Mientras se acumulan pasivos ocultos y cada vez son más claras las aristas antipopulares del proyecto libertario, le toca a Espert la segunda tanda de demagogia preelectoral.
La guerra de clases está pariendo su modelo siglo XXI y nosotros deberíamos asumirla como tal. Porque los Nuevos Señores tienen claro que la están librando.
Además de tener falta de lógica, experiencia, apego al derecho y de estar hecha a la medida del poder económico transnacional, la Ley Ómnibus es un salto hacia la tiranía.
Las organizaciones que representan a los trabajadores lograron su objetivo de mínima: una concentración multitudinaria, paso inicial para frenar la avanzada anti derechos.