Un tiburón ganando elecciones

El informe del parlamento ingles sobre Macri y Cambridge Analytica

 

El tipo, flaco, de lentes y persuasivo, usa diez minutos de proyecciones disparadas en inglés. Al empezar, causa un golpe de efecto. La conferencia es sobre Big Data. El contexto, campañas electorales, año 2016. Dice que hay tres tipos de tecnologías de éxito. Comienza con la que llama ciencia del comportamiento. Proyecta una playa y dos carteles y dice:

—Si eres lo suficientemente suertudo como para poseer una playa privada y quieres impedir que la gente la use, puedes poner el cartel de la izquierda.

Entonces señala el cartel tradicional:

 

 

La cosa cambia con el otro cartel. No hay prohibiciones directas sino una información. No aclara que es una mentira. Sólo dice que ese letrero, mucho más efectivo, tiene como destino cambiar comportamientos, ser creíble y es una motivación más potente.

 

 

—Claramente la amenaza de ser comido por un tiburón —concluye— evitará que la gente vaya a nadar a esa playa.

Y probablemente sea cierto. Aquella pieza estremecedora no deja de asombrar aún ahora, cuando aquel disertante ha caído en desgracia. En aquella época, Alexander Nix aún era el influyente CEO de Cambridge Analytica (CA), con trabajo en las primarias norteamericanas de Ted Cruz antes de saltar a la campaña de Donald Trump. Pasó el tiempo. Nix intervino en las campañas del Brexit en el Reino Unido, pero su reinado comenzó a hundirse con las declaraciones de Christopher Wylie, ex empleado de SCL Group y CA que denunció manipulación de datos para influir en las campañas y todo acabó con la implosión de una cámara oculta ante la cual Nix desnudó las formas de inocular veneno en las redes con técnicas de desinformación, fake news, trolls y todo tipo de trucos sucios, sobornos y escándalos sexuales para hundir candidatos a pedido de quién ponga dinero.

Nix fue citado dos veces a comparecer ante el Comité de Cultura del parlamento británico, en el marco de la investigación sobre el Brexit que llevan adelante preocupados por la injerencia "extranjera" de los gigantes online en la política del Reino Unido. El 29 de julio, el Comité publicó su primer informe Desinformación y fake news, demoledor, contra el mundo de las redes: 89 páginas, producto de 20 sesiones, 61 entrevistas, más de 3.500 preguntas y 150 comunicaciones escritas, documentos reservados e intercambios con parlamentarios y organizaciones del mundo.

El informe tiene varias dimensiones de lectura. Algunas muy importantes a nivel doméstico: es la primera vez que aparece una referencia directa a la campaña presidencial de 2015 con el nombre de Mauricio Macri, asociado a quienes manipularon datos en las campañas de Trump y el Reino Unido. Pero el informe es sobre todo una alerta a las democracias. Queda claro, dice, que sin el conocimiento de la mayoría de los políticos y reguladores electorales de todo el mundo ni del público en general, un pequeño grupo de personas y empresas influyeron en las elecciones de diferentes jurisdicciones en los últimos años. En ese sentido, también advierte ante la amenaza de quienes pueden gastar millones de dólares para modelar un electorado con datos robados de una de las corporaciones más influyentes del mundo, y producir el algoritmo de un mundo portátil.

"La democracia, en su forma menos cínica, es la posibilidad de una racionalidad colectiva sobre el gobierno compartido. Los anuncios oscuros, microrregulados y adaptados psicológicamente, convierten a cada espectador en un electorado de uno. El desacuerdo y el debate se presentan solo como estados emocionales en lugar de ser un aspecto indispensable de la vida cívica. Los algoritmos de comportamiento usados por CA causan daño colectivo porque socavan la posibilidad de una toma de decisiones colectiva al hacer que sea imposible observar la realidad de los otros". Por eso Diego Llumá, docente de Geopolítica de las Redes en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), dice que el informe es sobre todo un límite que la política intenta ponerle al gobierno de los gigantes de las redes. Y un escenario en el que también entran en juego las disputas geopolíticas de la Unión Europea.

 

La campaña anti Kirchner

El capítulo seis, destinado a las campañas llevadas adelante en el mundo por Nix, CA y las empresas asociadas, menciona dos veces a la Argentina. Y no es un dato menor que por primera vez se refiera a Mauricio Macri. La página 54 señala que, según información reservada, el Comité sabe que "SCL Group también puede haber trabajado la campaña presidencial de Buenos Aires en 2015 para Mauricio Macri, incluida la entrega de algunos trabajos de análisis del público objetivo". Eso, así, hasta ahora no se había dicho. Dos páginas más adelante, bajo el apartado especifico dedicado al país, menciona una reunión del 27 de mayo de 2015 para realizar una campaña anti Kirchner.

"El Comité vio evidencia confidencial: un resumen de una reunión de gestión en SCL Group del 27 de mayo de 2015 en relación con una campaña anti Kirchner en la Argentina, describiendo 'esfuerzos de recopilación de inteligencia de proximidad' y 'guerra de información', y el uso de 'oficiales de agencias de inteligencia y seguridad retirados de Israel, Estados Unidos, Reino Unido, España y Rusia', y la creación de cuentas falsas de Facebook y Twitter para apoyar la campaña anti Kirchner", dicen. Y aquí entra el universo conocido del ejército de trolls. También recuerdan que cuando se le preguntó a Nix si SCL Group había trabajado para un partido de oposición u otra persona interesada en influir en la política en Argentina contra el gobierno, el ex CEO de CA respondió: 'Eso parece, sí'".

 

 

Todo esto había surgido durante el interrogatorio de mayo. Allí la Comisión también le preguntó a Nix si conocía a Paul Singer. ¿Por qué? Los buitres financiaron en 2013 a los caceroleros de Buenos Aires a través del Task Force Argentina, recuerda nuevamente Diego Llumá. Uno de los emergentes de aquel momento ahora es una de las caras visibles del PRO: Yamil Santoro, integrante del Partido por la Libertad de Patricia Bullrich y uno de los que acciona las redes sociales con un ejército de replicadores. Hoy su perfil de Linkedin también dice abiertamente que es becario del departamento de estado de Estados Unidos.  Pero este es sólo un caso de la cultura troll del gobierno, un caso, dice Llumá, que sólo muestra la superficie.

 

 

El martes pasado Marcos Peña dijo en la Cámara de Diputados que no hubo injerencia extranjera en las elecciones de 2015. Y acusó a la oposición de fantasear con todo esto. El diputado Leopoldo Moreau (FpV) acababa de sacudir la letanía del informe de gestión con la denuncia sobre el informe británico. Moreau es uno de los parlamentarios del mundo que entró en contacto con el presidente de la Comisión, el conservador Damian Collins. En su intervención ante Peña resumió buena parte de lo que se dijo o se sabe hasta ahora de la relación Nix-Buenos Aires, datos varias veces publicados por Jorge Elbaum en El Cohete a la Luna y denunciados en enero por El Disenso.

- Alexander Nix tiene numerosas entradas al país, la última en noviembre de 2017.

- Está vinculado a la Argentina desde fines de los años '90, vivió acá y aún mantiene vínculos sociales, deportivos y comerciales. Juega al polo.

-  SCL Group tenía sede comercial en la calle Arenales 941, 5to piso, oficinas de Black Soil, cuyo CEO es Lucas Carlos Talamoni Grether. Talomoni Grether y Nix juegan al polo y realizaron giras competitivas por Sudáfrica, Reino Unido y la Argentina. Ambos son socios de Black Soil Global Coorp, radicada en Panamá.

- Nix fue socio de Juan Pepa entre 2007 y 2010 en Rubirosa Ltd., dedicada a “las comunicaciones estratégicas”. Pepa y Nix fundaron la ONG Pro Alvear, entre cuyos padrinos está Mauricio Macri.

- Otra persona clave del informe es Mark Turnbull: aparece en la cámara oculta de Channel 4 News al lado de Nix como responsable operativo de la minería de datos. Según consignó Elbaum, en junio de 2017 participó en una reunión organizada por el ministerio de modernización en las oficinas de la Jefatura de Gabinete en la que estaban Marcos Peña y Gustavo Arribas, titular de la AFI. Ahora, según consigna el informe, Turnbull era director gerente de SCL Elections, una rama de SCL Groups creada por Nix en 2011. Ante la cámara oculta de un potencial cliente en Sri Lanka, explicó que había trabajado para desacreditar a los políticos e influir en el resultado de las elecciones en varios países. Habló de manipulación de las redes sociales para distribuir material negativo sobre oponentes políticos, hecho de tal manera que no sea identificado. Y una de sus frases quedará para los archivos de la historia: "Pones información en el torrente sanguíneo de internet y luego esperas que crezca, sacudes algo cada tanto, presionas de vez en cuando y con el tiempo vas a ver cómo toma forma."

Moreau pidió una comisión investigadora. Vinculó a los trolls. El uso de big data para el lavado de dinero de la campaña. Y la Unidad de Opinión Pública creada en marzo bajo la órbita del jefe de Gabinete, que desde  2016 controla la base de datos de la ANSES. Diego Llumá asegura que ese mecanismo, que acá se publicó en el Boletín Oficial, es tan escandaloso y reprochable como la trasferencia ilegal de millones de datos de Facebook a las compañías de Nix.

"Me acaban de entregar un caso práctico de su folleto publicitario", le dijo uno de los parlamentarios a Nix, y Moreau lo citó en la audiencia: “Como parte de una campaña electoral que se volvió sucia, usted dice que pueden lanzar un ataque digital dirigido contra el candidato de la oposición. En un plazo de tres semanas, cada referencia a dicha persona en las dos primeras páginas de Google remitió al terrible historial del candidato en materia de corrupción, coerción, victimizaciones y acusaciones de violación”. ¿Esa es la ética?, le preguntaron. Moreau dijo: "Esto me suena. Tiene alguna familiaridad con algunas cosas que han ocurrido en los últimos años en la Argentina, donde estas campañas de difamación causaron un daño tremendo".

En la mira de las investigaciones cruzadas entre unos y otros, también aparece el nombre de Joaquín Molla, el publicista de la campaña presidencial de Mauricio Macri. Molla tiene una consultora llamada La Comunidad que abrió sede en Miami. Existe un gran volumen de facturas a su nombre generadas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, una de las vías que el gobierno nacional usa para financiar parte de sus gastos. Esas facturas están ahora bajo estudio para determinar si se usaron para pagarle a una de las empresas de Nix, como también supone el diputado.

En aquella conferencia de 2016, de la que también se nutre el informe, Nix habla de la serie Mad Men. Dice que aquel modelo de publicistas creativos que pensaban una idea para bajar como mensaje está muerta. Que la información no baja. Se succiona. Se transforma y vuelve a inocularse. El análisis de datos basado en el perfil psicológico de cada audiencia era el corazón de CA, dice el informe. Un hecho respaldado por una emoción. La cultura del like. "Con el fin de unir el mensaje correcto con los votantes, Cambridge Analytica necesitaba información sobre ellos: qué productos compraron, qué leyeron, qué autos manejaron".

SCL trabajaba en la manipulación de opinión popular en el exterior para militares y diplomáticos de Estados Unidos y el Reino Unido mucho antes del escándalo, dice Llumá. La empresa pertenecía a Nix y estaba ligada al Departamento de Psicometría de la Universidad de Cambridge. En 2013 Nix conoce al billonario financista republicano Robert Mercer y a su hija Rebekah Mercer y encuentra a Steve Bannon, del portal ultraderechista Breitbart News (socio de Mercer), luego jefe de campaña de Trump. En 2013, con inversiones de Mercer, Nix creó CA y también la canandiense AIQ. En total, AIQ recibió 3,5 millones de libras esterlinas de grupos que impulsaban la salida del Reino Unido. Por eso la Comisión Electoral británica abrió una investigación sobre los gastos de campaña en noviembre de 2017. AIQ es una pequeña compañía ubicada en Victoria, British Columbia. Se dedica a hacer micro-targeting de votantes. AIQ niega haber pertenecido a CA, a su empresa asociada SCL o haber accedido de manera inadecuada a la data obtenida de Facebook.

También dice Llumá que el mayor daño a la privacidad colectiva producido por el affaire CA es el uso de “modelos conductistas” (behavioral models) que elaboró CA con los datos apropiados de las 87 millones de personas de Facebook afectadas. El set de datos originales fue recolectado por la pequeña empresa Global Science Research (GSR) que pertenece al psicólogo cuantitativo Aleksandr Kogan de la Universidad de Cambridge. La tarea la hicieron para SCL, la empresa asociada a CA. Kogan usó una encuesta online llamada “thisismydigitallife” para hacerse de perfiles de 270.000 personas. Esto le permitió usar una App de Facebook (una posibilidad que ofrecía Facebook a desarrolladores, no existe más) para extraer datos de sus “amigos” hasta llegar a 87 millones.

Según el informe, hay 2.000 millones de personas que usan Facebook (el número de cristianos en el mundo) y 1.800 millones de usuarios de YouTube (el número de seguidores del Islam).

La gente revisa sus teléfonos unas 150 veces al día en el mundo desarrollado, es decir una vez cada 6,4 minutos en un día de 16 horas. La palabra 'plataforma' sugiere que estas empresas actúan de forma pasiva, que sólo publican la información que reciben y que no influyen en lo que vemos o lo que no vemos. Sin embargo no es así, dice. Las compañías tecnológicas controlan lo que vemos, porque ese es su modelo de negocios.

Esos son los algoritmos: el nuevo mundo en escala uno a uno. El universo portátil ahora con tiburones que te esperan en la puerta de tu casa. O corruptos k. O mapuches. O esto que pasa en estos mismos días, con más de 2.000 aterradores likes por emisión.

 

 


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