Estado”.

Uno de los dardos que lanzó Milei en su campaña de desprestigio contra los medios públicos fue sindicarlos de ser “instrumentos de propaganda”. En ese sentido, Arruda valoró que además de difundir la cultura y las costumbres locales, los medios provinciales sirven para difundir las acciones de gobierno: “Son políticas públicas transversales a toda la sociedad. ¿Por qué nosotros no vamos a decir que se está construyendo un hospital público nuevo? ¿Por qué no vamos a decir que se invirtió en una obra para el mejoramiento del sistema de agua de todos los vecinos?”. Lo que sería ilógico es que los representantes designados por mandato popular para llevar a cabo ciertas acciones no comuniquen que cumplen sus contratos electorales.

 

Medios universales

Que los medios públicos no tengan como objetivo principal la comercialización, no quiere decir que no la realicen. Un ejemplo virtuoso se logró con la transmisión del Mundial de Fútbol de Qatar 2022, en el cual la recaudación publicitaria superó a la inversión realizada en la contratación de los derechos y, a la vez, “los medios públicos, a través de la TV Pública y todas las señales provinciales, garantizaron que el Mundial llegara a todos y a todas, con picos de 40 puntos de rating”, evaluó la subsecretaria de Medios Públicos, Rosaura Audi. En paralelo, la Televisión Digital Terrestre posibilitó que se brinde una cobertura universal de un evento de interés público en todo el territorio argentino de manera gratuita: “La TDA garantiza el acceso al contenido y el acceso a la distribución”. Si sumamos “las 49 emisoras de Radio Nacional distribuidas en todo el país, más las 3 FM, el Estado garantiza una red que llega hasta la Antártida”.

 

La BBC del Reino Unido tiene 22.200 trabajadores, la RAI italiana 12.700, la RTVE española 6.600, Radio Francia 4.800 y Radio y Televisión Argentina (RTA) 2.400.

 

El gobierno de Cambiemos debilitó los medios públicos: el hecho de mayor trascendencia fue el despido de 354 trabajadores en Télam, pero también “se destruyó desde su infraestructura hasta su funcionamiento. Por ejemplo, el servicio de Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE) de Radio Nacional estaba completamente disminuido”, rememoró Audi. La subsecretaria de Medios Públicos distinguió dos áreas para potenciarlos: por un lado, “hay una inversión tecnológica que es necesaria, porque hay un proceso de transformación digital” y “los medios públicos deben tener más presencia y más contenido en las redes y en las plataformas”; por otro lado, “hay que reforzar toda la articulación que existe entre los medios públicos de Nación, provincias y universidades”, ya que en esa red “hay territorialidad, hay contenidos de calidad y hay una voluntad de generar una comunicación plural”.

Los medios públicos tienen la responsabilidad de representar a sus pueblos. Y, también, tienen la respons-habilidad: la habilidad de dar respuesta.

 

 

 

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