RELATO AL REVÉS

“Las tácticas sin estrategia constituyen el ruido de la derrota” (Sun Tzu, 496 a.c.)

 

El descubrimiento de la lógica, es decir de las formas o estructuras del pensamiento humano, surgió en tiempos remotos y en forma independiente tanto en Grecia como en China y en la India. En plena Antigüedad, el análisis de la coherencia en la sucesión de las ideas y en la explicación de los fenómenos constituyó un estallido de luz que habría de potenciar la capacidad de adaptación humana a un mundo hostil. Desde ese entonces, y a pesar de las diferentes creencias y valores de las culturas que se sucedieron a lo largo del tiempo, la luminosidad del pensamiento crítico abonó los grandes descubrimientos de la humanidad. Su vigencia es hoy amenazada por la oscuridad de un discurso público que busca anular la capacidad reflexiva, naturalizando la impunidad del poder. No por casualidad, hoy estamos más cerca que nunca de destruir totalmente la vida en el planeta.

En los tiempos que corren buena parte del discurso de las elites políticas se basa en un principio: lo que no forma parte de la lengua no puede ser pensado. Se busca así invisibilizar las causas que explican la conflictividad de nuestra realidad inmediata. Al mismo tiempo, la información falsa suple aquello que se invisibiliza. Esto no ocurre al azar ni es inocente. La ausencia de información y las noticias falsas llevan a la confusión, al miedo, a la disonancia cognitiva y a la anomia. Así, para controlar el disenso de las mayorías, se fomenta la apatía y el comportamiento de rebaño. Hoy vivimos en un mundo donde los hechos reales y su explicación importan cada vez menos. Un mundo donde, al detonar intencionalmente emociones primarias, los relatos dividen y manipulan a la opinión pública, trascienden las fronteras y se expanden impulsados por las redes sociales y por un poder mediático cada vez más concentrado. En este mundo intensamente integrado y atravesado por una pandemia y una crisis sistémica, las turbulencias se multiplican a nivel geopolítico. Sin embargo, tanto su existencia como sus causas desaparecen del radar de los ciudadanos de a pie.

Esta semana, el debate político entre los candidatos a la vicepresidencia de los Estados Unidos y los berrinches de un Trump agarrotado por el Covid-19 ocuparon un lugar de privilegio en el escenario internacional. El debate puso en evidencia la manipulación, el uso de información falsa y la naturalización de una posible ruptura institucional si los resultados no son los que cada candidato espera. En paralelo, el Presidente Trump hizo a lo largo de la semana una demostración muy efectiva del poco apego que tiene por las normas, a no ser las que él mismo inventa. Su transgresión de las reglas sanitarias, y sus idas y venidas en torno a políticas que atañen a la salud y el bienestar económico de la población (i.e estímulo económico, vacuna) exponen la irracionalidad y el autoritarismo que impregna las esferas más altas del gobierno norteamericano. Estas efervescencias mediáticas ahogaron, sin embargo, el rugido que anuncia una posible erupción volcánica en el mundo de las relaciones internacionales.

El peligro inminente de una nueva guerra mundial o de operaciones militares norteamericanas en América Latina no apareció en el debate presidencial, a pesar de que en los últimos meses el gobierno norteamericano ha aumentado la tensión política de algunos conflictos mundiales con el objetivo de capitalizarlos en las próximas elecciones. Recientemente el Secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo realizó giras por diferentes países, buscando fortalecer las alianzas para “contener la influencia de China” y promover el “cambio de régimen” (regime change) en una Venezuela asediada desde hace años por un bloqueo económico norteamericano que ha destrozado su economía (oilprice.com 3 10 2020). Esta semana, en su gira por Asia, Pompeo propuso la constitución de un organismo similar a la NATO destinado a aislar a China de sus principales aliados comerciales. Al mismo tiempo, ensalzó la resistencia de Taiwán al gobierno chino y sostuvo que “los tiempos del apaciguamiento han llegado a su fin”. La respuesta no se hizo esperar y el gobierno chino hizo saber, a través de la prensa que controla, que “no tiene más ilusiones” y se “prepara para la guerra… con el fin de dar a Taiwán y a las fuerzas secesionistas el castigo que merecen”. Esta amenaza, sumada a la creciente tensión militar entre Estados Unidos y China en torno al mar del sur de la China, llevó al ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger a advertir a los gobiernos norteamericano y chino sobre la urgencia de consensuar límites a las amenazas que profieren, para evitar que, como ocurriera en la Primera Guerra Mundial, su descontrol desemboque inadvertidamente en una guerra total (zerohedge.com 7 10 2020). Esta exhortación de Kissinger apela a una racionalidad ausente de una política exterior norteamericana cuyo norte es someter a partir del ejercicio impune de la fuerza bruta.

En su gira reciente por América Latina, Pompeo advirtió desde el Brasil que “un día de estos volveremos a tener a Venezuela”. Poco después dirigentes políticos y legisladores del Congreso brasileño protestaron ante el Presidente Bolsonaro por considerar que la visita de Pompeo constituía un “desafío a las tradiciones de autonomía y orgullo de la política exterior y de defensa nacional” del Brasil (foreignpolicy.com 1 10 2020). Esta apelación a una lógica que encuadre a las relaciones internacionales desde la perspectiva de los intereses soberanos estuvo ausente del voto argentino dado esta semana a favor de la resolución  L. 43 de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela.  Habiendo podido  votar otra resolución existente u abstenerse, la Cancillería  prefirió adherir a esta propuesta. Este voto contradice a la doctrina Drago que rige desde tiempo atrás a la política exterior argentina y  también contradice los postulados  de política exterior  consagrados por el voto popular al elegir a este gobierno.  En este contexto, oscuro, turbulento e  irracional, resuena la sabiduría de un genio milenario:  "Las tácticas sin estrategia constituyen el ruido de la derrota” (Sun Tzu, 496 a.c.).

 

Elecciones: violencia política y económica

Esta semana el enfrentamiento entre Trump y los organismos de inteligencia llegó a un nuevo nivel de intensidad. El martes John Ratcliffe, Director Nacional de Inteligencia, ordenó a todos los organismos a su cargo la desclasificación inmediata de miles de documentos que probarían la connivencia de funcionarios de estos organismos y de las máximas autoridades del gobierno de Obama en un plan para vincular a la campaña electoral de Trump en el 2016 con Rusia (zerohedge.com 6 19 2020). Trump siguió estos anuncios con una andanada de tweets conminando a “actuar más rápidamente “en la investigación judicial. Dejó entrever así la existencia de una posible resistencia a su mandato dentro de las filas del actual Departamento de Justicia (zerohedge.com 8 10 2020). Paralelamente, las autoridades del partido Demócrata en el Congreso anunciaron la introducción de legislación relacionada a las condiciones de transferencia del poder en caso de incapacidad física o mental del Presidente (zerohedge.com 8 10 2020). Al día siguiente, y en conferencia de prensa, aclararon “que esto no es contra Trump… pero Trump muestra la necesidad” de estipular un proceso de recambio rápido en caso de enfermedad de un Presidente o de una situación caótica (zerohedge.com 9 10 2020).

En una Casa Blanca desierta por los contagios atribuidos a la impericia y los descuidos en el manejo de la pandemia, y con nueve de las máximas autoridades militares del país en cuarentena, los demócratas ganaron el espaldarazo financiero de la Cámara de Comercio, tradicional fuente de financiación de los republicanos. Este organismo se sumó ahora al movimiento de convergencia hacia los demócratas iniciado por numerosos dirigentes republicanos y neo conservadores que hoy se oponen a Trump. Biden ya cuenta con el apoyo financiero de las grandes corporaciones tecnológicas (nbc.com 1 10 2020). Algunas de ellas participan activamente en la campaña. Esta semana censuraron nuevamente el contenido de varios de los tweets de Trump y la actividad de sus votantes en las redes sociales (zerohedge.com. 6 y 7/ 10 2020).

Esto ocurre en un contexto económico y social cada vez más complicado por la falta de renovación del estímulo dispuesto oportunamente por el Congreso para reactivar la economía. Hoy se estima que 1 de cada 5 norteamericanos estarían sin ingresos disponibles al momento de las elecciones (zerohedge.com 8 10 2020). Asimismo, una de las redes que abastece de alimentos gratis a más de 26 millones de personas anunció la posibilidad de serio desabastecimiento en los próximos meses  (washingtonpost.com 2 10 2020). Esto permite prever mayor descontento social y la posibilidad de que se vuelque a las calles intensificando las manifestaciones contra la discriminación racial. El reciente arresto por parte del FBI de una banda armada de “blancos supremacistas” partidarios de Trump y dispuestos a secuestrar a la gobernadora del estado de Michigan, suma otro elemento al clima de crisis que vive la población, un clima que ha derivado en los últimos tiempos en una venta récord de armas y municiones (zerohedge.com 4 8 y 4 10/ 2020). Este clima de crisis fomenta el miedo, el odio y la emergencia de nuevas formas de autoritarismo en el país.

 

 

Apriete cambiario y desestabilización política

Continúa sin pausa la avanzada desestabilizadora sobre el gobierno. La presidenta del PRO anuncio una movilización para mañana, lunes 12 de octubre, porque “el país está en la debacle total” y hay que protestar “contra “la agenda clandestina” de CFK. Se acusa a la Vicepresidenta de “querer llevarse puesta a la Corte Suprema" (lpo.com 6 10 2020). Luego de que un escrache del PRO a uno de sus titulares llevara al conjunto a rechazar el traslado de los jueces macristas decretado oportunamente por el Senado, la Corte medita ahora cómo resolverá el caso. Si se opone a la decisión del Senado creará un escenario de ruptura institucional y de posible quiebre del mandato constitucional. Así, mientras el macrismo proclama la defensa de la República y la independencia de la Corte, no hace otra cosa que desestabilizar el orden constitucional para garantizar la impunidad del espionaje ilegal y los negociados económicos del gobierno de Macri.

La batalla desestabilizadora también apunta al dólar y a las reservas internacionales. Las medidas tomadas a mediados de septiembre por el BCRA para endurecer el cepo e impedir el goteo de las reservas no lograron su objetivo y redundaron en una caída de más de 1.000 millones de dólares de depósitos en dólares. Desde el inicio de este mes el BCRA tomó nuevas medidas para potenciar el cepo y alentar al mismo tiempo la liquidación de divisas y la venta de granos de la última cosecha. No logró lo que esperaba y esta semana ante una brecha cambiaria entre el dólar oficial y el libre en torno al 100% dio marcha atrás en relación a lo decidido pocos días antes y flexibilizó las condiciones de acceso al mercado de cambios, por parte de las grandes empresas que buscan reestructurar su deuda externa. Al mismo tiempo, intentó cerrar un agujero por el que sangran desde hace tiempo las reservas, restringiendo el acceso al financiamiento en pesos a tasa subsidiada para la importación de bienes finales. Ocurre que, aprovechando la brecha entre el tipo de cambio oficial y el libre, los grandes importadores aumentan especulativamente la demanda por importaciones. Esta superó en más de 1.000 millones de dólares a la registrada un año atrás, cuando no existía la pandemia ni el nivel de estancamiento era semejante al actual.

Estas y otras turbulencias cambiarias muestran la falta de intervención estatal efectiva en el mercado de cambios.

La situación cambiaria anuncia una creciente dolarización de los precios. Los aumentos concedidos por el gobierno esta semana son muy inferiores a los demandados por las grandes empresas, sin embargo implican un nuevo deterioro del nivel de salarios y subsidios que reciben los sectores más vulnerables. En este contexto llegó la misión del FMI. La misma dejó la impresión de que el “nuevo” FMI está muy preocupado por la falta de reservas para pagar a los acreedores externos, no habla de reforma laboral sino de “trabajar para encontrar un mecanismo más flexible… y poder generar trabajo registrado”, y considera prioritario promover la inversión productiva y las exportaciones del país (bae.com 8 10 2020). El gobierno tendrá que negociar muy duro para evitar más ajuste social e impulsar la sustitución de importaciones y el crecimiento del mercado interno.

 

 

 

 

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